lunes, 11 de julio de 2011

AMELIA ARELLANO - RITA


Primera Instancia Psíquica.

Lo más difícil de aprender en la vida es que puente hay que cruzar y que puente hay que quemar” BERTRAND RUSSELL

Ya no tengo la glorieta de las glicinas ni al llamado padre José.
 A veces me viene un recuerdo, una presencia,  no se si es sueño o lo imaginé.
 Dicen que lo echaron de la parroquia por predicar en la Villa a favor de los pobres, cura comunista, del tercer mundo, dicen que decían.
Yo, que solo conozco dos mundos ¿Cuál me faltará por conocer?
A estos dos mundos los cruza un puente.
Y aquí estoy, sentada en un banco, en la mitad exacta .Hay una línea divisoria fosforescente. Arriba, cruzan lamparitas violetas que semejan guirnaldas. A ambos costados, un semáforo, uno apagado, el otro  siempre  con luz amarilla.
El puente me lleva a dos lugares opuestos.

 Por un lado, la pasarela me lleva a  una casona lóbrega. Portones adustos. Las ventanas están cerradas.
El mobiliario es austero y  oscuro. Los hombres y mujeres se dan la espalda.
 Hay velas negras  y   me  veo vestida de luto. Mis botines son de hierro.
La virtud se oculta como un topo.

Por el otro lado, la pasarela me conduce a un palacio  estilo barroco, con largos corredores, salones abovedados  y muchas escaleras y ventanales.
Hay luces por doquier y las mujeres y hombres, ríen. Hay música y champagne.
 Me veo vestida con siete velos.
El pecado flota como un pez dorado. 

Estoy cansada de cruzar el puente. A veces miro con envidia a las hojas que flotan y se las lleva la corriente.
No recuerdo el rostro de mi padre, ni de mi madre. Cuando miro el río  que fluye por abajo y las nubes que pasan por arriba, pienso que soy como ellos, sin historia.

Hoy estoy indecisa. Irresoluta
Me descalzo.
Coloco a un lado de la línea, mi zapato de cristal y en el otro mi botín de hierro.
Levanto un cordel grueso que algún pescador dejó. Es doble y tiene nudos.
Subo al banco, trepo por la columna del semáforo y ato los extremos de las cuerdas con nudos firmes y fuertes.
La cuerda se balancea.

Impulso mi cuerpo, me tomo de los cordeles laterales y sentada…me hamaco. Sube y baja.
Sube y baja. Cada vez más alto. Más alto.
Subibaja.
El cuerpo y el rostro se empequeñecen,   tengo un vestidito verde, con flores blancas bordadas. Los calcetines y los  zapatos, también son blancos.
El amor es un pájaro que vuela.
…en el aire un olor a glicinas, aturde… hasta vivir. 

10 comentarios:

  1. Que belleza de escritura... respira aire puro todo el texto... me gustó mucho
    Julia

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  2. Amelia, se nota que sos poeta, un epílogo digno para una mujer que se equivocó de camino pero logró encontrar "el sendero del rey". Una hermosa metáfora la del puente.

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  3. Siento a Rita como mi interlocutora, y quisiera contarle mi experiencia. Para encontrar el "tercer mundo",o digamos, el cuarto, me quité los dos zapatos, pero no para "volar" sino para sentir la Tierra húmeda bajo los pies y poder seguir al viento. Los cordeles me limitan, me impiden atravesar el puente, aquél que me señala el viento.
    Gracias Amelia
    Olga Ajma

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  4. Casi un poema para desagraviar a la sorrita, muy lindas imágenes recreadas con maestría, Carlos Arturo Trinelli

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  5. Una pasarela poética, una belleza de escritura, la imaginación de Amelia nos lleva por un puente que vincula presente y pasado, dolor y nostalgia. Para leer varias veces y disfrutar el encanto del poema.
    Andrés

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  6. Creo que en el simbolismo de un zapato de cristal y otro de hierro se basa la historia entre dos puntos, el bien y el mal, la muerte y la vida o lo frágil de lo duro, pero siempre podemos jugar con la esperanza, blanceamos desde el centro.

    Poesía en tiempo de prosa con vientos y pecados que flotan.

    Celmiro Koryto

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  7. Encrucijada e irresolución en un existencialismo simbólico, donde el pasado vuelve o se aproxima, donde Rita " se cansa de cruzar el puente " y cree que es más llevadero no elegir y dejarse llevar.
    Pero hay algo certero: el amor que con el olor de las glicinas aturde y por el cual Rita se decidirá en la vida.
    Propuesta poética que lleva a pensar en imágenes que entroncan en la filosofía oriental.
    Felicitaciones.
    MARITA RAGOZZA

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  8. Las encrucijadas de la vida, tan presentes. Pero ya se sabe elegir el olor de las glicinas a algun otro, aseptico.
    Lindo escrito, gracias.
    G.U.

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  9. Celebro la serie "Rita" que parece se avecina. Un recorrido existencial en el que muchas mujeres de mi generación se ven reflejadas.
    Un placer
    Ofelia

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  10. Gracias por los comentarios ,compañeros.
    Ofelia ; la tríada Rita termina con esta primera instancia. Comenzó con la tercera instancia Psiquica, hace un mes , en esta Revista. Saludos para todos .
    ameliaa

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