domingo, 9 de enero de 2011

ALEJANDRO GONZÁLEZ FOERSTER, Cuentos



Nació en Cipolletti, Río Negro, Argentina, en 1959. Ha publicado sus cuentos en los periódicos Córdoba y La Voz del Interior, en las revistas Juegos para Gente de Mente, Pre-Textos, Potencial, Cuasar y Puro Cuento y en las antologías Los de Acá (I y II) de Página/12. Tres de ellos (La sospecha, Reflejabas el vértigo y Los reinos posibles) han sido filmados por Alejandro Mansilla - En 1985 ganó el Premio Municipal de Literatura Luis José de Tejeda, en 1995 el segundo premio en el mismo certamen, en 1998 el Concurso Córdoba Macowens (categoría cuento tradicional) y otros premios y menciones en diversos concursos. Ha participado en diversas mesas redondas sobre narrativa y actividades de difusión de la literatura, especialmente entre los jóvenes, y dictado durante los años 2000 y 2001 en el Cabildo Histórico de Córdoba un taller de cuento de misterio. Ha publicado en Argentina los libros Una hoja seca y otros cuentos (1986), Pasajes (1988), Sí, Querida (1995), El testigo de la bufanda roja (1996), Sortilegios y alucinaciones (1996), Graffiti - Es como hablar con la pared (1997), Para leer en la silla eléctrica (1998), Se viene la noche (2000) y otros en colaboración. En España, Lo frío de las noches (con Rubén Alonso Ortiz y Abel Díaz), Ronsel, Barcelona, 2002: Cuentos de la extrañeza, Libros en Red, Barcelona , 2003, Luego el  Decamerón Cordobés ; y entre otros  Cuentos de Babel , 2006 , libro al que pertenecen estos cuentos.

Última Voluntad
          
Se sentaron sobre mí y hablaron con mi marido. Yo no podía verlos, pero si percibir su peso, su calor. Uno de ellos era espantosamente obeso; tenía la voz muy ronca y parecía derretirse y desparramarse sobre mí. El otro, al que apenas si sentía, como si hubiera sido un niño o un muñeco, era frío y delgado, a no dudar; su voz aguda se oía rara vez.
          Interrogaron a mi marido cortés pero largamente. Su relación conmigo, las últimas palabras que habíamos cruzado, sus más ínfimos movimientos tras mi desaparición. Él mintió, por supuesto: qué iba a hacer.
          Y ya se retiraban, cansados, deprimidos, cuando un débil quejido, fruto de mi última voluntad, la de justicia, les advirtió que mi cuerpo estaba allí, prolijamente embutido en el sofá.

Las sillas
         
Hay seis sillas en el living de mi casa. Y una de ellas, irrevocablemente, acarrea la muerte de quien la ocupe.
          El problema con esto es que no hay certezas: la condición letal transmigra día a día. Nunca es posible saber con exactitud cuáles serán las cinco inofensivas, cuál la que alivie a alguien de la existencia.
          Yo he optado por sentarme en un sofá. Mis amigos, más escépticos o arriesgados, toman asiento en torno a la gran meta y conversan mientras todos esperamos.
          La muerte nunca es súbita; siempre es inevitable. Cuando uno de ellos empieza a transpirar, ya sabemos quién morirá. La duración de la agonía es impredictible, y – tal vez por eso – causa de fuertes apuestas de dinero.
          Así hemos ido pasando nuestros domingos, disfrutando de esta costumbre inhabitual. El número de mis amistades, que solía ser casi ilimitado, ha ido mermando considerablemente .
          Me produce una razonable desazón prever el día en que haya quedado solo y deba, por lo tanto, dar mi propio espectáculo ante mi: showman y espectador en uno solo. Pero otro idea me preocupa más: no acertar con la silla que me dará la muerte.
          Y es mucho peor que la muerte o que la vida verme girando hora tras hora, sin descanso, en esa especie de infierno circular.

Alejandro González Foerster, de  Cuentos de Babel, 2006

11 comentarios:

  1. Qué buena impresión me causó este autor, joven autor con una narración muy interesante. Leía la importancia de los premios y me parece merecidísimo, tiene una forma singular de escribir. Felicitaciones al autor y la revista que nos acerca este material.

    Irene

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  2. Uno a veces no sabe que poner en los comentarios, en este caso sería reiterar lo que dice Irene. Cierto humor negro, el destino jugando sus cartas. Excelente lo de este narrador.

    Ana María Campra

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  3. El primer relato, me parece muy bien logrado dado que el autor ha interpretado muy bien el psiquismo femenino. Y el segundo- por favor sólo es mi opinión me recordó a Borges.
    Muy buenos , Alejando.
    amelia

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  4. Cipoletti, no recuerdo el nombre, debería, con semejante trayectoria siendo tan joven. Tanto que nos perdemos en el camino. Los disfruté al mango.

    Mariano Lazarte
    Arriba Junín!

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  5. Estuve casi dos horas sin internet, justo había dejado en este narrador con una trama eficiente, detallada, inteligentemente pensada. Una generación de narradores que se las trae.

    Pedro Altamirano

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  6. He leído a Alejandro, es muy bueno y el editor ha subido al blog dos ejemplos de ello.
    Felicitaciones Alejandro!

    Andrea Casas

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  7. Es un narrador excelente Alejandro. Como otros dicen, perteneciente a una generación entusiasta, inteligente al decir, al crear, al opinar. Y suman experiencia con una velocidad increíble. Admirable, gracias a la revista por la publicación.

    Lily Chavez

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  8. Qué buen material!!!. Alejandro Gonzalez tienen esos cuentos breves o relatos inteligente que me copan, lo llego encontrar acá a Diego Tatian y caigo duro. Un grosso Ale


    Lalo Ledesma

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  9. DISFRUTO DE ESTOS JUEGOS, ES EVIDENTE LA AUDACIA QUE TIENEN LOS JOVENES PARA AVANZAR SOBRE LOS TEMAS. UNA PONDERABLE TRAYECTORIA TENIENDO EN CUENTA SU JUVENTUD.FELICITACIONES ALEJANDRO.

    EDGAR BUSTOS

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  10. Leer narrativa se me complica por falta de tiempo, ando en varias páginas a ver que se encuentra de interesante. Pero no apunto a lo extenso , me puso feliz encontrar este material, breve y brillante. Felicitaciones al autor

    Carlos Montero

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  11. Realmente interesantes ambos trabajos de este joven escritor. Mucho ingenio y buena dicción. Felicitaciones.
    Marta Comelli

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