lunes, 27 de junio de 2011

Cristina Pailos - Ciudades reales en la literatura



VENECIA

por Cristina Pailos

Fragmentos de historia veneciana

Los orígenes de Venecia se remontan al siglo V cuando algunos habitantes de las zonas del Véneto y de Aquileya, acosados por los bárbaros se refugiaron en las tierras pantanosas del Lido. En la laguna, los habitantes vivieron de la pesca y de la extracción de sal. Dependían en última instancia de Bizancio. Después de dos siglos eligen un Dux (dogo) vitalicio y a partir de entonces, gradualmente comienzan las actividades comerciales en las que se incluía el tráfico de esclavos que aunque prohibido por el Papado se lo toleraba por los beneficios que redituaba .
 En el siglo IX Carlomagno intentó apoderarse de Venecia, pero sin éxito debido a  los obstáculos naturales de la zona para la navegación. Por su parte, Bizancio no cesaba en sus pretensiones porque ya venía perdiendo posesiones que caían ante el avance de los turcos y de los normandos. Por ese motivo,  en el siglo XI Bizancio necesitó el apoyo de la importante flota veneciana y en pago por la ayuda, la ciudad recibió privilegios comerciales de consideración.
          Fue un Estado dirigido por mercaderes. El  productivo comercio entre Oriente y Occidente fue el eje de Venecia. Las ricas familias patricias introdujeron una forma republicana de gobierno, que no existía en ninguna otra ciudad-estado italiana en la Edad Media. Eran altivos y no querían depender de nadie, especialmente si no les servía a sus intereses financieros y continuamente se alzaban en sangrientas rebeliones. 
             Durante una de esas insurrecciones contra el dogo ( dux ) Candiano IV, casi a fines del siglo mil, un incendio destruyó el centro de la ciudad, incluido el palacio del dogo, con los archivos de la ciudad y la primera iglesia de San Marcos. Se fue debilitando el mandato hereditario de los dogos y a su lado creció un aparato estatal de control, cuyos miembros eran reclutados entre las grandes familias y miraban por sus propios intereses.
A fines del siglo XII el Maggior Conciglio aparecía con grandes poderes y hasta elegía al dogo de una forma bastante arbitraria y rebuscada, siempre, por supuesto, entre las familias del patriciado. El número de miembros creció ostensiblemente y con el tiempo los puestos se convirtieron en hereditarios. Hubo intentos de insurrección ante esta oligarquía patricia y por ello se creó la Diecia , o Consejo de los Diez especie de policía secreta del Estado

Los venecianos controlaron el  comercio de especias hasta el siglo XVI
 No había extensas tierras cultivables. Las especias que peregrinos y cruzados habían traído de Oriente llegaron a ser altamente apreciadas en Occidente y   movían fortunas.  El poder económico se acrecentó aún más cuando comenzaron a construir buques propios hasta lograr una poderosa flota.
El recorrido se extendía desde Inglaterra hasta el Mar Negro haciendo escalas en todos los puertos importantes. Beirut, Bizancio eran infaltables pero la mayor parte del comercio se realizaba con Egipto porque allí llegaban las especias por el Mar Rojo. En todas las grandes  ciudades  había establecimientos comerciales venecianos donde establecían sus negocios y ejercían una considerable influencia política. En el siglo XV Venecia fue una metrópoli comercial con dominio marítimo, consagrada a San Marcos.

Primer gran golpe a la prosperidad
La toma de Bizancio por los turcos y el descubrimiento de América perjudicó el comercio veneciano. En el siglo XVI, luego del viaje de Vasco da Gama a la India por el cabo de Buena Esperanza, Lisboa se convirtió en el centro del tráfico de especias.
El gran revés
 La declinación se insinuaba pero el golpe fatal lo dio Napoleón en 1797. El Gran  Corso la escarneció todo lo que pudo al grito de “¡Seré un Atila para el Estado veneciano!”, según dicen, y sus hombres saquearon el tesoro, destruyeron edificios, arrancaron piedras preciosas, fundieron objetos de oro y plata y se llevaron obras de arte. (1)

          Fue el golpe más duro para la otrora poderosa Serenísima  República Veneciana, máxima potencia marítima del mundo, cuyos dominios se habían extendido de oriente a occidente. La acumulación de botines de distintos lugares a través del tiempo produjo una enorme y variada riqueza multisecular que quedó reflejada en la variedad  arquitectónica de sus palacios- bizantinos, góticos, renacentistas, barrocos, neoclásicos-
A fines del siglo XVIII, el Estado se debilitó, impotente para resistir el acecho del ejército napoleónico. La clase gobernante abandonó sus responsabilidades y los atributos de La Serenísima también se derrumbaron: mesas de juego, bailes de máscaras, prostitución, corrupción.
El Gran Consejo de la República votó su propia disolución el 12 de mayo de 1797 y dimitió el último dux . Fue el fin de la gloriosa Serenísima en el marco de las campañas napoleónicas para apoderarse de Italia.

1) Algunos datos fueron extraídos de La Ciudad de los Angeles Caídos ( The City of Falling Angels )de John Berendt  

Napoleón
Vencida y saqueada en buena parte, el general Bonaparte la negocia con Austria. Los austriacos se apropiaron de Venecia en 1798 y después de mil años de altivez  se convirtió en una provincia más,  aunque también es cierto que se pavimentaron calles, se colocaron lámparas de gas y se reforzaron las defensas marítimas.
En 1848 hubo un intento de reinstauración de la República de Venecia pero el rígido sitio de los austriacos y una epidemia de cólera  obligó a los insurgentes a capitular.
En 1866, el imperio austro-húngaro devolvió Venecia a los franceses, quienes a su vez la cedieron al nuevo reino de Italia.

         Desde el siglo XX

Las dificultades económicas empeoraron durante la Primera Guerra Mundial y aunque después se lanzó un plan de desarrollo, los resultados no fueron del todo positivos. Los empleos creados no fueron suficientes y la contaminación industrial provocó gran deterioro ecológico en la laguna.
En la Segunda Guerra Mundial, toda la zona industrial, anexada a la municipalidad de Venecia en 1929 fue seriamente bombardeada, aunque la ciudad propiamente dicha no sufrió los mayores ataques.
El desarrollo del turismo llegó en la segunda mitad del siglo y trajo consigo una importante revitalización económica. A partir de la década del ochenta, las aguas turbias de los canales devolvieron algo de las imágenes de grandes épocas. Misteriosas máscaras  volvieron a sorprender al doblar una esquina durante las fiestas de Carnaval. 
Pero Venecia tiene que seguir venciendo desafíos: los venecianos emigran por falta de puestos de trabajo y los altos precios de las viviendas. El mantenimiento del patrimonio edilicio está cada vez más deteriorado y mucho más oneroso aún es el permanente estudio y mantenimiento para impedir que las aguas sepulten para siempre esta ciudad emblema de belleza y testigo de una larga historia para reflexionar desde distintos ángulos.


Venecia protagonista paradigmática en la literatura y el arte

La ciudad de mayor presencia en la literatura y en las artes de todos los tiempos. De ella dijo Petrarca en el siglo XIV  “es rica en oro pero más rica aún en fama”. En el siglo XVI pudimos paticipar en el clima  de  las transacciones comerciales junto al Rialto durante el apogeo de la ciudad en El Mercader de Venecia , la importancia del dinero, los prejuicios raciales y religiosos, y los arreglos matrimoniales ,aunque al decir del critico teatral argentino Jorge Dubatti, prejuicios  raciales también del propio Shakespeare. El Renacimiento en Venecia dejó obras maestras excelsas en la pintura: Bellini, Giorgione, Tiziano Veronés, Tintoretto.
          Dickens,  Goethe, Ruskin, Lord Byron,Twain, Henry James, Proust, George Sand, Gauthier, Morris, Hemingway, d ‘Ánunzio, Carpentier o Thomas Mann encontraron allí un escenario singular para sus obras o prolongaron su estadía en la ciudad por la inspiración que les producía o por las reflexiones que en muchos casos surgían espontáneamente  ante la singular convivencia de belleza y decadencia;  pulsiones de vida y de muerte.

En el siglo XX el cine hizo lo propio y la otrora República Serenísima apareció en la pantalla con versiones de algunas novelas de Henry James como Las alas de la paloma  y Retrato de una Dama.  
En 1976, el filme Casanova de Federico Fellini y la actuación destacada de Donald Sutherland comienza con un Carnaval en Venecia como preludio de encuentros eróticos en el siglo XVIII , película de la que se haría una remake en 2005 con la actuación del actor prematuramente fallecido, Heath Ledger y Jeremy Irons , dirigida por Lasse Hallström. Y aunque los palacios y el Gran Canal de Los cuentos de Hoffmann, de Powell y Presburger (1951) fueron recreados  en los estudios de Londres, esta versión fílmica de la ópera homónima de Offenbach nos sitúa también en Venecia.
En 1955 , David Lean dirigió Locuras de verano con Catherine Hepburn y Rossano Brazzi, una película romántica sobre un amor maduro pero donde la actriz, en una escena en la que se arrojaba al agua, contrajo una infección en la vista que debió soportar toda su vida. Traigo esta anécdota porque me parece ilustrativa de mi concepción de una ciudad embriagadora por su belleza que gozó como pocas de la alegría de vivir en su juventud, pero que es, desde hace tiempo, un símbolo de muerte, de aire malsano, de suciedades  En la actualidad , además, es expulsora de los venecianos que buscan  mejores oportunidades laborales en unos casos, y en otros, los dueños de antiguas mansiones heredadas o compradas en otros tiempos y que ya tampoco pueden habitarlas debido a que el mantenimiento es carísimo, más aun cuando cualquier reparación debe hacerse respetando el estilo arquitectónico y la ornamentación correspondiente. La mayoría se alquilan o se venden para hoteles y pensiones a precios muy elevados con el deterioro incluído.
Entre las alternativas de temporada alta o baja, se benefician los venecianos ligados al turismo de una u otra manera y esa actividad nunca decae. Son millones los visitantes de todo el mundo que dejan dinero y a su vez, más deterioro y una difusión cada vez más vulgar de la ciudad .
Luchino Visconti muy consustanciado con Venecia a través del glorioso teatro La Fenice donde realizó magníficas puestas de ópera, filmó Senso en 1954 . En esta película sus asistentes de dirección fueron Franco Zeffirelli y Franco Rosi quienes llegarían a ser también grandes directores y la actuación de Máximo Girotti, Alida Valli y Farley Granger . Unos años más tarde, en 1971, volvería a dirigir Muerte en Venecia de Thomas Mann .
Y hasta Woody Allen dejó sus neurosis de New York para pasear por los canales con Julia Roberts en Todos dicen I love you. La lista puede seguir creciendo hasta años mucho más recientes pero quise referirme a algunas proyecciones emblemáticas por su excelencia o por recordar muy buenos directores y actores de culto.
En 1996 se filmó la inolvidable película  Retrato de una dama dirigida por Jane Campion con actuaciones de  Nicole Kidman, John Malcovich, Martin Donovan, Shelley Winters, John Gielgud , Vigo Mortenson y en 1997 Las alas de la Paloma. Todas películas basadas en las obras homónimas de Henry James .   


Todas las artes encontraron su inspiración en Venecia para el gozo o para la desolación.    Muerte En Venecia de Thomas Mann, obra  que Visconti llevó magníficamente al cine  en 1971 y con la cual,  Benjamín Britten creó su.ópera más lograda entre 1971 y 1973 significa para mí el encuentro con la esencia veneciana.
   
Venecia: protagonista mítica

El domingo 21 de noviembre de 2004 a las 17:00,  fui a la representación de la  ópera “Muerte en Venecia” de Benjamín Britten en el Teatro Colón de Buenos Aires.  Era su estreno en el país y en  América del Sur, de manera que ya por eso y por tratarse de una obra de uno de los compositores ingleses más importantes del siglo XX tuvo para mí una gran significación. Conocía buena parte de las obras de Britten y cuánto le costó en un momento imponer una música de connotaciones más cosmopolitas que rompiera con la insularidad típica inglesa. Sin embargo,  aquel día quedó en mi memoria por otros motivos. 
“Muerte en Venecia” la novela de Thomas Mann y la versión cinematográfica homónima dirigida por Luchino Visconti me habían dejado hacia tiempo un mensaje  que  hasta entonces no había podido descifrar por completo aunque traté durante un tiempo de redondear el significado. Ahora sentía a la bella Serenísima, la Venecia cautivante como una indiscutida beldad muerta. Thomas Mann, Visconti y Britten  habían dejado al descubierto la ciudad mítica por encima de la ciudad real. Habían captado la esencia de una ciudad hermafrodita en la que tierra y agua se confunden, una ciudad retazo de culturas como lo demuestran las mezclas de estilos de sus edificios, una ciudad metáfora de vida y muerte; apogeo y decadencia aunque no dijeran nada de eso..
          Aquella representación me produjo un inexplicable desasosiego, fascinante y a su vez lúgubre. Es una ópera en dos actos que dura casi tres horas. En el intervalo miré al Colón de otra manera. Estaba bastante descuidado. Algunas baldosas habían sido cambiadas  por otras ni siquiera parecidas, después de la rotura de algún caño, supongo. Nada parecía muy limpio y cuando entré en el baño pude comprobar esa sensación de máscara pintarrajeada con  más contundencia por la hediondez mezclada con desodorante de ambientes. La decadencia convivía con  la ostentación: las escaleras de mármol, las cortinas y alfombras rojas, la cúpula magnífica y profusión de dorados y espejos. Máscaras y espejos, lujos y decadencias, comentarios imbéciles de la concurrencia que escuchaba al pasar como de quienes asisten a un ritual de una religión que no entienden. Gozo no alcanzado que se percibía en gestos estereotipados. Máscaras. Máscaras y espejos. Un mundo que va quedando atrás y que no busca resignificarse era este Teatro Colón de Buenos Aires, ambiente propicio para escuchar la versión operística de una novela metafórica que Thomas Mann escribió casi al borde de la Primera Guerra Mundial y frente a valores y ordenamientos que ya iban cayendo. Máscaras irónicas sobre cierto conservadorismo del cual el personaje es una síntesis. La tentación de romper con todo ese mundo que va quedando atrás. La elección de Venecia como escenografía para encontrarse con su aspecto dionisíaco en la vejez luego de una vida de autodisciplina y dominio de lo apolíneo es lo que busca este personaje Gustav Ashenbach que es escritor en el original de Mann y músico en la versión de Visconti.   
          La música de Britten , tan nueva, tan perturbadora se me confundía con acordes del Adagietto de la Quinta Sinfonía de Mahler que se escucha durante la película de Visconti..

          Thomas Mann concibió la trágica historia del escritor Gustav (el mismo nombre de Mahler) en su vejez, la melancolía, y desesperada búsqueda de la belleza para volver a encontrar motivación inspiradora y creación. Lo dice muy bien el personaje en la ópera, al comenzar el primer acto antes de decidirse a viajar a Venecia.

LIBRETO

PRIMER ACTO
Escena 1: Munich

 GUSTAV ASCHENBACH

(Primavera en Munich. Ashenbach está deambulando por los suburbios)

ASCHENBACH

Mi mente se devana
Y la palabra adecuada no llega.
Me agoto, me canso,
Torpe e improductivo…
Mi mente se devana…
El sueño no logra reponerme
¡Yo, Ascehnbach,
Un escritor famoso,
Adulado por el éxito!
La autodisciplina es mi fuerza,
La rutina, el orden de mis días;
Y la imaginación, la esclava de mi deseo…
Pero mi mente se devana y
¿por qué no encuentra la
Palabra adecuada?
En mi apasionamiento,
Yo mismo rechazo las
Palabras…
La inspiración de mi corazón,
Hasta ahora fluída,
Me ha abandonado
Y se deleita por caminos
Tortuosos.
Mi mente se devana,
Y yo toco fondo.
¡Oh, tiernas hojas de la
Tardía primavera,
Refrescadme!

………….

Tanto la novela como la ópera e incluso la película se centran fundamentalmente en las trasformaciones psicológicas de Aschenbach y su conflicto ante el impulso por una pasión prohibida : un adolescente de rasgos andróginos ; sin embargo, ese delirio amoroso se mantiene en un plano mental, no se consuma, por el temor al rechazo, al ridículo pero porque fundamentalmente se extasía frente a la belleza real, la vida para cuyo gozo se necesita una actitud de vida en  libertad a la que no accede, por formación y porque ya pertenece a un mundo nuevo que se avecina y que no le pertenece.
No hay acción en la novela ni en la versión operística o cinematográfica. Venecia y sus habitantes aparecen con rasgos expresionistas para acentuar el grotesco y decadencia que anticipan una fatalidad que los venecianos no quieren reconocer: hay una epidemia de cólera que se oculta para que no fracase el turismo. No sabemos si la muerte del protagonista fue resultado de la peste o de su endeble salud que ya estaba dando sus señales antes de emprender el viaje.
Muerte en Venecia ubica sutilmente a la Serenissima como protagonista emblemática de apariencias e ilusiones románticas y de decadencia que termina afectando al propio Aschenbach.
El escritor español Francisco Ayala en el Prólogo a la novela Muerte en Venecia, editada por Plaza & Janes en 1999 expresa en un fragmento:
…”No por casualidad había elegido el autor de este libro a la ciudad adriática como lugar para la acción de su novela. Ya desde el tiempo de su poderío político, para no hablar de su posterior decadencia, la república veneciana se había erigido en símbolo hermosísimo y atroz de muerte y de podredumbre; y quienquiera que la visite, hasta hoy, tiene que percibir, si es sensible, el hálito de esa irresistible belleza letal. (Yo mismo, en más de una viñeta literaria, he dado testimonio de tan inquietante impresión). No me cuesta trabajo imaginar a Thomas Mann, el escritor reconocido, el aclamado novelista de los Buddenbrooks, sumido en una crisis espiritual de conciencia y de creatividad como aquella en que presenta a su personaje, Ashenbach, huyendo imaginativamente hacia esa especie de muerte deliciosa que está en Venecia, que es Venecia. Pues si el modelo de Gustav Ashenbach fue el músico Gustav Mahler, no por eso representa menos al escritor mismo, al autor de la novela…”  .
                                         




      







6 comentarios:

  1. cristina gracias por este mara villoso recorrido.Venecia como la vida tiene el gozo y el desolado carcomido de la muerte que se evidencia.Viajé a europa con 5 chicos pequeños autores de numerosos desmanes.En venecia se quedaron silenciosos e inmóviles.Vi la maravilla de la ciudad en esos rostros.Vos, con tu documentado paseo , la revivis .De nuevo gracias

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  2. Un viaje fantástico con Venecia como excusa y si bien no pude revivir mi presencia en el sitio, ya que nunca estuve, si pude recordar películas y libros, tampoco conocía la historia, excelente ensayo, Carlos Arturo Trinelli

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  3. Debo felicitar a Cristina por este viaje por la historia, los lugares de esta ciudad que deslumbra, aún en estos días, las anécdotas del pasado, las que fueron erigiendo el reino y su estructura poderosa y ambiciosa de mayor poder. Y ahora, la Venecia turística que no ensombrece el pasado recreados en libros y películas. Cristina: hemos viajado por el tiempo pasado y presente de tu mano en este trabajo tuyo. Muchas gracias.

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  4. Como siempre, Cristina, tus trabajos son serios e interesantes. Aunque estuve en Venecia, no conocía todo lo que tu cuentas. Muchas gracias

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  5. Cristina querida !!! Que laburo!!!!! Fantántico.
    Yo conozco dos Venecias ( ahora me ayudaste9 la de las románticas góndolas y la de aguas turbias y malolientes.
    Gracias Cris.
    amelia

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  6. Gracias por la paciencia en leer un comentario tan largo y además agregarle un comentario.
    Para quienes creen que hay dos Venecias o que conocían sólo un aspecto, les diré algo que seguramente saben pero hay veces que tenemos que refrescarlo : nada tiene una sola cara. Los profesores de teatro siempre dicen: recuerden que el villano siempre tiene algún punto débil o alguna ternura y el héroe no es un ángel. Pienso que con las ciudades ocurre lo mismo.
    Muy buenos los comentarios de ustedes.
    Cristina

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