martes, 19 de abril de 2011

ANA AJMĂTOVA . poeta rusa



ANA AJMÁTOVA


RÉQUIEM  
 
A modo de epígrafe
 
No, no estaba bajo un cielo extraño,
Ni bajo la protección de extrañas alas,
Estaba entonces con mi pueblo
Allí donde mi pueblo, por desgracia estaba.
 
1961
 
 
EN LUGAR DE PREFACIO
 
En los terribles años de Yezhov pasé diecisiete meses en las colas de las cárceles de Leningrado. En una ocasión,álguien, de alguna manera, me reconoció. Entonces una mujer de labios azules que estaba tras de mí,
quien, por supuesto, nunca había oído mi nombre, despertó del aturdimiento en que estábamos y me preguntó al oído (allí todas hablábamos en voz baja).
_ Y esto, ¿Puede escribirlo?
Y yo le dije:
_Puedo.
Entonces algo parecido a una sonrisa asomó por lo que antes había sido su rostro.
 
1 de abril de 1957
Leningrado. 
 
(Nota de pie de página: Nikolai Yezhov (1894-1939) Jefe de la NKVD (policía política) desde 1936 a 1938, época de las  grandes purgas de Stalin. En 1938 fue sustituido por Beria y ejecutado en 1939.)
 


DEDICATORIA
 
Ante esta desgracia se inclinan las montañas
Y no fluye el famoso río,
Pero son fuertes los cerrojos de la prisión
Y tras ellos están las "mazmorras de los presos"
Y una pena mortal.
Para algunos sopla suave la brisa,
Para algunos es una caricia el ocaso.
Nosotras no sabemos, somos las mismas por todas partes
Y sólo oímos el odioso chirrido de las llaves
Y los pesados pasos del soldado.
Nos levantábamos como para la misa del alba
Y caminabamos por la ciudad salvaje,
Y allí nos encontrábamos, casi sin aliento.
El sol estaba más bajo y el Neva más nublado,
Pero la esperanza canta siempre a lo lejos.
La sentencia...y de pronto brotan las lágrimas
Y ella se aleja ya de todas
Como si con dolor le arrancaran del corazón la vida,
Como si brutalmente la derribaran por la espalda.
Pero camina...se tambalea...va sola...
¿Dónde estarán mis amigas a la fuerza,
Mis dos años furiosos?
¿Qué oíran en la tormenta de nieve siberiana?
¿Qué imaginarán en el círculo de la luna?
A ellas les envío mi saludo de despedida.
 
Marzo 1940
 
(Nota de pié de página: "mazmorras de los presos" cita del poema de Alexander Pushkin (1799-1837) "Mensaje a Siberia",
dedicado a los poetas decembristas presos en Siberia.)
 
Del libro Réquiem, Madrid, Ediciones Cátedra, 2006. (2º edición

ANA AJMÁTOVA

Prólogo

Eso sucedió cuando sólo sonreía
El muerto, contento de su paz
Y como un apéndice inútil, Leningrado
Pedía de sus cárceles.
Cuando, locos de dolor,
Caminaban en tropel los condenados,
Y los silbidos de las locomotoras
Cantaban cortas canciones de despedida.
Las estrellas de la muerte se erguían sobre nosotros
Y la inocente Rusia se retorcía
Bajo unas botas manchadas de sangre
Y bajo las ruedas de los negros furgones.

                        1
Te llevaron al alba,
Y fui tras de ti como en un entierro.
En el ático oscuro lloraban los niños,
Y ante la imagen sagrada se derretía la vela.
En tus labios estaba el frío del icono
Y un sudor mortal en tus cejas…¡No lo olvidaré
Como las viudas de los Streltsy
Aullaré bajo las torres del Kremlin

1935
                        
                        2
Apaciblemente fluye el Don apacible,
La luna amarilla entra en la casa.

Entra con un gorro ladeado,
La luna amarilla ve una sombra.

Esta mujer está enferma,
Esta mujer está sola.

Su marido está en la tumba, su hijo en la cárcel.
Rogad por mí.

                        3
No, no soy yo, sino otra quien sufre.
No podría soportarlo. Que un velo
Negro cubra lo sucedido,
Y que se lleven las linternas…Noche

1940

                         4
¡Si te hubiera mostrado a ti, la bromista,
Adorada por todos los amigos,
La alegre pecadora de Zárskoe Seló,
Lo que sucedería con tu vida!
Cómo entre trescientas mujeres, con un paquete,
Harías cola bajo las Cruces,
Y cómo con tus ardientes lágrimas,
Fundirías el hielo de Año Nuevo.
Allí silenciosamente los presos
Se abalanzaban y cuántas vidas
Inocentes se consumen…

1938

                         5
Diecisiete meses hace que grito.
Te llamo a casa,
Me arrojé a los pies del verdugo,
Hijo mío, horror mío.
Todo se ha enturbiado para siempre
Y no puedo distinguir
Ahora quién es el animal, quien la persona,
Cuánto tiempo queda para la ejecución.
Y sólo hay flores cubiertas de polvo
Y el tintineo del incienso, y huellas
desde algún lugar a ninguna parte.
Y me mira fijamente a los ojos
Y me amenaza con una muerte cercana
Una inmensa estrella.

1939

                            6
Pasan pronto las semanas.
Lo que sucedió, no lo comprendo.
Cómo a ti, hijo, te contemplaron
Las noches blancas en la cárcel.
Y cómo de nuevo te contemplan
con su ardiente ojo de gavilán.
Y de tu alta cruz,
Y de tu muerte, hablan.

1939

                    7
     La Sentencia

Y cayó la palabra de piedra
Sobre mi pecho todavía vivo.
No importa. Estaba preparada.
De alguna manera me las apañaré.

Hoy tengo que hacer muchas cosas:
Hay que matar la memoria,
Hay que petrificar el alma,
Hay que aprender de nuevo a vivir.

Si no...El caluroso susurro del verano
Celebra su fiesta en mi ventana.
Hace tiempo que presentía
Este día luminoso y la casa vacía.

22 de junio de 1939
Casa de Fontaka.

Nota: 22 de junio de 1939. Esta fecha corresponde al día en que el hijo de Ajmátova, Lev Gumiliov, fue sentenciado a un campo de trabajo. 

 
 
                    8
   A la muerte
 
Si has de venir ¿por qué no ahora?
Te espero. Me siento muy mal.
He apagado la luz y te he abierto la puerta
A ti, tan sencilla y asombrosa.
Toma para esto cualquier forma,
Irrumpe como una granada arrojada,
O furtivamente, como un pluma, como un bandido experto.
O envenéname con el tufo del tifus.
O con un cuento inventado por ti,
Conocido por todos hasta la náusea,
Para que yo vea la punta del gorro azul
Y al portero pálido de terror.
Todo me da igual ahora. Humea el Yenisei
Y resplandece la estrella polar,
Y el último horror vela
El brillo añil de los ojos amados.
 
19 de agosto de 1939
Casa de Fontanka
 
            9
Ya la locura cubre 
Con su ala la mitad de mi alma,
Y le ofrece su vino de fuego,
Y la imanta hacia en negro valle.
 
He comprendido que debo
Cederle a ella la victoria
Oyendo mi propio delirio
Como si fuera ajeno.
 
Y no me dejará ella
Llevar nada conmigo
Por mucho que la suplique
O fatigue con mi plegaria:
 
Ni los terribles ojos de mi hijo,
Petrificados por el dolor,
Ni el día en que llegó la tormenta,
Ni la hora de la visita en la cárcel,
Ni la suave frecura de sus manos,
Ni la sombra temblorosa de los tilos,
Ni el lejano y ligero sonido
De las últimas palabras de consuelo.
 
4 de mayo de 1940
Casa de Fontanka
 

6 comentarios:

  1. Como lo digo: !Material impresionante! Imperdible! por ahí me canso de los poetas que dicen siempre lo mismo, y esta poeta me remueve y renueva. Bien, bien!

    Mariano Lazarte
    Arriba Junín!

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  2. Decididamente, un estupendo trabajo. Me gustó todo.

    Lily Chavez

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  3. Siempre desgarra la poesía sobre la crueldad porque fue escrita con lágrimas en la oscuridad más absoluta.
    Gracias por incluir estos textos
    Cristina

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  4. Como extraída de detrás de los espejos, la barbarie del Gulag, deja aferrada la palabra que dicha en voz baja mantiene la fuerza del recuerdo sin lapidar memoria.
    Una muestra irrevocable y crucial en la poesía de Ana Ajmátova.

    CEl

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  5. Pesía testimonial que conmueve y que me lleva a pensar como puede ser tranformada en una vivencia estética invalorable.
    amelia

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