miércoles, 5 de enero de 2011

JOSÉ JUDKOVSKI: EL TÉRMINO AFANAR

 

Señor Presidente(...de la Academia Porteña del Lunfardo):

Salvo en el imaginario de discriminadores fantasiosos, no existen “culturas puras”. En el campo del lenguaje, este principio se manifiesta de manera rigurosa.
En mi caso, el ejemplo es muy claro. En el idioma de mis padres: el idish ha obtenido “préstamos” del arameo, hebreo, alemán antiguo y medieval, latín, eslavicos y hoy el inglés.
Refiriéndonos a nuestro idioma cotidiano, acordamos con José Gobello que nuestro lunfardo es un repertorio de voces de diversos orígenes, usadas por oposición a nuestro idioma de base: el castellano o español. En este idioma que hablamos para comunicarnos, hemos obtenido “préstamos” de diversas lenguas, ya en su forma original, ya imitándolo, ya transformándolo.
Nuevamente con Jose Gobello, el lunfardo es un lenguaje lúdico que se burla del idioma rigidamente establecido.
Así lo entiende Leopoldo Díaz Velez en “La milonga y yo”:
“Se caminaba con aire sobrador,
Se chamuyaba al revés por diversión…”
Como las inolvidables “Charlas Económicas” del considerado el primer economista lunfardista: Enrique Silberstein quien nos explicaba los mas intrincados temas  en “chancletas y camiseta”, ayudándonos a entender “sin metáforas galanas” (al decir de Sara Rainer en su tango “Pifia”), la realidad cotidiana y así evitar que nos afanen.
Nuestro objetivo es la palabra AFANAR, cuya expresión vulgar: robar, hurtar, sustraer, desplumar, birlar, es el que nos interesa.
Si bien el origen de una palabra es solo un dato, quizás menor, para medir su lunfardez, nos permitiremos ciertas conjeturas acerca del mismo.
¿Cuál es el origen de esta palabra?
En la “Enciclopedia del idioma” de Martín Alonso, se dice que AFANAR es de origen desconocido, reconociendo que integra la GERMANIA con el significado: hurtar.
Hay acuerdo en considerar que la GERMANIA conforma el lunfardo español, léxico de rufianes y ladrones de los siglos XVI  y  XVII. Cervantes, brillante humorista y hombre de relación directa con lo cotidiano, cultivó la GERMANIA. Así, en “Rinconete y Cortadillo” y en “El Quijote”, utiliza el termino GARBEAR como equivalente a robar o hurtar.
Por lo tanto, parecería ser que AFANAR es un “préstamo” de la Germanía.
Sin embargo, el mundo español ha tenido una larga e intensa influencia semita. Por ello, nos permitimos considerar que la palabra que nos ocupa, puede rastrearse en el árabe y el hebreo.
El árabe FANÁ equivale a “agotamiento”. Por extensión, nos señala la natural consecuencia física y mental del que afana o afanador: el agotamiento luego del hurto cometido.
Más cercano a nuestros fines es la palabra hebrea LEFANOT que significa: limpiar, vaciar, desalojar.
Y eso es el afano: limpiar, vaciar a terceros.
Dice bien José Gobello: AFANAR proviene del español popular con el significado de “tomar para si lo ajeno, en cualquier forma”. Legal o ilegal agregamos, porque la lengua que hablamos influye sobre la forma en que percibimos el mundo.
Así, no es lo mismo AFANAR “un cacho de pan” (Tango “Pan” de Celedonio E. Flores) que el AFANO puesto de manifiesto por Samuel Eichelbaum en su popular “Un guapo del 900”, cuando le hace decir a un personaje menor: “Yo usufructúo la patria que han hecho otros. Unos hacen patria y otros se la comen. Es la ley de sonso y del vivo”.
Lo concreto es que en nuestro hablar cotidiano, AFANAR aparece de manera natural y permanente, dato esencial que nos permite concluir su total grado de lunfardez.
Antes de finalizar, me permito transmitir una inquietud.
Destacados pensadores han tratado de entender el desarrollo de la sociedad humana, adoptando para ello alguna variable esencial. En Carlos Marx las relaciones de producción, en Max Weber las religiones y en Helmut Schoek la envidia.
Será posible, nos preguntamos, explicar el desarrollo humano a través de la palabra AFANO?
Creemos que sí. Tiene que haber una explicación que justifique, por ejemplo, que el imperio británico nació con una ley del año 1577, a través de la cual se otorgó amplias facultades a un pirata: Francis Drake, para que se apodere en nombre del reino de todo barco no británico y su contenido. Como para llevar a cabo tamaña empresa, se requería de mucho dinero y el reino no lo tenía, respetables señores integraron una sociedad realizando los aportes necesarios para construir cinco buques y mantener, durante largo tiempo, a ciento sesenta y siete filibusteros. Luego de tres exitosos años, Drake regresó. Los socios recibieron un dividendo del 4370 % y la Reina, feliz, le otorgó el título de Sir.
Quizás por ello, Carlos Acuña y Tito Cabano nos regalaron su tango “Un boliche”:
“La presencia del agente
Desparramando el concierto,
Ya la calle es un desierto
Y el rey de bastos copó.
El envite de una copa
Que de apuro va a baraja,
Mientras que frente a la caja
Se afana el que te afano”

Buenos Aires, 29 de Noviembre de 2010

José Judkovski
Académico de Número
Titular del Sillón “Ángel G. Villoldo”

9 comentarios:

  1. Gracias por la publicación , yo ignoraba el orígen de ese vocablo , que como tantos, incorporamoas a nuestro leguaje, naturalizadolas.
    amelia

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  2. y es que el que no llora no mama y el que no afana es un gil, interesante etimología, Carlos Arturo Trinelli

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  3. Muy buen texto, se aprecia esto que dice Amelia, desconocemos tantas cosas, no se puede con todo y, cuando de pronto, hay algo tan interesante como esto, nos brota una sonrisa. Fue muy grato.

    Lily Chavez

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  4. Interesante planteo e historia, ya que a través del lenguaje también se revela la idiosincracia humana. El lenguaje que no se renueva, muere.
    Excelente artículo.
    MARITA RAGOZZA

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  5. FELICITO AL AUTOR, HA DESPERTADO MI TOTAL INTERES ESTE TEXTO Y ESO ES TODO UN LOGRO ULTIMAMENTE.

    EDGAR BUSTOS

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  6. “tomar para si lo ajeno, en cualquier forma”
    Pero si entendemos lo "ajeno" lo que no es de uno y sí de todos, por ej. el Conocimiento y más aún, la Ciencia,... el avance se produce apropiandose de lo previo y sobre eso construir lo nuevo, para que luego otros repitan la operación. Así avanza el mundo,.. de Afano en Afano.
    Felicitaciones José por tus afanes.
    Jaime Mandelman

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  7. Me gustó el texto porque expresa la realidad que es mayormente palabra instalada. Ahora desconozco el autor Shoek que habla de la envidia. Junto a mis felicitaciones recomiendo para estudiar ese espinoso tema (motor de muchos afanos) a Melanie Klein (la discípula y disidente de Freud )

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  8. El anterior comentario fue escrito por Graciela Urcullu.

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  9. Hola a todos,
    A mi entender el termino lunfardo "afanar" no es ni mas ni menos que la palabra del diccionario portugues Afanar: robar.

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