lunes, 1 de abril de 2013

ElsaJaná







Buscadores de cualquier parte

Acostado en el banco de piedra. Así lo vi. Y no solo. Con otros dos. Cada uno en su banco, durmiendo a pata ancha. Igual que hermanos en camas trillizas de habitación a puro cielo. ¿Para qué mantas y colchón? Sobre la mesa de piedra, palomas picoteaban un atardecer de pan con mucha miga entre bolsitas de nylon, dejando huella.
Abandoné el ombú a cuya sombra leía, cuando lo que empezó como un chisporroteo de verano bienvenido y refrescante, pasó a gotones pesados que, ensimismada en la lectura, no vi pasar en el cielo de celeste a marrón. ¡Y qué grato olor el de parque en  lluvia!

Nadie corría para escapar del aguacerito más aspaviento que mojaduras. Llegó oportuno, cual verdadero ritual de fin de año por el que transitábamos sin prisa. ¡Y si, señor, muy bienvenido! ¿Para qué duchas, chaparrón bendito no esperado?
Cada quien iba ocupando sitio en el restaurante de Luki Venga. Es que luego de festejar –y aún cuando no pasaren recolectores de basura-, los celebrantes de leyes ajenas sacarían los consabidos desperdicios en bolsitas de nylon, previniendo hogares de tufos innecesarios. De ahí, que mejor hacerse de un lugar y a no descuidarlo. En noche de Finde, es como ley sentarse a la mesa.
Más tarde, celebrantes y quién sabe quiénes irían a dormir sus mezclas y sus monas. Otros, amaneceríamos por allí con resabio de Finde sabiendo a hiel. Pateando enojos y broncas como tachos, tantos de nosotros, en cualquier parte por todos lados…idéntica desolación indignada. Tal vez, intentando conservar un resto de honor o ya qué importa...

Pateando cemento, me resisto a abrir bolsas y descubrir los manjares de quienes celebraron hasta la mona. Uno de esos quienes otrora también fui, saliendo tras del brindis, a repartir sidra y sándwiches de miga entre los que merodeaban los alrededores a la espera de las bolsitas de nylon. Rehaciéndonos, pataleamos pateando broncas de impotencia…  
Y me niego. Es imperioso conservar ese resto de honor  mañana… Cuántos quienes van en derredor, hurgando interiores de bolsas repletas de mucho de todo lo que no hizo falta… Todavía no pertenezco a este lugar aunque parezca habitarlo mientras lo transito… Solo pateo pataleando en mis miserias.

Igual volveré… A ser apenas uno… Uno más. Volveré a ver…porque dicen que los guardaparques cierran entre rejas las entradas al público, impidiendo el ingreso de invasores ”¿mal vivientes?”… ¿Por qué no decir correctamente: ”de los que viven mal sin saber cómo y dónde un vivir mejor?“ Ellos (¿o me incluyo?), los buscadores de vidas que se dilatan en un mundo cada vez más indecente que los caratula de “…”

Si, claro que estoy volviendo al parque. Pura curiosidad que ¿matará al gato? Quiero ver qué de los mal viviendo cuando cierran las puertas de acceso público, sin permitirles llegar a sus bancos de cama a puro cielo… Pataleando pataleo también buscando, y dónde entonces los tres hermanos del comienzo… Sólo me acerco para ver… Y si me invitaran a entrar ¿Qué hago? ¿Acepto?





6 comentarios:

  1. Muy bueno el cuento de los "malvivientes" de nuestra sociedad de consumo. Y pensar que en la gran democracia del norte 4 millones de personas quedaron sin casa en la última crisis!...

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  2. Quedar sin casa puede ser parte de una crisis económica, espiritual,de responsabilidades incumplidas, y tantas más, pero allí están los que mal viven por cualquiera fuere el hecho que a ello los llevó, tan bien descriptos por Elsa, felicitaciones, esos los eternos Miserables de Víctor Hugo, y los actuales miserables,..otros, de nuestro siglo veintiuno. Leyendo el relatouno vive y revive las miserias humanas, las propias. Felicitaciones otra vez Elsa. marta comelli

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  3. Un hotel abierto en cualquier parte y los mendigos de dios de la miseria ensamblados en tu letra de pan de miga acurrucada en la tristeza de la vil realidad.
    Me gusto el estilo
    Celmiro

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  4. El cielo se abre más en los parques, refugio de los excluídos, a los cuales la autora acompaña con sus letras, su sensibilidad y hermoso relato , devolviéndoles dignidad y libertad.
    Gracias, Elsa, por tu voz y mirada humanitaria.
    Felicitaciones y saludos.
    MARITA RAGOZZA

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  5. Muy bueno! Pura metáfora en blanco y negro, si escondrijos. Muchos merodeamos-merodearemos los parques, los que los cierran deben mirar a través de las rejas una vida ajena

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  6. Muchas gracias a todos por los tiernos comentarios. Navegando con ustedes en Artesanos, me siento muy bien. Abrazo. ElssaJana.

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