jueves, 19 de enero de 2012

Marta Comelli





veranos

Ese verano sacrificamos algunos estandartes,
tiramos  los amuletos debajo de la cama.
Yo  aprendí  a rezar en voz baja
para  no acribillarte ante tanta imploración.
Todo fue color de rosas…  difuso, rosa frágil, herido.
Aprendimos a fingir.
Fue tan fácil.
Nunca más volvimos a ser aquellos que éramos. 
05.01.2012, marta comelli


´´´´´´

‘’Yo era la guardiana de la ausencia
y la memoria no podía perdérseme…’’
’Wendy Guerra
Estoy bien
sólo me pesa el cuerpo
todo,
desde el pelo a las uñas de los pies.
Estoy sellada por la idea de un mar cercano.
Es un mar de lágrimas y temo incentivarlo.
Que no me tape, el agua del mar de lágrimas, no quiero, no puedo con él.
Es que el tiempo es largo, o corto, según…
 quiebre,  hiera, mate o duela.
Lo estiramos al máximo,
hacia una desgarradura terminal, hacia un regreso inacabado en el recuerdo.
Estoy bien,
es sólo este torpe cuerpo que pesa  y lento tirita, desconociéndose tirita,
 se arrastra  en el frío de estos cuarenta grados de enero, abismales.
Cuerpo abismal.
Entre lo torpe y lo perverso,
lo límpido o lo supuesto,
lo simple de un abrazo y la epopeya: escalar de espaldas un abismo y seguir.
Hay un gran vacío en este cuerpo que repta
 en agobio de frío y fuego.
Estoy bien.
 Este es mi cuerpo , si lo tocan… grito.

04.01.2012, marta comelli

2 comentarios:

  1. Cuando el frío del alma y del recuerdo es mas fuerte que el crudo verano nos desfallece el cuerpo y el dolor es llaga intocable, grito callado, fuego inapagable.

    Celmiro Koryto

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  2. La imploración escondida en el dolor, la necesidad de fingir, mientras duele todo como escalar desnuda un abismo.
    Una obra poética que desgarra. Muy lograda, Marta.
    Felicitaciones y saludos.

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