martes, 23 de marzo de 2010

STELLA MARIS TABORO     



Historia de  Daniel; pudo ser la tuya o la mía
                                         
Con sombras de vuelos rasantes de sur
a norte , de norte a sur ,el miedo se extendía . 

En Río Gallegos , aunque tan lejano, también, sentía el templaderal de las persecuciones.Daniel, estaba afiliado al partido justicialista , esto le permitió ser trasladado a la municipalidad de La Plata con ascenso de categoría. Llegó con su esposa y su pequeña hija María, que ya tenía un año. Un nuevo desafío, adaptarse a otro lugar también cerca del mar .Un tiempo que era de dictadura y terrorismo de estado .La nueva casa en la ciudad de La Plata, miraba al mar , siempre encrespado en sus gigantes olas . Los amaneceres mateando con Bibiana y viendo nacer el sol en el agua era una especie de pintura romántica . Era la calma ,la paz que apretaban intensamente cada día como si fuese el último momento juntos . A Daniel le faltaban tres dedos, era la marca de su paso por la ESMA, era la marca de la tortura.“ Es así , la suerte estaba echaba” , se decía convencido.
Daniel no se sentía un Julio César, pero quería cruzar ese Rubicón que para él significaba saltar las murallas que le impedían su compromiso con la solidaridad , aunque debiera enfrentar la fiereza del poder militar .Caía el mes de abril del 76.Otro amanecer .Otra vez los mates con su esposa , junto a la mesita ratona cubierta con un mantel de lienzo y cerca la ventana , donde en el vidrio quedaba pincelado el mar erizado. Esa mañana la bruma era espesa.Esa mañana , la pequeña María se había despertado más temprano .Balbuceó el nombre de su papá , cuando justo Daniel se despedía de Bibiana.
En una calle cualquiera ,en una pared cualquiera Daniel comenzó a pegar carteles del partido justicialista .Lo detuvieron y fue llevado en un camión del ejército al batallón 601 de Monte Chingolo partido de Lanus , Daniel sintió angustia , rabia y dolor ,mezclados con esa esperanza que siempre acompaña como alivio, en momentos así .Con la velocidad misma de la luz se sucedieron las imágenes de todas las veces que había zafado de situaciones difíciles: cuando iba a visitar a su padres viajando con cautela , cuando salió de la Cacha, cuando perdió sus tres dedos en la tortura , pero pudo salir y aún estaba vivo. Latía con su esperanza de reencontrarse pronto con su Bibliana y de jugar tirado en el piso con la pequeña María . Deseos por volver a ver a sus viejos en las Pascuas que vendrían pronto . Deseos de estar en la casa de la abuela Amalia , allá en el Fortin de los algarrobales. De volver a tomar su guitarra y cantarle al viento y prender su canto en las hojas que viajan lejos al comenzar ese otoño .Fue un 17 de abril. Nunca se volvió a saber de él .Ese mismo día el ejército argentino entró a su casa de La Plata Destruyó y revolvió todo como el terremoto más destructor .
Bibiana y la pequeña María, no estaban... 

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3 comentarios:

  1. gracias Stella Maris por tu texto: porque los asesinos y sus adláteres siguen entre nocotros. Andrés Alda

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  2. Gracias a todos los que leen este texto que no es invento, es real

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