jueves, 19 de enero de 2012

Octavio Armand: POEMAS



El poeta Octavio Armand nació en Guantánamo (Cuba) en 1946 y vivió durante muchos años en Nueva York, donde fundó y dirigió la revista Escandalar. Actualmente reside en Caracas y es quizá una de las voces de mayor potencia y sutileza estética de la órbita iberoamericana; entre sus obras están Piel menos mía (1976), Cómo escribir con erizo (1978), Origami (1987) y Son de ausencia(1999). Algunos de sus ensayos han sido recogidos en El pez volador (1997) y El aliento del dragón(2005). Su obra ha merecido la atención de la crítica especializada de voces como Guillermo Sucre, Octavio Paz y Severo Sarduy. En algún momento fue nombrado “el último surrealista”. -¿Escritor del Boom o del Boomerang?
-Mi currículo es vasto si enumera los premios que no he ganado, las editoriales que no he tenido, lo que me falta por saber y por saber decir. Si no, que lo digan mis cinco o seis lectores. Soy un escritor del boomerang. A mucha honra, podría asegurar para mi propio consuelo. Pero al recordar la fábula de la zorra y las uvas, sospecho que se trataría de una mendaz Esopo/peya.


Poema Espejo 

                          Para Mark Strand

Al traducirte -al repetirte- me di cuenta
de tu soledad y de la mía. La repetición me
separaba de ti y te separaba a ti de ti mismo.
La repetición es siempre un hueco. Como las
púas del erizo, que amparan al mar de su
propio fondo. Porque ahí, en su propio fondo,
mar o Mark no es más que erizo, tú no es más
que yo; hueco: eco: un vacío insostenible.


Poema Biografia Para Feacios

Tal vez soy Demódoco y cuento las hazañas de Odiseo
O soy Odiseo escuchando el relato del ciego
Ya no fui lo que soy
El lenguaje me mata
¡Cuidado!
¡Voy a nacer!
Digo: nazco
Lo repito, nazco
Mis nueve libras golpeadas
Mi grito que sale directamente de la carne
Mi primera y única palabra aprendida
Mi nombre
La delación y el bautismo hasta esos labios
Los dientes rotos que me tiran
El prudente mendigo esquivándome
¡Tanta, tanta elocuencia!
Cuatro alfiles que me acosan, blanquísimos,
pero untándose mi sombra
Mis pasos que abren tumbas
Yo mismo que corro despertando muertos
y despierto encerrado en otros ojos
Todo está detrás de mí
¡Sólo tengo espaldas!
¡Cuidado!

3 comentarios:

  1. La realidad como un eco vacío.Y en la profundidad del mar. Borges con sabiduría pedía perdón al lector por haber escrito alguna idea antes que él. Gracias por el poema.
    Graciela Urcullu

    ResponderEliminar
  2. Existen poetas que no necesitan ganar ningún premio para ganar la estima del lector, basta su palabra y su pensar. Creo que nos vemos en su poesía y nos reflejamos en su surrealismo.


    Celmiro Koryto

    ResponderEliminar
  3. El autor escribe en forma poética sus vivencias existenciales, donde el abismo y el vivir nos obligan a inventarnos.
    Interesante las palabras del autor que obran en la introducción.
    Excelente publicación.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar