miércoles, 15 de junio de 2011

REFLEXIONES DE ELSAJANÁ


ELSA JANÁ TRILLO


Agujeros negros…

Descubrimientos: chispas de luz guiando mis agujeros negros. Los mismos, por donde se engarzan las palabras en abecedarios. Regateo de imágenes y perlas…juego literario ganando claridades…

Acaso, esas chispas, como las claridades, sólo están allí, ausentes a mis agujeros negros. Silbidos… Intuyo el viento de los decires: escritores geniales alborean trinos, desocupándose de la ignorancia. Entre ellos, tal vez yo… despertando de un relato que quiere ser contado.

Dientes inmensos de olas, abriéndome sonrisas en el principio de un bostezo… Y en lerdo cansancio me acuna el océano. Me chisporroteo en luces de vinos de buena estepa… igual que píos píos de piares piando a la negrura de una noche ya casi aurora.

No hay pulidores ni facetamientos, en este barco artesanal cada uno se compromete con lo propio. Por eso que alguna vez, tengo el tupe de chisporrotear en cubierta. Apenas un chasquido de espuma diluyéndose sobre la madera noble… bogando a la Internet espacios de reencuentros. Auténticos, genuinos, como luces estimulantes que amainan el frío… Y a la distancia, faros aportando luz.

Van y vienen claridades. Sus guiños se arrojan desde acantilados en palabras rasantes para bañarse de espumas. Ganancia de arcones cerrados bogando a la deriva. Pronto, el contacto con los tesoros… Palabras engarzadas se arrojan desde los acantilados de la memoria, aportando textos…insondable riqueza de mares repletos de agujeros negros, por los que el rumoreo activo del oleaje suena sin relatos, se quita el lastre del silencio y se atreve a ser voz. Diluido de espumas, entrega su abrazo de miedo y desesperanza, volviendo y volviendo otra vez más, a las playas de una costa a la que pertenece porque le pertenece.

Estalla la magia. Los arcones comienzan a abrirse solos. Incendio de palabras sobre las aguas oscuras. Fuego reconociendo sus voces. Las mismas, por las que la espuma en revuelo recupera su pluma. Empiezan a derramarse mensajes sobre la playa que abrazan. Revueltos agujeros negros y una luz en guiño, invitan a un merecido descanso sobre la arena… Caricias en bruma, insondables…

Ah, sí... Van viniendo…clareantes…aurorales. Los veo mientras la corriente me va de aquí a allí, meciéndome en sus bravuras igual que en sus descansos.  Soy este maniquí olvidado a merced de los mares. Cada tanto, adquiero vida. Y de no ser por las ferocidades inteligentes del mar que me contiene, sería apenas un pedazo de madera desintegrándose en los vaivenes húmedos. Pero los agujeros negros me aportan chispas de luz en guía y, a veces, hasta camino por la playa, escribiendo cuentos en la arena. ■

3 comentarios:

  1. Van y vienen las palabras y yo estoy a merced de ellas. Por supuesto mis agujeros negros se llenan de luz. Muy bello.
    amelia

    ResponderEliminar
  2. A la deriva de un cuento que quiere ser contado, la negrura de la noche y de los augeros negros que esperan la luz de la aurora, los recursos poéticos nos van dejando tus huellas en la arena.
    Celmiro Koryto

    ResponderEliminar
  3. Agujeros negros que brillan en palabras, un juego, un grito, un paseo y el cuento que se borra en la arena acariciada por el mar y volverá a escribirse porque todo siempre comienza, saludos, Carlos Arturo Trinelli

    ResponderEliminar