Puzzles
CELMIRO KORYTO |
En mi hogar se aspira tormento puro. A mi esposa la pusieron de patitas en la calle y no consigue trabajo. Aburrida, comenzó a compaginar finos rompecabezas de cartón duro. floreciente en su único vicio, huye de la realidad. Resultado: todas las paredes de la casa se cubrieron con sus trabajos.
Tuve que trabajar horas extras y reducir mucho el "escabio". Me volví huraño, loco y agrio, pero… Recordé que a los veinte, estuve en cana tres meses por repetidas borracheras y actos indebidos en la vía pública.
Preso, asimilé los secretos de la fermentación del alcohol. Uno de esos chicos “pesados” me había explicado como hacían el “pajarito”, la bebida alcohólica que toman tras las rejas cuando no pueden ingresar ninguna botella. Sorprendido, escuché que el alcohol no se agregaba aparte, sino que fermentaba con papa, arroz, agua y azúcar.
Entusiasmado, hice ensayos en el cuartito trasero de la fábrica donde trabajo.Experimenté, alterando bebidas y “bajándome” bibliotecas enteras. Además me “bajé” varios litros y tuve curdas que duraron semanas.
Toda obsesión guarda su demonio. El mismo demonio, que liberó nuestras ácidas y largas peleas, discutiendo el alto costo de los puzzles, mis borracheras y el tirano desgano que hizo crisis en ella. Esas broncas, desgastaron las bases del matrimonio. Y originaron que al volver harto del trabajo, yo levantara mis manos de obrero y golpeara con furia la mesa y hasta destrozara parte de la vajilla. Pues era absurdo admitir, ver la comida sin hacer, el dormitorio sin arreglar, la casa sin limpiar y la ropa sucia, sobrepasar varias veces la altura de la máquina de lavar.
Esas piezas me desesperaban y tantas veces como arrojé el puzzle de turno a la basura o por la ventana, horas más tarde habían sido rearmadas.
Un día, al entrar a mi casa grité como siempre:
-Estela, Estelaaaaa…
Me contestó un melodioso silencio. Atónito, absorbí un cambio estratégico. La mesa estaba acomodada y la casa lucia limpia. La máquina de lavar vacía me miraba con su único ojo abierto.
Estela se había ido, llevándose sus ropas y unas pocas joyas en la valija negra impar.
Desde la cama ordenada miré desorientado el cajón de la mesita de luz abierto y dentro un montón de papelitos escritos…
Junté todos y los dispuse sobre la mesa de la cocina. Extrañamente tuve que ir acomodándolos como un rompecabezas. Conseguir armar las frases, entre copa y copa, me llevó algunas horas y leerlas la dispersión de grandes lágrimas.
-Viajo a Barcelona. Tengo trabajo en la panadería de mi hermana. No me busques. Hace muchísimos tiempo que dejaste de importarme. No te molesto más, podes seguir con tu compañera de siempre, tu veleidosa amante… Bebida.-
Cada día vuelvo a casa para odiarme. Sobrio, sé que no tuve escapatoria, por ser testigo de mi tragedia. Ni siquiera tuve, una mísera solución.
Un día descubrí que la sandía con vino no mata… sólo despierta los bajos instintos…. Y mi vida sexual fue pasto de las llamas.
Finalmente, después de pasar un año en estado deplorable logré salir del pozo y acabé de escribir. El resultado de esa flagelación: un libro de casi 200 páginas La bodega sabia. Obtuvo una tirada de tres ediciones y en guillotina espera una cuarta.
Una vez por año, Estela envía por correo una caja de zapatos y dentro, sobres con fracciones de fotografías y escritos desde lugares remotos, y mi soledad se distrae por algunos meses…
Cuando estoy en curda soy como un clavo en la pared de una casa abandonada), y pienso en los días muertos de la venganza que sufre el clavo por aquél que inútilmente deformó su cabeza. ■
Celmiro Koryto
Mirá vos Celmiro!! Muy bien, me gusta la onda, me gusta como lo contás...me sorprendiste para bien.
ResponderEliminarLily Chavez
Querido Celmiro.Con un poco de retrazo lei este cuento.Muy,Muy bueno!!!Adelante que tenes pasta.Felicitaciones. El amigo "escultor"
ResponderEliminarCelmiro , parece que hemos abandonado nuestra amada poesía. Te comento que me sorprendiste ; muy , pero muy bueno . Excelente com vas introduciendo las partes del puzzle hasta lograr la unidad en el cuento.
ResponderEliminarLa poesía se desliza inadvertidamente. Gracias.
amelia
Cada vocablo destila poesía, de esa que atrapa y no nos suelta jamás.
ResponderEliminarUn giro en el punto de vista enhebra un relato original, un puzzle anárquico que juega con el lector, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarCelmiro, este tema narrado de una manera diferente, llega casi con ternura no obstante la fuerza del relato, van mis saludos.
ResponderEliminarBetty
Una trama fatídica, una vida de "perdedor", algo de poesía, humor, iron{a, escrito con nivel. Incluso temas reiterados dependen del autor para cobrar altura. Andrés
ResponderEliminarExcelente como siempre Celmiro, es un honor leerte.
ResponderEliminarAbrazo después de mil años
Ari Munay