martes, 29 de noviembre de 2011

AIMÉ CÉSAIRE



 

CADÁVER DE UN FRENESÍ 

el recuerdo de un camino que sube mucho a la sombra de los bambúes di guarapo que vuelve a inventarse siempre y el olor de los ciruelos de España 
se dejaron olvidadas 
las enaguas del mar 
los tiempos de la infancia 
el parasol de los coccolobis 

al llegar a la curva me vuelvo y miro por encima del hombro 
de mi pasado lleno del ruido mágico en el momento preciso 
siempre incomprensible y angustioso del fruto del árbol del pan 
que cae rodando hasta el barranco en donde nadie lo encuentra 
la catástrofe se ha hecho un trono instalándolo demasiado alto 
del delirio de la ciudad destruida es mi vida incendiada 

Dolor tú perderás 
él hábito que se grita: 
que he soñado con el rostro torcido 
boca amarga he soñado con todos los vicios de mi 
sangre 
y los fantasmas rondaron cada uno de mis gestos 
en el escote de la suerte 
no importa es debilidad 

vela corazón mío 
único prisionero que inexplicablemente sobrevive 
en su celda 
a la evidencia del destino 
feroz taciturno 
muy al fondo lámpara encendida por su terrible 
herida 


PACIENCIA DE SIGNOS
 


Sublimes excoriaciones de una carne fraterna y hasta las fogatas rebeldes de mil aldeas azotadas 
arenas 
fuego 
mástil profético de las carenas 
fuego 
vivero de murenas fuego 
fuego faroles de situación de una isla en pesadumbre 
fuegos huellas de hoscos rebaños que se 
deletrean en los barros 
pedazos de carne cruda 
gargajos suspendidos 
esponja rezumante de hiél 
vals de fuego de los céspedes llenos de cucuruchos que caen del impulso frustrado de grandes ta-bebuyas 
fuegos de los tizones perdidos en un desierto de llantos y cisternas huesos 
fuegos desecados más nunca tan desecados que no palpite un gusano pregonando su carne nueva 

semillas azules del fuego 
fuego de los fuegos 
testigos de ojos que para las locas venganzas se exhuman y se agrandan 
polen polen 
y por los guijarros donde se redondean las bahías nocturnas de suaves manzanillos 
buenas naranjas siempre accesibles a la sinceridad de las sedes largas 

4 comentarios:

  1. Lenguaje de isla, sincero, humano,donde el canto a la negritud y al oprimido es palabra anti-colonial en todo verso.
    Poesía testimonial envuelta en belleza.

    Celmiro Koryto

    ResponderEliminar
  2. Celmiro Koryto, también poeta, encontró la síntesis que yo buscaba. Está todo dicho. Para qué decir más.
    Cristina

    ResponderEliminar
  3. Me encantan y no se que poner ¿Será posible ponerlo de portavoz a Celmiro?
    ´Geacias.
    amelia

    ResponderEliminar
  4. El hombre y su lucha por rescatar de lo malo lo bello, recuperar en la palabra la libertad, volver una y otra vez a los dolores originarios de los originarios de cada tierra y testimoniarlo, bellamente. gracias. marta comelli

    ResponderEliminar