jueves, 13 de junio de 2013

Bukowski

Charles Bukowski, poeta del underground, lanza esta irónica pregunta a todo aquel 
eue, como él, busca transitar por el incierto oficio de la escritura.

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¿Quieres ser escritor? Charles Bukowski desafía tus pretensiones literarias / 
Entre los nombres malditos de la literatura, pocos tan significativos como Charles Bukowski, ese hombre que convirtió el alcohol, el sexo y la vida precaria del outsider en la materia imperecedera (y sublime, hay que decirlo) de la que están hechos los libros, esa cara oscura de la civilización que, estrictamente, no tendría por qué ocultarse o marginarse.
Sin embargo, suponer que el elogio de estas circunstancias es la verdadera raison d’être detrás de la obra de Bukowski, sería un tanto reduccionista. Bukowski solo se alineó a esa nómina de escritores iniciada sobre todo en la Rusia decimonónica, la de Dostoievski y Gógol y Chéjov, que extrajeron de los bajos fondos las perlas sucias de la sociedad, descubriendo el heroísmo ceniciento de los burócratas apresurados envueltos en abrigos raídos, el oprobio cotidiano en medio del cual también florecen la virtud y la redención —así sea a posteriori, por la vía transformadora de la literatura.
Asimismo, dejando por un momento de lado estas circunstancias, accidentes en el sentido aristotélico del término, es posible trazar una zona común donde Bukowski se hermana con otros grandes escritores por esa constante que aparece en la estructura vital de casi todos: la necesidad impostergable de escribir, la concepción de esta acción como un impulso de satisfacción urgente, crucial en el esquema subjetivo de supervivencia diaria: se escribe para poder vivir, no más.
Prueba de ello es este poema en el que el autor de El amor es un perro infernal examina el oficio literario.“Así que quieres ser escritor”, dice Bukowski, con cierta ironía, con cierto desdén desafiante para que otro como él, comprometido con lo que siente como su vocación más profunda y auténtica, se atreva a responderle con un Sí rotundo que dé la cuestión por terminada. (M.R.)

¿ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR?

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.

A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.

Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.

Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.

Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.

Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.

A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.

A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.

No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

Bukowski

2 comentarios:

  1. ¡Cuantas verdades dichas poéticamente! Cuanta pretensión anda por allí entre nos y en nosotros mismos.
    Graciela Urcullu

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  2. En la respuesta a la pregunta cada verso roza la verdad del que fue y vino, del que la tiene clara como se dice en el barrio. Carlos Arturo Trinelli

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