miércoles, 4 de junio de 2014

Sonia Figueras


             



                    ETERNIDAD PARA UNA DIOSA

                                                             “La mejor herencia que se le puede dar
a un niño para que pueda hacer su propio camino,
es permitir  que camine por sí mismo".
“En la medida en que el sufrimiento de los niños es
permitido, no existe verdadero amor en el mundo”.
                                                    Isadora Duncan

Veo el mar. Puede ser que hoy me visite. - ¿Ya estás aquí,  Mary Dora?...hay otro sillón como el mío de forma que estés cómoda. Pienso mucho en tí en estos días. Nuestras pláticas nos ennoblecen. Despiertan lo que aún pretende estar aún dormido. Estos encuentros nos retrotraen a la infancia, a nuestra vida toda. No. No hace falta que insistas en que adopté Isadora en lugar de Dora o Ángela .¿Acaso no  apruebas Isadora todavía? Quiero creer que sí, a pesar que tu gesto infiere lo contrario.
En su entresueño Isadora retiene un pálido beso con dulzura y continúa  - ¿quiénes soy? ¿ soy  Isadora, Angela, Dora o acaso Isabel? La” otra “responde tras un velo difuso confundido en el cielo profundo y la arena mansa - tu signo es mi signo, tu destino el mío.
Isadora, acomodada en la poltrona envuelta en su chalina bordada que la circunda con su halo de magia, seductora,  tan revolucionaria, tan cansada. Ella, la diosa, se ensueña….Mozart…Schuman…Schubert…Se transporta al mundo de la infancia, a aquella soledad en movimientos fluidos en que emanaba en libertad sus emociones de niña en la búsqueda y agrega displicente  - Estoy cansada, mas no vencida. Esa

busca de la libertad que alcanzamos es el soplo del aire puro que nos llega a las dos -  Isabel, ¿ estás a mi lado ante la majestuosidad de este mar infinito?
 En el ensueño recita una, ¿cuál de ellas? - “mi pobre cerebro ha enloquecido más de lo que nadie puede saber”. ¿No es mío eso? exclama, y deja que la brisa marina acaricie sus cabellos y con los brazos al cielo, juntas,  todas, irrumpan en las olas que del abismo vienen.
-  ¿Acaso el romper con los cánones, el descubrimiento del dolor y la muerte en oposición a la danza de los héroes, duendes y brujas no fue nuestro destino? Su voz resuena alta en el espacio. -  Hemos sido libres, libres de toda libertad. 
Los héroes, duendes y brujas en su boca provocan letargo de túnicas vaporosas, cuerpos apenas cubiertos, pies piernas desnudos en voluptuosidades alucinadas.
  -Corre, corre, corramos, vuelen hermanas amigas gemelas mi sombra. Corramos. Juntas con las seis núbiles Isadorables “Duncan”, ¿las recuerdan? Rememoremos esta vida única irrepetible. Corre. Vuela, volemos ¿oyen a Schubert?

 -Mamá toca el piano y vos y yo y todas, únicas inseparables hermosas bacantes, explayemos nuestras almas inmortales. Dejemos que la primavera sea el motor de nuestros movimientos. Sintamos “las Isadoras”, el placer  en un abrazo.
 Dora, Ángela, Isabel, Isadora, abandonan sus cuerpos con encanto inmortal y confirman al unísono - “danza es sentir, sentir es sufrir, sufrir es amar”. ¿Amas sufres sientes? entonces, danzas con el alma.
Declina la tarde. Isadora queda con la mirada a lo lejos. Dora, Isabel, Isadora, se han ido. Permanecen las imágenes. 
 Las voces de Dreide y Patrick desde el profundo Sena musitan en profundo susurro - mami… fuiste la más grande…Isadora con levedad de diosa responde cuáles  ¿ellas o yo?

        Cuello dúctil
        de seda
        no te muevas
        la anilla pretende lastimarte.
        El aura cruel aprieta más y más.
        Cuello tierno
        ha sido lastimada
        la dueña del espacio
        con alas en los pies.

“Adieu mes amis. Je vais à la gloire”                                                      

 Sonia Figueras

















                                                 

4 comentarios:

  1. Gracias Ester. Siempre muy agradecida por la deferencia de incluirme en esta revista que jamás duerme y atesora cuentos de todos aquellos que buscamos estar entre todos. Todos los que aprendimos a amarla.
    Sonia Figueras

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  2. Tu relato de una Isidora que tal vez existió así como la describís y tal vez no, me cautivó por la poesía de tu lenguaje. Gracias Sonia

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  3. veo el mar. veo a isadora.esta vez gracias a vos. susana zazzetti

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  4. Gracias Ester, gracias Susana.
    Sonia Figueras

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