lunes, 11 de abril de 2011

ÁGNES NEMES NAGY - poemas



Nació en Budapest, en 1922. Se graduó en 1944, en la Universidad Péter Pázmány de Budapest, en Letras húngaras y latinas. De 1945 a 1953 trabajó en la revista pedagógica K6znevelés (Educación Pública), luego fue profesora del Liceo Petöfi hasta 1958. A partir de esa fecha se dedicó solamente a la literatura. Su primer libro de poemas, Kettos uilágban (En un mundo doble) fue editado en 1946. A partir de esa fecha publicó 21 libros entre poesía y ensayos. Sus traducciones de la poesía mundial y de dramas franceses y alemanes fueron publicadas en varias antologías. Recibió los premios de literatura más importantes de Hungría: el Baumgarten en 1948. el József Attila en 1969 y el Kossuth en 1983. En 1946 fundó con János Pilinszky y otros escritores la revista literaria Újhold (Luna Nueva), que fue suspendida en 1948 a la toma del poder por el partido comunista de Rákosi. En 1986 la revista pudo renacer como publicación semestral: Újhold éukonyu dirigida por la poeta. En esta forma llegó hasta el número 12 y cesó con la muerte de Ágnes Nemes Nagy acaecida en 1991. 

Árboles

Hay que aprender. Los árboles de invierno.
Ese cubrirse hasta los pies de escarcha.
Inamovibles cortinajes.
Hay que aprender la franja
donde el cristal ya humea,
y el árbol va cruzando la neblina
como los cuerpos la memoria.
Y tras los árboles el río,
las alas silenciosas de los ánades,
la cegadora noche azul y blanca
donde hay paradas cosas en capuchas.
Hay que aprender aquí los gestos
inenarrables de los árboles.

De las metáforas

¡Cuánto amé las metáforas!
Dios, cuánto disfrutaba
su resoplido en torno mío,
su piafar de caballos agitados -
Les ponía la brida y ¡adelante!
Les soltaba la rienda, y sólo a punto
de desbocarse ya, la recogía,
tirando y refrenando, con el doble
placer en ambos brazos,
de galopar y detener.
Hoy les vuelvo la espalda.
Voy pateando las piedras de la plaza.
Sólo un músculo tiembla con el ruido
De una que otra que viene por la espalda
Y me apoya el su testa nervuda sobre el hombro.

Ante el espejo

Con lentitud te quitas el color de la cara,
y aún la misma cara quitártela quisieras;
esperas que el sillón se alce y haga un gesto
aburrido, surgiendo tras de ti.

9 comentarios:

  1. Metáfora de metáforas.
    !Excelente! Gracias Editorial.
    amelia

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  2. Poeta de impresiones indirectas emociona con su perspectiva en intensidad y frescura poética.

    Celmiro Koryto

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  3. Excelente poeta.Ante el espejo; en cuatro versos nos dice del hondo drama humano de todos los tiempos. Las búsquedas, encuentros y desencuentros con nosotros mismos.
    Gracias Artesanías.
    Ofelia

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  4. " Aprender de los árboles " y mucho. Quizás entre todas las metáforas es la que sostiene ante el espejo que nos desnuda. Brillantes poemas.

    MARITA RAGOZZA

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  5. Ese cubrirse hasta los pies de escarcha! qué bueno y como ese verso muchos otros. El resoplido de las metáforas del que habla la autora me ha llegado ahora a mí para el disfrute.

    Lily Chavez

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  6. Renovar la página de poetas es parte del proceso de cambios. De los poetas y escritores de la Europa del Este es más bien muy poco lo que se publica: tratamos de corregir este déficit. Hoy editamos poemas de una poeta magyar...ÁGNES NEMES NAGY
    Andrés Aldao

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  7. Excelente poesía,tocante, intensa. Bello descubrir en mi casos, nuevos poetas viejos, digo viejos a las letras y Agnes se ha ido ya pero deja.... No sabría cual de los trabajos publicados me atrajo más, pues los tres son intensos y cubren y descubren a la autora como los árboles que describe abrázándose en un techo verde, o lo imagino...
    '' y el árbol va cruzando la neblina
    como los cuerpos la memoria'', intenso reitero en esta deliciosa imágen tan sentida, el árbol, el hombre y su memoria. Los árboles también la tienen, de hecho hay algunos que viven más de mil años. Gracias. Qué bella publicación. Marta

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  8. La poesía, sea o no contemporáneo si queda en el tiempo, es un logro que seguro no quedó en intento. Bienvenida esta bella poesía de una poeta que desconocía.

    Pedro Altamirano

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  9. Los tres poemas con distintas intensidades se quedan en los sentimientos, qué buena publicación
    Betty Badaui

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