ETERNIDAD PARA UNA DIOSA
“La mejor herencia que se le puede dar
a un niño para que pueda hacer su propio camino,
es permitir que camine
por sí mismo".
“En la medida en que el sufrimiento de los niños es
permitido, no existe verdadero amor en el mundo”.
Isadora Duncan
Veo el mar. Puede ser que hoy me visite. - ¿Ya estás aquí, Mary Dora?...hay otro sillón como el mío de
forma que estés cómoda. Pienso mucho en tí en estos días. Nuestras pláticas nos
ennoblecen. Despiertan lo que aún pretende estar aún dormido. Estos encuentros
nos retrotraen a la infancia, a nuestra vida toda. No. No hace falta que
insistas en que adopté Isadora en lugar de Dora o Ángela .¿Acaso no apruebas Isadora todavía? Quiero creer que sí,
a pesar que tu gesto infiere lo contrario.
En su entresueño Isadora retiene un pálido beso con dulzura y
continúa - ¿quiénes soy? ¿ soy Isadora, Angela, Dora o acaso Isabel? La” otra
“responde tras un velo difuso confundido en el cielo profundo y la arena mansa
- tu signo es mi signo, tu destino el mío.
Isadora, acomodada en la poltrona envuelta en su chalina bordada
que la circunda con su halo de magia, seductora, tan revolucionaria, tan cansada. Ella, la
diosa, se ensueña….Mozart…Schuman…Schubert…Se transporta al mundo de la
infancia, a aquella soledad en movimientos fluidos en que emanaba en libertad
sus emociones de niña en la búsqueda y agrega displicente - Estoy cansada, mas no vencida. Esa
busca de la libertad que alcanzamos es el soplo del aire puro
que nos llega a las dos - Isabel, ¿
estás a mi lado ante la majestuosidad de este mar infinito?
En el ensueño recita una,
¿cuál de ellas? - “mi pobre cerebro ha enloquecido más de lo que nadie puede
saber”. ¿No es mío eso? exclama, y deja que la brisa marina acaricie sus cabellos
y con los brazos al cielo, juntas, todas, irrumpan en las olas que del abismo vienen.
-
¿Acaso el
romper con los cánones, el descubrimiento del dolor y la muerte en oposición a
la danza de los héroes, duendes y brujas no fue nuestro destino? Su voz resuena
alta en el espacio. - Hemos sido libres,
libres de toda libertad.
Los héroes, duendes y brujas en su boca provocan letargo de
túnicas vaporosas, cuerpos apenas cubiertos, pies piernas desnudos en voluptuosidades
alucinadas.
-Corre, corre, corramos,
vuelen hermanas amigas gemelas mi sombra. Corramos. Juntas con las seis núbiles
Isadorables “Duncan”, ¿las recuerdan? Rememoremos esta vida única irrepetible.
Corre. Vuela, volemos ¿oyen a Schubert?
-Mamá toca el piano y vos
y yo y todas, únicas inseparables hermosas bacantes, explayemos nuestras almas
inmortales. Dejemos que la primavera sea el motor de nuestros movimientos.
Sintamos “las Isadoras”, el placer en un
abrazo.
Dora, Ángela, Isabel, Isadora,
abandonan sus cuerpos con encanto inmortal y confirman al unísono - “danza es
sentir, sentir es sufrir, sufrir es amar”. ¿Amas sufres sientes? entonces, danzas
con el alma.
Declina la tarde. Isadora queda con la mirada a lo lejos. Dora, Isabel,
Isadora, se han ido. Permanecen las imágenes.
Las voces de Dreide y
Patrick desde el profundo Sena musitan en profundo susurro - mami… fuiste la
más grande…Isadora con levedad de diosa responde cuáles ¿ellas o yo?
Cuello
dúctil
de seda
no te muevas
la anilla pretende
lastimarte.
El aura cruel
aprieta más y más.
Cuello tierno
ha sido lastimada
la dueña del
espacio
con alas en los
pies.
“Adieu mes amis. Je vais à la gloire”
Sonia Figueras
Gracias Ester. Siempre muy agradecida por la deferencia de incluirme en esta revista que jamás duerme y atesora cuentos de todos aquellos que buscamos estar entre todos. Todos los que aprendimos a amarla.
ResponderEliminarSonia Figueras
Tu relato de una Isidora que tal vez existió así como la describís y tal vez no, me cautivó por la poesía de tu lenguaje. Gracias Sonia
ResponderEliminarveo el mar. veo a isadora.esta vez gracias a vos. susana zazzetti
ResponderEliminarGracias Ester, gracias Susana.
ResponderEliminarSonia Figueras