martes, 26 de junio de 2012

Cintio Vitier


al caer el rayo lila


Al caer el rayo lila
en el sofá dormido
y en la jarra y en el río sucio
donde estaban hundiéndose
brocados y deseos por la noche,
al doblar el rayo como un pétalo
todo su color sobre la seda
mientras el húmedo mercado se borraba
con su araña granate para entrar en el rocío
que brillaba junto al mar como un pecado,
y al extender el rayo su otro lila
dentro del viento puro de la madrugada
que va cantando siempre sobre el techo
hasta crear la desnudez más invisible,
yo preguntaba qué es la noche
y la forma de caer sin fin desde algún puente
y la palabra oscura que repito
igual que allá en Empalme cuando ardía
mucha esfinge de patria en el conjunto
del verdor aciago, del coloquio antiguo,
y repasaba un tren con su penacho melancólico
hasta llenarme de rocío la mirada,
igual que siempre yo respiro
no como un dulce transformista ni un mendigo
que baraja deseos con escenas,
y pregunto como alguien que no existe
sino muy pocos, muy sagrados minutos, y le toca
testificar entonces un trémulo sofá
o un rayo interrogante en la voz de su oculto corazón.


De: "La ráfaga", 1945-1946 

Cintio Vitier (1921, Cayo Hueso, Estados Unidos de Norteamérica / 2009, La Habana, Cuba)

1 comentario:

  1. Bello, zigzaguante y sensitivo como un rayo, señor Cintio. Mis respetos y emoción de leerlo. Por instantes, me sentí rayo de luz con la mirada llena de rocío. ElsaJaná.

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