lunes, 25 de junio de 2012

Silvia Palferro



La medianoche del párpado
cayó hasta el final.
Es allí donde el hombre se hace otro
y en ese no saberse pierde el rostro.
Desde alguna luz de inciertos
detrás del tiempo estrellándose
el hombre es posible
que recuerde o nunca
pero su voz tuvo la edad
de todos los silencioos
y cada paso se detuvo en uno.
Sin embargo después otra geografía
adoquinada al cuerpo comienza
a rodar como luna querendona.
Acaso de la vida pueda ser el misterio
este reparto de historias sin ángeles
que burlaron los balcones de la noche,
cuando la verdad quién sabe
si allguna vez despierte
sobre los días, quién sabe.
 
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MANOS DE LUNA
Indócilmente escurrido de aguas
pero de luna entre dos manos
el papel murmuraba. Multicolores
las formas del maché
que la mujer iba dando.
Vuelta en el silencio semiluz
desde su cocina
más allá amanzanada
de sobremesa y geishas también
ella se artesana
hasta contornear de claros
rojos su cintura.
Acaso ahora miniatura y mujer
fueran sin saberse aquí
como miradas:
estos revestidos ojos
míos de un tiempo
de infancia detenida.
                                                  Para Ivana Chepelich

3 comentarios:

  1. Artesanía pura. Una escultura que se esculpe permitiendole al lector esculpirse memorias mientras va andando tus versos, Silvia Paiferro.
    Mis respetos. ElsaJaná.

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  2. gracias Andrés por permitirme esta coloración en tu mundo tan lejano pero acercado por nuestra pasión por las letras.
    un abrazo fuerte y nuevamente gracias por esta inclusión a tus artesanías...
    Gracias tambièn Elsa por tu comentario, la vida a veces nos permite recordar las vivencias con imágenes que nos vienen desde un más allá de la realidad cotidiana ...
    un beso a ambos !

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  3. Muy buenos poemas,,,con muy buenas imágenes
    maría cristina drese
    escritora y poeta del mundo

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