domingo, 8 de abril de 2012

Oscar Ramírez


JUAN DE LA CRUZ MACHICADO



(Lima – Perú, 1984). Docente de la especialidad de Lengua y Literatura. Reside en la ciudad de Trujillo. Ha obtenido diversos reconocimientos, nacionales y extranjeros, por su obra literaria, entre los que destacan la Mención Honrosa en el Concurso de Cuento de la IV Feria Internacional del Libro de Trujillo (2009), y finalista del VIII Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos, de Almería – España (2009). Ha participado de diversos eventos literarios, dentro y fuera del país.Ha publicado los poemarios Arquitectura de un día común (2009) y Cuarto Vecino (2010), y su primer libro de cuentos denominado Braulio (2011). Viene trabajando dos poemarios y un libro de relatos fantásticos.


OFICIO DE APRENDIZ

                                   Toco tu boca, con un dedo
                                   toco el borde de tu boca.
                                                    Rayuela. Cap. 7
                                                    Julio Cortázar


Voy
dibujándome el secreto de tu nombre
mientras delineo
con lentitud
el perfecto margen de tus labios.

                                            Voy
entre el aroma desolado del incienso
y los cristales empañados del amor hacia
el principio de tu emblema en las mañanas,
donde raíces y espumas dolorosas nacen
en el peregrino gravitar de los vientos.

Voy provocando la tentativa del silencio,
construyendo un abismo entre mis manos
                                  y tu cuerpo
cuando el bostezo de las calles
nos devuelve la realidad.

Despacio, como en una habitación oscura,
busco el límite que me entrega la soledad
y lo prohibido. El juego de las horas
conserva la ingenuidad de lo incierto,
cuando por obrar del aliento tibio
descubro América en tu vientre infinito.

Prosigo la virtud en este oficio de infante,
abrazando verdades y perfectas historias
de colonias devoradas
por la ambición de un gemido.
El descubrimiento de orillas pálidas
                         y un horizonte baldío
me recuerda el menudo divagar por tu sombra.

Voy, deambulando entre tu mar
como un naufragio de líneas rotas,
remando con fuerza contra la obediencia
del tiempo, hundiéndome en tu libertad
con el absurdo espíritu de palabras y juramentos.

Sigo aquella imagen,
el hilo conceptual donde el sendero
de tus dientes me prohíbe el retraso.
                                                  Avanzo,
como perdiéndome en mareas vírgenes de sueño,
y es aquel sueño el que me cohíbe
en un caer de pupilas sin regreso.




3 comentarios:

  1. Se conjuga lo universal y lo particular , lo personal y lo social para dar vida a este hermoso poema.
    Muy bien Artesanías , por traer el aire fresco de jóvenes autores.
    Amelia

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  2. Aprendiz y hechicero en su lenguaje teje un macramé de estados y sensaciones de armonía general.

    Celmiro Koryto

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