viernes, 7 de septiembre de 2012

Cristina Villanueva




La hora de las palabras*
La lectura es un puerto de partida, un viaje, una aventura, una ventana, un horizonte. Los libros nos hacen por dentro, aún los que no leímos forman parte de nuestra subjetividad. Se derraman en adjetivos en nuestras charlas: quijotesco, dantesco, kafkiano. Se entrelazan con las imágenes del cine y con los cuentos que nos narraron. Se hacen amigos nuestros que comparten el hastío de la espera. Descubrimos que hay autores, personajes que pensaron y sintieron como nosotros y pueblan nuestra soledad. Nos vuelven detectives que buscan lo escondido del iceberg. La literatura tiene muchas formas de nombrar y contar los pocos temas elementales. Los libros son escaleras para escaparse de la banalidad. Instrumentos para reflexionar. Maneras de salir de un mensaje único que la sociedad de masas (a través de los medios de comunicación) tiene preparado para nosotros. El sentido de la vida puede estar en la línea de un libro, o quizás el sentido sea su búsqueda. Ese viaje nos dará el placer de encontrar fulgores dormidos en sus páginas que algunas veces se despiertan con nuestra mirada. 


Cristina Villanueva

4 comentarios:

  1. Cristina,
    Un hermoso homenaje y sentido a la literatura, un canto celebratorio del libro. ¡Felicitaciones!
    Germán Cáceres

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  2. G.M. dijo que una imagen vale más que 100 palabras ¡Nada menos que ella Gabriela Mistral!
    Yo por suerte no acuedo con ella en esta era de lo visual, ni nunca.
    Acuerdo contigo. Gracias
    Graciela Ur.

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  3. Gracias Cristina siempre nos encontramos y "te sigo " con interés y respeto . amelia

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  4. Además que la palabra es lo esencial que nos identifica como seres humanos, aquellas impresas nos ayudan a manejar mejor los conflictos personales y los contextos sociales apremiantes.
    No sé quién dijo que somos lo que leemos.
    Hermoso texto en valoración a la palabra que nos abre y también restaura.
    Un texto exquisito. Mi comentario es solo acompañar en la interpretación.
    Felicitaciones, Cris, y saludos.
    MARITA RAGOZZA

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