domingo, 1 de junio de 2014

Ernesto Ramirez




pan tibio                                                                               
apenas cae la tarde
ni bien el vaso se aferra a mi mano,
cual pirata cebado tu recuerdo me aborda
con ese sabor a pan tibio
que solamente tu cuerpo exhala,
entonces la ciudad, por saber me sabe,
a trozos de hogaza agridulce
a deseo fermentado, a migajas de placer.
la esquina, que por saber sabe de ti, convoca a la brisa
la brisa a tu aliento
y la noche se hace hembra madura,
reposada y sin prisa se instala junto a mí
asomada al vaso incita al pecho
a liberar noche adentro y hasta el amanecer
sus vahos de desamparo.
en la fría humedad del bar
recostado al hombro de las horas
la soledad, harta de su insípida constancia,
remueve trago a trago tu sabor                                                             
que cada noche obstinado retorna
aunque algo distinto,
a saber: menos tibio.
                             
         


Ernesto Ramirez




3 comentarios:

  1. Poema perfumado , tibio...exorcismo contra la soledad. Muchas gracias . Muy bello.

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  2. Creativa analogía para recrear la soledad tildada de insípida, saludos, Carlos Arturo Trinelli

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  3. Sensual, amo esto poemas tan poderosos en su demostración de la atracción íntima de los seres humanos, dicho con fineza, sin provocación, un poema hermosísimo. felicitaciones. un abrazo. marta comelli

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