domingo, 30 de enero de 2011

ANDRÉS ALDAO - y entonces entraron esos hombres¹



A los bebés robados por los criminales
A las madres que no conocieron a sus hijos
A las abuelas y abuelos que no tienen consuelo.

Siempre me acuerdo de mi mamá se preocupaba por alcanzarme el tazón de leche ponerme el guardapolvo bien arregladito porque decía mi mamá que la limpieza de afuera muestra la limpieza de adentro y la verdad que yo no sé muy bien que quería decir mi mamá con eso pero si ella lo decía tenía que ser muy importante y mi papá también la escuchaba a ella porque mi mamá es la que nos decía a nosotros lo que teníamos que hacer y mi hermanita Celia y mi hermano Juan y mi papá siempre le hacíamos caso porque mi mamá sabía de todo y se ocupaba de nuestras necesidades y de la comida y de la ropa y de nuestros juegos y si salíamos a pasear también mamá nos decía cómo vestirnos y no te pongas esa corbata Atilio (que es mi papá ¿saben?) porque no combina con el traje y a mi hermanita no la dejaba ponerse el vestido con encaje que le regaló la abuela Sara que es la mamá de mi mamá en el cumpleaños de Celita y cuando un día le pegué al Beto porque me dijo "uruguayo muerto de hambre" fue mi mamá al colegio porque la maestra la mandó llamar y me pusieron en penitencia y también mi mamá me puso en penitencia en el rincón y no me dejó ver la tele me acuerdo que me chilló y me dijo che botija sos un peleador y al ratito se  ablandó y dijo “ta ta” andá nomás y yo pensé qué buenaza que es mami y esa noche se lo contó a papá que se puso a reír y le dijo a mamá pero dejalo al botija que aprenda a ser hombre y ese domingo papá me llevó a la cancha de Atlanta pero ésta no es la camiseta de Peñarol ya lo sé hijo pero no estamos en Montevideo y me compró maníes y esa noche mamá nos dijo hoy comemos como si estuviéramos en Andes y la 18 y nos preparó chivitos y después nos mandó a dormir mamá nunca estaba cuando volvíamos de la escuela porque trabajaba en lo de la señora Silvia y mi hermano nos calentaba la comida y todos los días mamá preguntaba ¿comieron todo? ¿estaba rico el arrocito? y me acuerdo el día ese que volvimos y mamá estaba en casa y le preguntamos por qué no fue a trabajar y mamá nos dijo fui pero algo pasó en la casa de la señora Silvia porque estaba llena de policías y yo me asusté y volví para casa bueno vengan a comer y esa noche nos fuimos a dormir temprano y papá y mamá hablaron en voz baja parecían asustados y a los ojos de mamá los vi llorosos y no me acuerdo más y entonces entraron esos hombres y rompieron los muebles y le pegaron a mi papá y a mi mamá que gritaba no se por qué ¡socorro, suéltenme por Dios! la tiraron al suelo y la pateaban y yo y mis hermanitos nos pusimos a llorar y se los llevaron y no los vimos nunca más a mi mamá y a mi papi… y después nos vino a buscar la abuela Sara y nos quedamos con ella y yo ahora estoy aquí solo separado de mis hermanitos y de mi abuela que a veces me viene a visitar con Juancito que tiene unos bigotes como de hombre y Celia con los labios pintados y tacos de señorita ellos están tan grandes y yo no sé porqué me quedé chiquito y ellos no… sí, siempre me acuerdo de mi mamá… y entonces entraron esos hombres…

© Andrés Aldao

¹ Este relato pertenece al libro Cuentos Desde Lejos (ediciones del Exilio, 1999

6 comentarios:

  1. Si querido Andrés , hay heridas que no tienen consuelo. Pero la memoria colectiva alivia y nos da una luz de esperanza !NUNCA MÁS!
    amelia

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  2. La memoria alivia, un feliz acierto en el comentario de la señora Amelia y la literatura militante ayuda, Carlos Arturo Trinelli

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  3. Hay sacudones emocionales en algunas lecturas , sacudones necesarios para que los brazos no caigan.
    Muy buen relato aún en el dolor.
    Va mi afecto, Andrés
    Betty

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  4. Terminó enero de 2011: el 1º de marzo retornamos al 24 de marzo de 1976, a 36 años de la continuación de los crímenes de Ezeiza y la Triple A por parte del grupo de asesinos comandado por Videla y los otros integrantes de la "cosa nostra" militar. Esta fue la razón que me impulsó a editar este texto. Y es hora, agrego, que se escriba sobre los improvisadores que no creyeron ni creen que deban dar cuenta de sus responsabilidades y sus aventuras.Muchos quedamos vivos: mas hay 30mil desaparecidos y bebés robados sin recuperar.
    Andrés

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  5. Otra vez el desgarro al leer este cuento. Bienvenido por la memoria, herramienta que no debe descansar aunque los responsables se mueran de viejos y no se arrepienten, porque hay una nueva generación que estará alerta para que Nunca Más.
    MARITA RAGOZZA

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  6. Me detengo donde lo cotidiano se detuvo, él día en que esa madre estuvo en su casa, el día en que le dio miedo la casa de la señora rodeada de policía. Dejó que la película se libre de carretel y retroceda, queda enganchada en uno de los tantos momentos del desgarro.

    Lily Chavez

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