martes, 29 de noviembre de 2011

Ted Hughes (1930- 1998)




Poeta inglés nacido Mytholmroyd, Yorkshire, en   abril de 1930.
Después de terminar la escuela secundaria prestó dos años de servicio militar en la Fuerza Aérea Real, ingresando luego a la Universidad de Cambridge donde se graduó en Arqueología y Antropología en 1954. Sus primeros escritos en los que predominaron los temas de la naturaleza y los animales, mostraron la influencia que en él ejerció el novelista y poeta Robert Graves a quien leía con gran asiduidad. 
En 1956 se casó con la poeta norteamericana Sylvia Plath con quien vivió en EE.UU. durante dos años, dedicado a la enseñanza  de escritura creativa en la Universidad de Massachusetts. De regreso a Inglaterra en 1959, dueño ya de una gran fama, continuó escribiendo numerosas obras que le valieron ser catalogado como uno de los grandes poetas de su generación. Recibió numerosos galardones y fue  nombrado comoPoeta laureado del Reino Unido en 1984. Divorciado desde 1962, fue duramente criticado por el suicidio de Sylvia Plath, razón por la cual, dedicó muchos años a honrar su memoria, publicando las famosas "Cartas de cumpleaños" en 1998, pocos meses antes de su muerte, acaecida en octubre. 


Alas

I
                                                                  El señor Sartre medita sobre asuntos
                                                                                           de actualidad


     Encogido, en la enorme ala rota de su sombra,
recrea el mundo en el interior de su cráneo, como el espectro de una flor.

     Sus ojos son prisioneros del hecho
de que sus manos se han convertido en moscas.

     Con sonrisas calaverales, las poblaciones de la tierra
deambulan entre tumbas, como el hoguera apagada por la lluvia.

     Bosteza, ladeando un ojo extinto
hacia la mosca dormida en la tulipa.

     Pero su corazón sigue impertérrito...

     El pólipo fragmentador de cráneos de su cerebro, sobre su diminuta raíz,
se cierne irónico sobre él:

los ángeles, susurra, son metáforas, a imagen del hombre,
para diversión de la amiba.

     Sigue sentado en la estancia doblemente oscura,
meditando en la raya carroñófaga.

     Y en sus alas, leves, blancas, como de ángel,
y en los labios cupídicos del vientre nefasto.

     Y en el mar, esta lengua en su oreja, lamiendo la última página.
* * * * *
 
II
                                                                 Kafka escribe
     Y él es un búho
es un búho, «hombre», tatuado en el sobaco
bajo el ala rota
(aturdido por la luz cayó aquí mismo)
bajo el ala rota de inmensa sombra que se agita sobre el suelo.

     Un hombre de impotentes plumas.

* * * * *
III
                                                                 Einstein toca a Bach
     
Y cayó finalmente. Y la gran ala en trizas
de sombra sobre el suelo.
Su memoria eleva cuanto recuerda
de ambos mundos, y unas pocas palabras.

     La fatigada máscara de arrugas, los ojos de luto,
la tristeza del mono en su jaula.
Estrella que mira estrellas a través de las paredes
de una jaula llena de nada.

     Y ninguna perdiz cae
de la nube. Ni maná
para ángeles.
Sólo la columna de fuego contrae su fuerza en una mota estelar.

     Ahora el sargazo de un solo grano de arena
sería más dulce que un arroyo roquero
e a una boca
hendida por vapores estelares.

Un petirrojo le vio andar...  ¡Emocionantel
Pero las lágrimas casi vertidas fuéronse,
una nube grande como su mano,
una corona arrugada de relámpagos que no encontraban la tierra.

     Se inclina, orante, sobre música, como sobre un pozo.
Pero es el calderón del átomo.
Y es el ojo de Dios en el tifón.
Es un horno, rugiente de llamas.

     Es una cuenca quemada y sin fondo
llena de moscas
en fugas
y reza

«¡Madre! ¡Madre!
                                    Oh madre

mándame amor.»

                                    Pero las moscas
las moscas se elevan en nube.
Versión de Jesús Pardo

1 comentario:

  1. Si bien sabía de la existencia de este poeta no conocía su obra.
    Poemas complejos y descarnados , pero,no menos sentidos y que producen un goce etético . Creo que la alusíon a Sartre no es casual.
    amelia

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