miércoles, 4 de enero de 2012

Arlt: obra y proyección



La obra narrativa de Roberto Arlt

A Arlt nunca le interesó mantenerse dentro del "buen gusto", ni se privó de utilizar ninguna herramienta al alcance de su escritura que fuera eficaz para retratar la realidad de un modo descarnado; por ello algunos de sus libros causaron revuelo y escándalo. La "desprolijidad" de su escritura, los "errores ortográficos" que se le imputaban, quedan reducidos a meros detalles anecdóticos a la hora de evaluar una obra que ocupa un lugar esencial dentro de la literatura argentina del siglo XX, justamente por la fuerza de un estilo y de unos argumentos ajenos a toda voluntad estetizante, característicos de otras corrientes dominantes en la literatura nacional. En el prólogo a Los lanzallamas (que suele ser considerado como una manifestación esencial y definitiva de sus ideas en torno a la labor literaria), Roberto Arlt defiende su papel de creador frente al establishment, al tiempo que critica con dureza el sistema de reconocimiento y promoción cultural de la época.
La obra de Arlt ha sido vista como un espacio de confluencia de los discursos más significativos de su tiempo: desde las utopías socialistas y anarquistas de las primeras décadas del siglo XX a la subsiguiente irrupción de los proyectos totalitarios (especialmente, el nazismo y el fascismo), así como un amplio repertorio de saberes vinculados a las ciencias ocultas. En su novela Los siete locos, este último aspecto se evidencia con mayor contundencia, a través de los sueños y las fantasías que encarnan en sus personajes y que se vinculan con toda una iconografía ocultista.
En la casi totalidad de sus obra, el autor presenta unos personajes (las más de las veces desclasados, marginales, humillados) que se enfrentan, en notoria situación de desventaja, con las perversas leyes de la sociedad burguesa. El robo, la traición o la decepción constituyen las preocupaciones temáticas en torno a las cuales gira el destino de los personajes de Arlt. Arlt retrató con exasperado realismo a la pequeña burguesía porteña, a emigrantes sin raíces y seres que bordeaban la marginación. Su primera novela, El juguete rabioso(1926), con abundantes elementos de inspiración autobiográfica, relata la difícil iniciación en la vida de Silvio Astier, un adolescente soñador de origen humilde cuyos fracasos le impulsan a una afirmación por la rebeldía y la delincuencia.
A esta obra siguió el díptico narrativo formado porLos siete locos (1929) y Los lanzallamas (1931). Si en su primera novela se daba todavía algo parecido a una estructura y la escritura se sometía a ciertas convenciones literarias, el autor en estas dos nuevas novelas actúa con total libertad (en ocasiones, por ejemplo, no se sabe quién narra) y logra dar el adecuado tono de pesadilla que conviene a su asunto. Un antihéroe, Erdosain, acusado de desfalco y abandonado por su esposa, se asocia con el Astrólogo, insólito personaje que controla el inframundo social y que urde una conspiración para terminar con la sociedad capitalista y salvar a la humanidad. El reto a la sociedad fracasa y, atrapados en la falacia de una revolución irrealizable, los personajes quedan perdidos en su soledad y mueren o desaparecen.
El teatro
Arlt renovó con originalidad el teatro en su país. Se inició en la escena en 1932 con Trescientos millones, "obra en un prólogo y tres actos", a la que le seguirían otras siete piezas dramáticas. Trescientos millones trata de una criada, seducida por el hijo de la casa, cuya triste existencia es sólo soportable gracias a los personajes del folletín y de cuentos de hadas que pueblan su mente. La mezcla de imaginación y realidad se percibe también en El fabricante de fantasmas (1936), sobre un dramaturgo que asesina a su esposa y reproduce el crimen en sus obras hasta ejecutar al fin la sentencia en sí mismo. En Saverio el Cruel (1936), la fantasía degenera en locura y muerte porque los personajes no logran hacer coincidir sus respectivas ensoñaciones.
El conjunto de la obra dramática de Arlt se caracteriza por su esencia fantástica y farsesca, aunque con desenlaces trágicos. Por otra parte, y al igual que en su narrativa, es siempre visible un trasfondo de crítica social. Sus personajes encarnan la proyección de deseos, vivencias, frustraciones, escrúpulos de conciencia o remordimientos, dentro de una estética que aproxima a las obras teatrales de Arlt a tendencias tales como el "teatro dentro del teatro", el "teatro del espejo" y el teatro grotesco.
Si en su narrativa la angustia aparece como motivación recurrente, en el teatro de Arlt el equivalente sería el "soñar despierto". Pero estos sueños se enfrentan con la dura realidad y se desvanecen bruscamente. De ahí que uno de los soportes que más predomina en su propuesta teatral sea el del imprevisto, que irrumpe en mitad del sueño reinstalando violentamente al personaje en la realidad. Estas obras, escritas durante los diez últimos años de la vida de su autor, fueron estrenadas en algunos casos de manera póstuma y muy representadas durante las décadas siguientes.

3 comentarios:

  1. Interesante análisis de la obra de Arlt sobre todo en lo referido a las obras de teatro, C.A.T.

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  2. Arlt es un grande . ES . Hay que leerlo con devoción y descifrar sus veladas críticas sociales.

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  3. El artículo define muy bien la esencia temática de la obra de Arlt y es la angustia de sus personajes para afirmarse en la vida. Pero esto se da en sus magníficas novelas, algunas llevadas la cine con la actuación de Alfredo Alcón.
    En sus obra teatrales logra rozar algunos sueños.
    Siempre vigente Arlt.
    MARITA RAGOZZA

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