martes, 3 de enero de 2012

Shai Sela




LA  MANZANA

Shai Sela nació en el kibutz Tzivon (Israel, Alta Galilea) el 7 de julio de 1999.
Autodidacta, se educó en el concepto de la educación en casa. Escribe cuentos desde su más temprana edad. Publica en revistas literarias para jóvenes y adolescentes. Este cuento corto es su primer aporte para Artesanías-


Enjuago una manzana en la pileta de la cocina. Las gotas de agua sobre la cáscara la dan brillo y se la ve fresca y jugosa. Me siento afuera de la casa, en la hamaca, frente al árbol más alto y más verde; acerco la manzana a mi boca. Estoy encantada y me emociono.
Me espera una aventura, la aventura que hay en cada manzana. La muerdo y mastico con placer el trozo de fruta dulce y jugoso, degusto el espeso jugo que inunda mi lengua e irriga con energía mis dientes. Escucho los sonidos de la manzana. Mordiscos perfectos y lentos: cranch, cranch…Aspiro el aroma suave y dulzón de la manzana. Es asombroso y no me cansa aspirarlo una y otra vez.
Siento la manzana que se deja comer bajo mis dientes, percibo en mis manos que la sostienen acariciando solo la suave cáscara  y, cuando llegan a a la parte mordida, los dedos se vuelven un poco pegajosos. Miro la cáscara brillante y roja que se torna de un rojo amarillento en algunas partes y en otras de un rojizo oscuro. En el lugar que mordí se ve el fruto amarillo y crujiente que tan bien combina con su cáscara. Al final, cierro los ojos y me imagino mi pequeña casa, la cabra, las colinas que me rodean, el cielo azul y el sol que resplandece, el canto de los pájaros, el maullido del gato…¡Un momento! ¿El maullido del gato? No sabía que tengo un gato! Bueno, es que la manzana cada vez me inventa cosas nuevas.
Sostengo delicadamente la manzana. Mis uñas no la tocan, solo las yemas de los dedos se aprietan contra ella, gozando de la sensación de húmeda frescura que llega después de haberla lavado.
Abro los ojos. Otra vez estoy afuera, sentada en la hamaca frente al árbol más verde y más alto. Los rayos del sol llegan a la manzana que aún brilla por el lavado.
Yo sonrío feliz. Cuántas aventuras pasé con esta manzana, cuántas vivencias…y dénse cuenta: ¡es solo el primer mordisco!

© Shai Sela.

Traducción del hebreo: Ester Mann

6 comentarios:

  1. Ternura e inocencia en un relato que desnuda el talento en un primer mordiscón, mis respetos y mejores augurios para la nueva colaboradora, Carlos Arturo Trinelli

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  2. El rocío de una manzana es piel que eriza un relato tierno y pleno de suaves vivencias y como la manzana no cae lejos del árbol deja vislumbrar un camino literario que se forjara rico en entregas.
    Por futuros triunfos
    Celmiro Koryto

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  3. Jamuda iakará, recuerdo siempre con mucho cariño a la niña tierna y cariñosa que precedió a ésta escritora que apenas pisado el umbral de la adolescencia nos regala toda su sensibilidad y talento en un jugoso mordisco literario...
    Neshika im tan shel batzal be klipa of a la esh,
    Ernesto.

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  4. NIÑA POETA, DULCE NIÑA DE DULCES OJOS, ESCRIBES Y LO HACES DESDE EL SENTIMIENTO CON SENTIDO, ESA MANZANA PUEDE SER EL SÍMBOLO DEL PECADO, EL SÍMBOLO DE UN COMIENZO, SOLO UN MORDISCO LITERARIO Y ALLÁ VAMOS. NIÑA SI HASTA INVENTASTE UN GATO. FELICITACIONES SHAI, POR TU TALENTO, POR TUS BELLAS DESCRIPCIONES, POR ESTE RELATO QUE APUNTA A MÁS. MI AFECTO. MARTA COMELLI

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  5. Un relato íntimo y delicioso como, seguramente, es el gusto dulzón de la manzana, fresco,límpido. Una promesa literaria la de esta nena grande, hija de escritora y nieta del editor.
    Danny

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  6. Imaginación, candor,frescura en una notable e impecable prosa poética.
    Felicitaciones a la autora y a la Revista.
    MARITA RAGOZZA

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