domingo, 23 de octubre de 2011

CINE: Riesgo autocomplaciente



Javier Ocaña 

Cine - 14-10-2011

¿Puede una película ser arriesgada y autocomplaciente al mismo tiempo? ¿Los experimentos cinematográficos, a fuerza de repetición, se pueden convertir en una oda a la obviedad? ¿Puede una película resultar hermosa y cansina a partes iguales? Estas y otras preguntas se acumulan en el espectador acostumbrado a los productos festivaleros, al cine en versión original, al antiguamente llamado de arte y ensayo, al ver Las acacias,película argentina dirigida por el debutante Pablo Giorgelli, de 44 años, que quizá hubiese sido osada hace una década y media, pero que por culpa de (o gracias a) la reiteración de esquemas, ahora no es más que otra de las docenas de películas que, cada año en todo el mundo, invitan a la audiencia a sumergirse en el minucioso recorrido físico y moral de unos personajes a la deriva que, gracias al encuentro con el otro, con una persona en las antípodas, encuentran el camino hacia la esperanza a través de diálogos y acción mínimos (Somewhere, de Sofia Coppola, es la penúltima).
Un huraño camionero, mirada de pasado y dolor, debe transportar en su camión a una madre y a su bebé, miradas de futuro y esperanza, desde Asunción, en Paraguay, hasta Buenos Aires. Mil quinientos kilómetros a golpe de pisadas de embrague que invitan a la reflexión. Pero, ¿qué hacer ante una película en la que se sabe exactamente lo que va a ocurrir desde el primer minuto hasta el último? Quedarse con lo bueno: con el escrupuloso mantenimiento del punto de vista (ni una sola vez se ve el camión desde fuera), con el mérito de filmar una historia casi exclusivamente a bordo de una cabina, con las preciosas reacciones del bebé... De todos modos, para llevar la contraria al crítico, el riesgo autocomplaciente aún parece tener crédito en ciertos sectores: Las acacias ganó la Cámara de Oro a la mejor ópera prima del Festival de Cannes este año 2011.

2 comentarios:

  1. Los riesgos se comparten en el circuito creador-espectador, no vi la película, no me asusta viajar de fisgón 1500 kms. todo un riesgo ¿no? C.A.T.

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  2. Hacer películas como las señaladas en el artículo son un riesgo para sus realizadores. Porque hay que aprender a " mirar ", " abrir los ojos", y al mismo tiempo pensar, porque no hay acción, y lo que sucede es muy, muy sutil.
    " Las acacias" es una gran película.
    MARITA RAGOZZA

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