martes, 15 de noviembre de 2011

Alicia Giordanino



CRIPTAS


"Cuando el / espíritu/ se desvanece/
aparece la forma - BUKOWSKI
La mujer fue encerrada en otoño en un hospicIo del sur. Le dieron un atadito de ropas y algunas fotos de sus hijos, era lo único que tenía. Se había casado con un hombre de su mismo pueblo. Tuvieron dos hijos y una casa muy ordenada hasta que la mujer se dio cuenta cuánto le gustaba leer. Se pasaba las mañanas leyendo lo que encontraba por ahí, sobre todo en la biblioteca municipal. Su marido le decía que eso era pura sandez.
La mujer también se pasaba las tardes leyendo. Y ni hablar de las noches donde cada signo era una llamarada. El marido empezó a perder la paciencia. Pero la mujer no podía abandonar su oficio de lectora. Tanto leyó que empezó con el ejercicio de la escritura en un cuaderno viejo. El marido ya no soportaba. Le dio un plazo exacto de treinta días para desistir de su estado. Ella seguía con el lavado, el planchado y la cocción de los alimentos diarios, además de limpiar la casa y hacer las compras en el supermercado. Pero eso sí, no podía dejar de leer y luego escribir y luego leer más. Así fueron las cosas. Llegó el día en que el marido reventó. Estalló a las ocho menos cuarto de una mañana de noviembre. Tiró las tazas sobre el mantel verde con mínimas flores blancas y le explicó que él no podía continuar. Ella no se inmutó; esa mañana había amanecido con Bukowski. Entonces él la tomó de los cabellos y la internó en el hospicio del sur. Pidió agua. La enfermera le trajo un vaso de plástico lleno de líquido un poco marrón. Se quedó muy sola pero pensaba que tenía que seguir leyendo, aún en la oscuridad de esa celda. Encontró el recorte de un diario gastado y se lo comió. Comió aquellas letras negras que pintaron sus labios del color de la noche y sonrió. La vida le seguía dando el néctar necesario. Tuvo un presagio, entonces decidió desmenuzarse en grafías por la calle próxima a las estrellas. Luego puso su firma en aquel laberinto de nombres y levitó como volviendo a empezar. ■

de "Voces de este río" 

5 comentarios:

  1. Hermoso relato . ¿Quien está loco , quien está cuerdo? ´
    Me retrotrae , desde otro lugar , por supuesto a Borges. Cuando el queda ciego dice que se oasaba horas "releyendo" los libros en su mente.
    amelia

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  2. Las obsesiones bien tratadas en la trama alcanzan su cenit con el quiebre de la protagonista haciendo cierto lo asegurado por el mentado Bukowski, "leer demasiado te enferma la cabeza" Carlos Arturo Trinelli

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  3. El 25 de noviembre, si no me equivoco, es el día de protesta contra la violencia de género. Buena fecha para publicar este cuento. Sobre este tema recomiendo la película "El cambio"

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  4. Leer o no leer /esa es la cuestión/soñar/ morir acaso...literalmente.
    Una trama desarrollada con mucha soltura y con un dejo de rabia y de protesta a una libertad que solo se consigue levitando.

    Celmiro Koryto

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  5. Comerse las letras, comer el libro tiene una connotación muy especial que hace mucho tiempo escuché por radio comentar a un rabino. Si alguien me ayudara a recordarlo , lo agradecería .
    Y ella levitó, se elevó, digamos que loca y todo a un día después de la protesta contra la violencia de género, ganó su libertad mirando al bruto desde la altura.No se vino abajo; subió aunque sea con la mente enferma a cuestas.
    Muy bueno
    Cristina

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