jueves, 22 de abril de 2010

CRISTINA VILLANUEVA


La balada de Haroldo Conti*
A Haroldo Conti
 
Haroldo sueña que es un árbol que sueña que es un hombre que quiere soñar que no sucede esto. Entonces pájaro, un ave en su verde jaula de fronda. Jaula no, no ésta donde ya es anciano del dolor. Quiere la dulce luz del verano que recubra como un velo los huesos rotos. ”Si no volviese yo, la primavera siempre volverá”, busca florecer. En la memoria ya ha florecido en hojas de libros, de álamos, en caminos de ríos y palabras, camino hijo, su pajarito árbol. Haroldo se piensa hacia atrás, antes de lo que nunca debería haber pasado, cuando era un fresco cuerpo con vida que respiraba la tierra enviándole señales. Busca un
bosque húmedo, los otros árboles – cuerpos soñando un mundo verde. El olor de los hombres, de la tierra, el olor de lo unido, para espantar este olor, este asco de verde uniforme-golpe, este olor de futuro muerto. ¡Y todo por soñar!. Mientras el sueño gira, Ernesto, su hijo, sueña un padre vivo, no esa foto en el pecho de la madre, para crecer amparado por su sombra, un padre árbol para columpiarse con él en los ríos del aire, para encenderse por dentro y descansar los ojos de lo que vio ese día. Nosotros lo soñamos más viejo, desafiante del tiempo detenido, soñamos que leemos su nuevo libro en un país que todavía existe.

Cristina Villanueva

4 comentarios:

  1. Entre idas y retrocesos un texto hermosamente escrito donde Conti siempre existe.
    Celmiro Koryto

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  2. Me emocionaste con este hijo de Chacabuco, Cris. La dulce sombra querida de Haroldo nos cubre a todos los sobrevivientes. gracias, querida amiga. Andrés

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  3. Gracias a vos Andrés y a la belleza de los textos de haroldo

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  4. Exultante, como todo lo tuyo.
    Abrazos en Conti,
    siempre.
    Marta Zabaleta

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