Escritora cordobesa, Licenciada en Filosofía (UNC), Doctora en Ciencia Política (CEA-UNC). Libros de poesía publicados: Versos como naves (De puño y letra, 2005) libro de sonetos, Con tu pie desnudo (Alción, 2008), Ciudad de huecos (Alción, 2011), prólogo de Liliana Chávez, contratapa de Diego Tatián.
Participación en el libro colectivo de poesía y prosa Parera, 110 años (Municipalidad de Parera, La Pampa , 2007). Participación en Deodoro, Revista de Crítica y Cultura, UNC, 2010-2011. Participación en el Boletín Literario ¡Basta ya! (2011). Lectura de Poemas como miembro fundador del colectivo de poesía y narrativa “Todos los nombres”, Acto de conmemoración de los 35 años del Golpe Militar convocado por la agrupación H.I.J.O.S., Córdoba, 2011. Participación en los encuentros de poesía del grupo “La Bandada ”. Participación en encuentros de poesía del interior de Córdoba, espectáculos de música y letras de la ciudad de Córdoba y en diversos medios radiales.
RIELES
“He visto los difuntos de la Pampa
y vi sus ojos fatuos en la noche.”
Miguel A. Gómez
Ellos cerraban los ojos al atardecer y el mañana
les llegaba cada día con los trenes.
Nosotros permanecíamos alertas, vigilantes,
devorándonos unos a otros bajo las magnolias
de la estación sin durmientes.
DOS COMEDIANTES
“Si sigo acobardado y no me dejo ver
¿ocuparás mi lugar? Gracias.
Tu hermano mayor,
Groucho”
Y un día, nosotros también nos fuimos.
Salíamos de madrugada a enfrentar la ciudad
con los demás fantasmas de las siete.
Yo subía al micro apretujada entre los cuerpos
helados, sólo para ir entrando en calor.
Vos recorrías el colegio buscando señales,
un pequeño gesto que delatara al impostor.
Pero nada, eran muy estrictos en esa cofradía
de espectros.
Para el mediodía ya estábamos escondidos
en el hueco. Los sillones dejaban de ser cama
y aprendían a ser mesa. Yo sólo sabía hacer arroz.
Comíamos en silencio enterrando en las
flores de porcelana el olor de las magnolias.
Después, yo te leía el Quijote y llorábamos
a carcajadas.
SUBTE D
Yo iba por un libro,
él por mi mano.
En el mundo subterráneo,
en el hueco de los condenados
con las rodillas desnudas
el niño canta gritando
la impotencia del hambre,
del cemento helado,
de los días sin noche,
de las noches sin sol,
del padre borracho
tendido a su vera
con las uñas negras
sobre el encordado,
de la madre humillada
que odia al Hombre en él
que tiene seis años,
de la turba caliente
que lo arrastra a su paso,
de las manos mezquinas
que le arrojan sobras,
de la patria argentina
de canciones impuestas
que el niño grita cantando
cuando me hinco a su lado
y lo miro y me mira, a mí
que siempre callo,
y se calla de pronto
cuando le tomo la mano
y me mira y lo miro
y en el hueco cerrado
de mi boca, yo siento
que nunca, que nunca
en la vida he gritado tanto.
En el silencio del grito se arma la poesía de la autora que tiene un prisma muy peculiar para ver las cosas como algo visto desde la ventana de un bar pero es ella la que mira de afuera.
ResponderEliminarMuy interesante y rico el lenguaje que se perfila entre huecos.
CELMIRO KORYTO
Marcela un placer encontrarte en estas páginas que son parte de mi casa literaria. De más está decirte mi admiración por tus trabajos y porsupuesto valorándolos por igual, no obstante me quedo con ''Rieles'', aquel poema gestado cuando intentamos como grupo de escritores llevar adelante la temática de ''Migrantes/Migraciones''. Un abrazo. Marta Comelli
ResponderEliminarBienvenida a la revista que nunca duerme: estaremos de vigilia esperando sus colaboraciones para placer de los lectores y, por supuesto, de los editores...
ResponderEliminarandrés
Un ir , un venir. Una nostalgia hecha poema.
ResponderEliminarMe encantó Dos comediantes.
Un abrazo.
amelia
Me gustó la poesía "dos comediante". Hay una mezcla de Miguel Hernandez, Dostoievski y Pequeños Ponys.
ResponderEliminarAgradezco mucho los comentarios, pero sin duda el último, inesperado e irreverente (no por mí claro, sino para con Hernandez y Dostoievski) me alegró la tarde. Me gustaría saber quién lo escribió, el humor me regalado por lo general buenas amistades, así que puede su "aut@r" salir tranquilo del anonimato. Saludos a todos, Marcela Rosales
EliminarCuanta soledad debe sentir la poeta...para reparar en este comentario
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