Se mueren delante de ella, se callan solas. La ha buscado sin cansarse y encuentra sombras dónde había sombras. Aturdida, pone las manos en la cabeza para evitar que la lluvia tape sus oídos. Acaban de decirle que debe dejar que la muerte llegue.
Muerte. Ya se ha muerto otras veces. No de silencio, pero tan finito el límite que se abrazó a un diccionario. No hay palabra amable para la muerte.
¿A quién le dirá? No se anda por ahí diciendo que una está muerta. Ni deben de andar diciéndolo aquellos que creen que aún está viva.
Dónde esconderse, detrás de lo que fue, detrás de alguna conjugación que no quiere hacer ahora. Baila, tal vez la deslizan, por un eterno tobogán que no llega ni a la arena ni al agua. Ni al pasto fresco.
Le han pedido que se muera. También le habían pedido que no juegue con la muerte. Con una vez alcanza y sobra.
Igual hizo las compras, atendió su casa y soltó para siempre al perro. No igual cuando se dio el último baño y pensó en su cuerpo.
Las huellas estaban ahí. Nadie podía leerlas ahora.
Las últimas voces, esas que una se cree que se oyen de memoria, apretaban contra el parietal. Parietal, tampoco le gustaba esa palabra. En donde las venas más se sienten siempre hay un pedazo de corazón, si no ¿donde buscarlo?.
Ocho nombres propios terminan el diccionario. Del final para adelante sólo queda “zutano”. Breve aclaración de fulano y mengano. Zutana del África oriental. Zutana sola. Sólo queda zutano.
No hay palabra. Sólo nombres propios y el de ella, ni siquiera en la zeta estaba en el diccionario. ■
Mercedes Saenz
Merci querida , como siempre una alegría encontrarte y leer tus producciones, un lujo, como siempre,
ResponderEliminarUn abrazo.
amelia
LA PALABRA QUE NO EXISTE, PERO EXISTE Y COMPLICA LA VIDA, IGUAL SE SIGUE, HASTA QUE SE IMPONGA. SIEMPRE MERCEDES, TUS RELATOS TIENEN ESA MEZCLA DE REALIDAD, IRREALIDAD, COTIDIANEIDAD, LEJANÍA, CLAROS, OSCUROS. UN ARTE BIEN DESARROLLADO. CARIÑOS, BESOS. MARTA COMELLI
ResponderEliminarSer o no ser, en el diccionario de la vida, hay nombres que no figuran pero si en las bocas y el recuerdo. Y ese limbo que Merci tan bien describe halla el hilo de su palabra.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
El estilo frondoso y elíptico de Merce en todo su apogeo. Es importante recobrar obras que no dejan de deslumbrar a pesar del lapso. Abrazos,
ResponderEliminarandrés
Sobrevuelos misteriosos en imágenes no inteligibles que expresan un mundo de ensueño, con un contenido mágico y meditable.
ResponderEliminarUn alegre encuentro es hallar aquí a la escritora.
Felicitaciones, Merci,y cariños.
MARITA RAGOZZA
Realidad, magia y buena narrativa, verdaderamente para releer. Felicitaciones, un abrazo
ResponderEliminarBetty Badaui
No escribo comentarios, pero acá me llamó la atención este escrito por el tema de los anónimos en los comentarios aunque después se ponga el nombre. Me pareció bueno.
ResponderEliminarIgual que tema éste, el de comunicarse por estos aparatos empezando por anónimo... yo también tuve que usarlo y todavía no sé si va a salir.
Saludos
Carmen
La literatura como un juego de enigmas que el lector debe resolver. Un juego que embeleza y uno queda absorto en las palabras a sabiendas que no es un mengano más, saludos, arturo
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