viernes, 21 de octubre de 2011

NANCY MOREJÓN



(La Habana, 1944)Una de las voces más relevantes de la poesía cubana actual, ha merecido importantes reconocimientos dentro y fuera de nuestro continente, especialmente en México, Venezuela y los Estados Unidos. Traductora y ensayista además, publicó su primer libro en 1962 y el más reciente, Elogio y paisaje en 1997, que mereciera el Premio de la Crítica. La editorial Visor, de Madrid, publicó recientemente la antología, Richard trajo su flauta y otros poemas, (1999) cuya edición estuvo al cuidado de Mario Benedetti. Su poemario La quinta de los molinos recibió el Premio de la Crítica 2000. Premio Nacional de Literatura 2001. Recientemente, han aparecido importantes antologías de su obra poética en Cuba, Estados Unidos y Suecia.

 Ahora soy: solo hoy tenemos y creamos

Nada nos es ajeno
Nuestra la tierra
Nuestros el mar y el cielo
Nuestras la magia y la quimera.
Epitafio para una dama de Pretoria
Sobre una idea del poeta Counniee Cullen
Siempre pensó que aún resurrecta
Dormiría la mañana
Hasta que tres ángeles negros
Le hicieran bien la cama
Y , sobre todo , el desayuno.

Réquiem para la mano izquierda

Sobre un mapa se pueden trazar todas las líneas
Horizontales, rectas, diagonales
Desde el meridiano de Greenwich hasta el golfo de México
Que más o menos
Pertenece a nuestra idiosincrasia
También hay mapas grandes, grandes, grandes
En la imaginación
E infinitos globos terráqueos
Marta
Pero hoy sospecho que sobre un mapa pequeñísimo
Mínimo
Dibujado en papel de libreta escolar
Puede caber toda la historia
Toda.

 Elogio de la Danza

El viento sopla
Como un niño 
Y los aires jadean
En la selva, en el mar.
Entras y sales
Con el viento,
Soplas la llama fría:
Velos de luna soplas tú
Y las flores y el musgo
Van latiendo en el viento.
Y el cuerpo 
Al filo del agua
Al filo del viento
En el eterno signo de la danza.

                             Apodaca

Todavía despoblada,
brillando en el corazón sin habla
de la peregrina,
entro hacia tus corrientes
sumida por ahora bajo las presiones
de un golfo mudo
que toca el fondo de las islas.
Un mono pequeñito
asoma sus ojazos de lechuza intranquila
y acecha en la penumbra la sombra de la Reina;
monito vivaz
como un colibrí chiapaneco.
Y un gavilán levanta vuelo.
Transcurren las horas
como un agua tibia que saltara entre piedras,
ante cada puerta vieja,
ante cada umbral de humo,
entre vitrales cenicientos y rejas escondidas,
destartaladas,
enrojecidas por el sano viento del Prado.
Y rueda la mañana
para que esta peregrina vaya recorriendo
la estrecha y larga calle habanera que llaman
Apodaca.


2 comentarios:

  1. ...para mí una desconocida pero con un pasado rico y con una poesía muy elaborada y un lenguaje aislado cercado por aguas que hace y escribe su historia.

    Celmiro Koryto

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  2. No conocía a esta poeta cubana (y a tantas otras...) pero ha sido un enorme placer haberla hallado y publicada en estas páginas.

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