jueves, 4 de agosto de 2011

ernesto ramírez



la marioneta 
la marioneta ríe
va y viene
gesticula
habla sin parar
a toda hora y distancia
queda con otras
alucina viendo escaparates
glamorosos
de ropas y de afines
reservados
de vulvas y de penes
actuar no tiene coto
se abrazan
¡fotos fotos fotos!
la marioneta
sale al teatrino
producida seducida
reducida
bebe y fuma
filobazofia
de libertades y de ajuares
practica disciplinas marciales
como el chisme y el sexo
juegos y deseos
la vida es un tebeo
¡videos videos videos!
compra
sobre todo la marioneta consume
compra color
vanidad
scalextric
comodidad
remiendos juveniles
todo lo que brille
y la haga estar a full
tiene tanto
que de vacío esta llena
mas ha de evitar el out ball
seguir en primera
¡futbol futbol futbol!
es daltónica
confunde el color de los hilos
con el de la libertad
la marioneta es propensa al estrés
los escenarios marrones
la agobian
necesita un cóctel
una raya
un plató
una pantalla
¡hollywood hollywood Hollywood!
la marioneta
no entiende de austeridad
comunidad
serenidad
sólo sabe de publicidad
arcas y marcas
vértigo
visa y divisas
derrocha pericia
entre parís e ibiza
¡albricias albricias albricias!
la marioneta
también entristece y llora
sobre todo en las crisis
cuando no hay cash
y hace crash
su ritmo de vida
entonces
llora el día entero
y Goethe ordena
¡trastero trastero trastero!

3 comentarios:

  1. Un nuevo estilo, entre cínico y profundo, pero no desesperado. Aunque no entiendo de poesía creo que hay varios hallazgos literarios, como la repetición de una palabra cada tantos renglones que imita el estribillo de una canción y las rimas dispersas en la poesía. Felicitaciones!!

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  2. La ilustración ya sugiere el destino de la marioneta.
    Me ha impactado el juego de palabras.
    Bellísimo poema.
    No creo que nadie le haga caso a Goethe cuando ordene : al trastero, yo no.
    Gracias POETA!!!
    amelia

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  3. Detrás de las figuras gesticuladoras de las marionetas hay un alma que le da vida a esa fantasía. Este poema me retrotajo a lejanos días, agradezco la emoción.
    Betty Badaui

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