jueves, 17 de junio de 2010

ARTESANÍAS LITERARIAS ENTREVISTA A EDUARDO CICHY 

Villa Maria (Córdoba).
 
 
  Tarde gris, junio brumoso en Villa María. Deseos de palabras, de escuchar, de conversar con este hombre joven, alto, artista, colaborador de la revista. La entrevista corre por cuenta de Susana Zazzetti, corresponsal de Artesanías Literarias
 
Susana Zazzetti. -Sos artesano, Eduardo, tus manos ( delgadas y de dedos finos) trabajan el alambre de cobre con suavidad y belleza, con ternura, y de ese acto amoroso nacen árboles y palomas.  Pero también estas manos, de a ratos, toman la lapicera y como las hojas de tus árboles, arracimadas, nacen tus poesías.
¿Predomina en vos el artesano, hacedor de árboles, o el de la palabra escrita?
 
Eduardo Cichy. -Como artesano prefiero el arte sano de las palabras. Para mí escribir poesía representa la posibilidad de emitir opiniones, acertadas o no, sobre los elementos que me forman como ser humano, sin llegar a confrontaciones violentas con aquellos que no consideren las cosas como yo. Podemos coincidir o discernir y discutir sobre cualquier punto, pero siempre será pacíficamente. Eso es algo que sólo se consigue a través de la escritura. Siempre me gustó más el "quiero" que una " falta envido".  Las artesanías me sirven, de momento, como sustento económico, pero de volverse poco rentables, no tendría reparos en reemplazarlas por otra actividad.  La poesía, en cambio, no se puede pensar en términos comerciales, por lo tanto, no imagino por qué razón habría de cambiarla si por medio de ella consigo vivir mejor internamente.   Como dice Lorca, " llévame de feria en feria", vas, con tus obras por distintas regiones del país.
 
SZ. -¿ La poesía está en cada lugar apartado o vive centralizada en las grandes ciudades?
 
EC. -Cuando uno viaja por placer, disfruta, pero cuando se viaja por trabajo, sólo se viaja. No obstante, en mi deambular de " feria en feria, cantando sueños y miserias" encuentro poesía en todas partes.  Las grandes urbes albergan poetas grandes, quizás porque la difusión hace su trabajo más fácil, pero en los pueblos chicos, donde cualquiera se puede guardar en su bolsillo la sonrisa de los pájaros, me encuentro con los grandes poetas: aquellos que ven  la poesía donde otros no miran, quizá porque queda demasiado lejos.
 
SZ. -Villa María es para vos: ¿una ciudad poética o de poetas?
 
EC. -Villa María es una ciudad con muchos poetas buenos, regulares y malos, como en todos lados. Creo , sin embargo, que es una ciudad poética por excelencia: tiene un río que le pasa por el costado y la mira por entre los sauces que lloran y nadie consuela, tiene una cicatriz de hierro que la atraviesa con quejas de tren viejo; tiene mujeres dignas de escribirles en braile poemas de amor en sus caderas y dueñas de labios que parecen estar siempre anunciándome los besos que aún no he recibido, tiene vientos que alternan sus cardinales como las mentiras y las verdades, las apariencias o las realidades, tiene una historia cierta y otra colmada de metáforas, tiene campos con olor a trigo y siembra, y una tradición de leche no materna, tiene gente que baila y ríe, que sueña y despierta, que pregunta y que contesta.  Con todo eso y mucho más, se logran los poemas. No hacen falta otras herramientas.
 
SZ. -Si tuvieras que expresar con palabras de otro poeta un verso que represente tus sentimientos en este momento, ¿a quién elegirías?
 
EC. -Posiblemente, por todo lo que aún no tengo, citaría a Campoamor: " Ten paciencia corazón / que es mejor a lo que veo/ deseo sin posesión/ que posesión sin deseo.//  Y por aquellas cosas que veo y siento en lo cotidiano, a la mexicana Lina Zerón*:  " Vivo en un país tan grande/ que todo queda lejos. / La educación, / la comida, / la vivienda.// Tan extenso es mi país / que la justicia / no alcanza para todos."
 
SZ. -¿Corregís tu escritura?  ¿Alguien lo hace por vos?
 
EC. -Corregir, corregir, corregir y corregir. ¿No se trata de eso la tarea de hacer un poema? La poesía brota, inexorable, como una planta; en la corrección está el gusto por hacer que se convierta en flor perfumada y no en maleza amarga. Y si no veo las espinas, algún buen ojo o un ojo bueno me las mostrará a su debido tiempo.
 
SZ. -Un poeta argentino que prefieras. ¿ Por qué?
 
EC. -Juan Gelman me enseñó que se podía escribir poesía con palabras simples, luego todos los demás hicieron el resto.
 
SZ. -Internet, ¿perjudica la edición de libros?
 
EC: -Dos curiosidades; una: cuando no había internet en Villa María, existían dos o tres librerías, actualmente la cantidad se triplicó y existen, al menos, tres editoriales. Y dos: Cuando tuve internet en mi casa, mi biblioteca creció.
 
SZ. -Una pregunta más, Eduardo, y muchísimas gracias por tu tiempo: ¿está en decadencia la poesía en el mundo?
 
EC. -La población de poetas se ha incrementado de manera notoria, no obstante la cantidad nunca reflejó calidad, lamentablemente.  Si tomo en cuenta lo dicho, declaro que, sin temor a represalias, la poesía está en franca decadencia.  Algunas veces creo que se utiliza la poesía como excusa, como vía de escape, como cortina o antifaz, como herramienta para expresar los propios sentimientos sin la belleza del lenguaje y la armonía de la estructura.  Bienvenida la caricia en el hombro cuando ya no sabemos cómo llorar, pero no considero que la poesía sea la vía que debemos elegir para alcanzar ese objetivo.  Quizá ese desequilibrio nació cuando aprendimos a pedir y a suplicar, antes que a dar o regalar.  Si los poetas olvidamos esa parte, la poesía tiene corta vida.  No digo que no haya que invocar a la esperanza en cada verso, pero si voy a vivir sólo de esperanzas, es como soñar un sueño para no despertar nunca, y yo, particularmente, prefiero que los sueños se ajusten a las noches, para despertar con más ganas de vivir.
 
 Eduardo se aleja, previo largo abrazo de por medio. Su alta y delgada figura camina erguida. Me queda la imagen de sus manos, las de dedos largos y finos, las que precisamente edifican con alambre de cobre árboles, pájaros, poesías, como la que me regaló y transcribo a continuación:
 
                Bajo la parra desnuda
                mi padre
                escarba
                entre el humus
                y las lombrices.
                Quita malezas
                y ordena la tierra.
 
                Busca las raíces
                de un buen vino
                que quizá no beberá nunca.

                                     * * * * * * *

8 comentarios:

  1. Me encantó leer a este amigo, así, con la calidez de una entrevista en manos de Susana. Me gusto ese Eduardo se aleja...él es ese que va.Un abrazo.

    Lily Chavez

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  2. Muy buena la imagen del artesano y todo lo dice como un artesano de la palabra. Gladfys

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  3. Que bueno!!!!!... se aleja Eduardo y va dejando palabras, artesanías, calorcito, va dejando eso..para despertar con más ganas de vivir. Mi cariño

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  4. Cálido reportaje e interesantes los
    conceptos que describe el poeta.

    Celmir Koryto

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  5. Lo he visto en ferias artesanales, un artista, pero no sabía que también era poeta. Muy buen reportaje. Felicitaciones. Norma Evaristti

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  6. Genial la entrevista. Excelente.

    Mili Moreno.

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  7. Hermosa entrevista, felicitaciones a Susi y a Eduardo, dos queridos compañeros de camino en la poesía. Mi respeto por el trabajo de ambos y el compromiso conla palabra. Un abrazo y felicitaciones a la revista !

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  8. una entrevista amplia y esclarecedora me llenó de satisfacción saber que un compañero de tardes de invierno sea reconocido en una importante revista para que lo conozcan y disfruten al vez
    felicitaciones a susana y eduardo

    maria elena tolosa

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