sábado, 2 de febrero de 2013

Ester Mann / Vidas Humanas

Ester Mann

Vidas Humanas

Camino ida y vuelta, dos veces por día  por esas calles cercanas a la estación del tren. Casas viejas, abandonadas, construídas en hilera, con cables colgando de los balcones, ropa tendida, chicos en ropa interior jugando en lo que un día fue jardín y hoy es tierra seca y sucia, plagada de deshechos: partes de viejas cocinas o restos de un lavarropas. Perros cavando en el suelo reseco, ¿buscando qué?
Paso por el sendero que las bordea y alcanzo a ver el interior: muebles viejos, televisores transmitiendo a toda volumen programas infantiles o de cocina que nadie ve.
La fealdad con mayúscula en todo su esplendor.
Vidas humanas en su expresión más viva. 

Dos vecinos discuten por un perro bravo. El presunto dueño trata de mantenerlo quieto sin conseguirlo. Es probable que el que se queja tenga razón…¿Pero quién sabe qué significado tiene ese perrazo para su dueño? El hombre que protesta tiene en brazos un niño pequeño y lloroso, con seguridad la víctima de la agresividad perruna.
Discuten, encerrados en su isla privada, descontentos e irritados. Uno por el llanto del niño que ya quiere irse y tironea del padre queriendo bajar y seguir jugando.  El segundo casi arrastrado por el perro, que quiere correr libremente y se encuentra apresado por la correa.
El ruido de los televisores, el griterío de los niños que juegan alrededor, la gente que pasa por el angosto sendero y los obliga a correrse de uno a otro lado .El estrépito del tren a pocos metros del lugar, que no cesa, contribuye a aumentar la rabia de los dos hombres.

Sigo mi camino, dejo atrás esas vidas que contemplé por pocos segundos y continúo con la propia, camino al hospital, esa ciudad secreta en la que otras vidas luchan, sufren, nacen o mueren. Gente, gente que existe como en un compendio, un resumen del destino del hombre. Nacer, vivir, morir  y no ignorarlo…  Vidas humanas. 

Ester Mann

7 comentarios:

  1. Vidas , muertes , vidas muertas, podemos conjugar frases..
    Me quedo con tu estupendo relato sobre la cotidianidad y pienso y siento , la vida cotidiana no es pavada!!
    Un abrazo fuerte Nurit!!!

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  2. Supongo que la autora ha narrado sus angustiosas peripecias en los días en que su compañero yacía en el hospital esperando, o la vida o el fin, la operación dl reloj que marca las horas de la vida. Escrito con esa economía de palabras que resalta la obra literaria de Ester Mann. Me gustó mucho, tal vez porque en parte soy protagonista tangencial...
    andrés

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  3. Ceñida crónica que acongoja en la conclusión final cuando el protagonista, escéptico, combrueba la finitud de lo vano sumido en sus reflexiones, Carlos Arturo Trinelli

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  4. Esas calles cercanas a la estación de tren, el abandono, la dejadez, la miseria, y por contraposición, la lucha y el esfuerzo de la ciudad secreta por honrar la vida. Un beso, Lina

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  5. En la simplicidad de un instante la vida nos cambia derroteros y por ser humanos nos adaptamos con velocidad implícita. No por eso el sentimientos los miedos y hasta a veces la desesperanza nos hacen ver las cosas de otra manera y dar cabida visual con mayor énfasis a lo que nos rodea adentrando sus secretos.
    Suave e interesante desarrollo.
    Celmiro

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  6. Flashes de vidas recortadas, reales, comunes. . .con el acicate que forman parte de nuestra Humanidad.
    El relato me hizo pensar que las paredes altas de los Hospitales no sólo son para guardar la privacidad del dolor, sino también para ignorarlos.
    El texto es una mirada sensible que llega y se queda.
    Felicitaciones, Ester y cariños.
    MARITA RAGOZZA

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  7. Hola Ester, el desarrollo de este relato que nos presenta un espacio lejano y conocido, cercano a la mano y alejado de la razón en la cotidianeidad. En la discusión de los dos personajes que se agreden mientras un niño y un perro insisten en evadirse de ese todo que los abruma, en su caso, la falta de libertad, del poder decidir. El ser humano repitiéndose en un paisaje abrumador. Las descripciones tan sencillas y reales que mientras leemos vamos haciendo el recorrido del personaje, acompañado con la mirada y el sentimiento. Me gusta este relato simple y desgarrador como el ser humano lo es. Un abrazo. marta comelli

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