domingo, 21 de agosto de 2011

EDUARDO DALTER



SIETE NOTAS DE INVIERNO

Hasta tu cama
entran,

tensos, de esquina,
por tu piel,

y por allí
te andan,

quiebran
tus cerrojos;

los hechos,
las manos, las voces.


                      *


Como a cada beso lo borra
el viento que sopla y sopla,

ella pocea y pocea la arena,
pareciera, con más fuerza;

es el viento húmedo, poceado,
que escribe, escribe, escribe.


                      *

Dejá que entre la luz,
dejala que entre,

que se acomode,
que abra su valija;

no vayás a echarla;
dale de comer;

dejá que ande por la casa.

                      *


Amor marcado
de estos años.

A pesar de todo
vuela, vuelve.

Tibio es él;
a prueba es él.

Memorioso, dúctil
y carnívoro.

El da la hora
de esta hora.


                      *


Pasás ladeada, vida;
depende el barrio.

O acariciando con un ala,
o dando fuerte con el pico.

No pasás derecha, vida;
vos planeás, planeás.


                      *


Hermosura que te busco;
electricidad que es hermosura;

hermosura de una mano
en otra mano; de un cuerpo

en otro cuerpo; de una letra
que con otras es palabra;

palabra que te busca, me busca.
La oscuridad no es cosa nuestra.


                     *


Por la calle fría
un hombre va

metido en sí
hasta la médula

como representando
poemas de Vallejo,

cruza la avenida, tose
y se pierde entre la gente.


ººººººººººººººººººººººº

2 comentarios:

  1. Eduardo, he leído muchas veces estos poemas, y siento que escribes y escribes, y planeás y planeás... y el poema pocea pocea hasta poseer este pobre esqueleto que me ha sido prestado.
    amelia

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  2. En el invierno del poema la palabra tose en la letra del hombre, del amor, del cuerpo y de las manos y el frío deja de ser el primer protagonista.
    Estilo de versos volátiles con el peso que da el tiempo.

    Celmiro Koryto

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