jueves, 19 de enero de 2012

RAFAEL ESPEJO: POEMAS



Poeta y crítico literario español nacido en Palma del Río, Córdoba, en 1975. 
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada,  fue profesor de español para extranjeros,
 y actualmente colabora como crítico literario en diferentes medios periodísticos y como lector para la editorial Pre-textos. Su obra poética se inició en 1995 con "El círculo vicioso"  finalista del «Premio Federico García Lorca». Posteriormente publicó "Con" en 1999, "El vino de los amantes" ganador ex aequo del Premio Hiperión en 2001 y finalista del premio «Ojo Crítico» en el mismo año. Con su último libro  "Nos han dejado solos", obtuvo el «IX Premio Internacional de Poesía Emilio Prados» en el año 2008. Ha sido incluido en algunas antologías y parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués e  italiano.         

Aire viciado

Cuando nos falta fe para cremar la tarde
sostengo con el índice la llama de una vela;
y a esa luz palpitamos
de sombra en la pared,
pero no nos abriga.
Como no hacen hogar las mecedoras
(por más que ralenticen el tiempo de tenernos),
ni la mesa camilla, ni el frufrú de las manos,
los libros, la quietud, los días por venir.

¿Qué poso del amor no quiere aquí asentarse?

Ven,
vamos a abrir la puerta.
No precisamos techo para hacer pie,
míralo así:
tampoco tienen un lugar las nubes
pero pasan.
Y cuando acaso alguna se equivoca,
o queda rezagada,
o el viento la desvía,
no importa, también pasa.

De "Nos han dejado solos" Pre-textos, 2009



Amour Fou

Apaguemos la vela y en silencio
hagamos el amor palpando sombras.
Que crujan de placer nuestros desnudos.

Que las ondas de aliento entrecortado
te rosen el fulgor de los pezones.
Probemos de esta miel la noche toda.

Luego me marcharé sin despertarte:
no dejaré ningún beso dormido
sobre tus labios blandos y entreabiertos.
 

Y olvidaré las calles que desande,
por si vuelve a surgirnos la ocasión
de querernos como desconocidos.

De "El vino de los amantes" Hiperión, 2001


2 comentarios:

  1. Leerlo es quedarse solo junto al poeta y escuchar su lamento, nos habla desde el aire sin base para los pies o la imaginación y volamos con él como desconocidos.

    Celmiro Koryto

    ResponderEliminar
  2. Estos poemas claman compañía, convocan, reclaman luz. . .
    Excelentes.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar