sábado, 2 de febrero de 2013

Osvaldo Soriano



Osvaldo Soriano

Algunos grandes escritores pasan desapercibidos, y nunca se sabe por qué; es el caso de Osvaldo Soriano, del que este año se conmemoraba el décimo aniversario de su muerte, y en España nadie se acuerda de él (al menos no he leído nada en suplementos culturales varios). Sólo Seix Barral hizo un tímido intento de reeditarlo (quizá fue una casualidad encontrar algún libro suyo, puede que destinado a la Argentina, donde lo edita), que parece haber quedado en nada.
Quizá no sea tan conocido como Borges, Bioy, Cortázar... y otros más de la primera división de la literatura argentina (y la metáfora creo que le gustaría, tan apasionado él por el fútbol), pero siempre sería uno de los candidatos a llegar a la división de honor (como creo que se le llama por aquí).
No nos encontraremos en él profundas meditaciones filosóficas, ni escenas de literatura fantástica, pero sí muy buenas novelas sobre la realidad de su país, marcada por el peronismo, y divertidísmos relatos, especialmente los de fútbol. Como periodista, analizó el país que le tocó y se exilió; como narrador (si es algo diferente) se dolió de los problemas patrios pero supo llevarlos con humor.
Para mí es uno de los mejores humoristas (por cínico y descarnado); en Triste, solitario y final, buscando a Laurel y Hardy con la ayuda de Marlowe; en El ojo de la patria, parodiando el espionaje argentino y los mitos nacionales (las manos de Perón en este caso); en A sus plantas rendido un león, dibujando a un argentino, en un fantástico país africano, que usurpa el papel de cónsul, y se enfrenta a su homólogo británico a costa de las Malvinas, y en medio de una revolución de gorilas...
Junto a ello, dos novelas "negras", Cuarteles de invierno y No habrá más penas ni olvido, y dos excelentes novelas de carretera,Una sombra ya pronto serás, y La hora sin sombra. Y en todas sus obras, el antihéroe argentino, ya derrotado, pero no vencido (hasta el final...), ejemplo de un país que ha sufrido tanto en el sigo XX.
Sus cuentos de fútbol (recogidos en España en Fútbol. Memorias del Míster Peregrino Fernández y otros relatos, Mondadori, 1998) son desternillantes. El que más me gusta es "El hijo de Butch Cassidy" (está 
aquí), en el que un supuesto hijo del bandolero Butch Cassidy se hace árbitro de fútbol en la Patagonia para arbitrar un Mundial de 1942 entre obreros de diferentes nacionalidades, nazis alemanes e indios mapuches; en "Final con los Rojos en Ushuaia", el mismo hace de árbitro en unos encuentros entre las diferentes facciones de la izquierda argentina... Y no destaco más.
Es difícil que lo consigáis: tan apenas se encuentra en las librerías, y poco en las de internet (salvo en 
http://www.iberlibro.com/, donde podéis encontrar casi todo a buen precio). Y si no conseguís nada, dadme vuestro email en los comentarios y os enviaré 

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4 comentarios:

  1. Porque nació aquí en Mar del Plata, tenemos el Centro Cultural Osvaldo Soriano. Al menos tenemos ese lugar con su nombre, aunque comparto la idea del autor o la autora de la nota (no figura) que es uno de los tantos escritores olvidados o no debidamente considerados. El Centro Cultural que menciono pertenece a la Municipalidad y en la Biblioteca del mismo pude releer casi toda la obra de Soriano.Quizás su galería de perdedores sacuda demasiado a tanto autobombo que hoy se manifiesta en los medios o en infinita cantidad de blogs de pésimo gusto y pobres mensajes
    Cristina Pailos

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  2. Es increíble que no se encuentren sus libros. La crónica omite los relatos sobre el padre que me parecen piezas maestras de la narrativa. Carlos Arturo Trinelli

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  3. Un grande. Como tantos injustamente relegado al olvido!

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  4. Elogiado, algunas veces olivado ( como dice Amelia ) y también discutido por la pseudointelectualidad.
    Escritor rebelde, provocativo, " muy" argentino.
    MARITA RAGOZZA

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