EN UNA PLAZA DE BUENOS AIRES….
Hoy estuve en el lugar en que diste tus primeros pasos. Hoy hacía calor como entonces y los jacarandaes brillaban de azul, pero ya no tenía el canasto con tu leche, ni mis ojos estaban atentos a tus pasos. Hoy me senté en el mismo banco en que contemplé tu esfuerzo y tu primer tropiezo. Hoy en el camino solo hay niñas que recogen moras, y palomas que pelean por su espacio.
¿Dónde está mi niño, dónde está? ¿Quién llevará su canasto quién aliviará su caída? Cómo pude dejarlo Dios mío, cómo pude.
Hoy mis ojos buscan tu pequeña figura escondida entre mis sueños, en una plaza de Buenos Aires donde el azul brilla aún, con los brazos extendidos.
CIGUEÑAS EN PALENCIA
Majestuoso vuelo
sobre la Catedral de Palencia
siglos de piedra oro desvanecen
bajo nubes de plumas.
Soberbias magnolias
buscan abrigo entre la paja y el barro,
y cada torrecilla es un belén
el aire congelado
se refugia en el crucero
y la Bella Desconocida
pide prestado alas al cielo.
me emocioné mucho leyendo estos poemas...Antonia
ResponderEliminarHay que detectar la poesía de sus palabras y mecerse en los ritmos para ingresar en ese mundo suyo tan especial y rico.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Gracias Antonia y Celmiro. Poder transmitir una emoción, compartir con el "otro" los atisbos de nuestro ser, es un deleite.
ResponderEliminarOfelia
Una poesía distinta, lírica, tal vez intimista nos brinda Ofelia Funes en estos poemas, el primero con un dramatsmo conmovedor que conmueve al lector. El segundo posee una belleza expresiva en un tema que no le conocía a la poeta. Y como es habitual, con un lenguaje que atrae por su sencillez y amplia lírica. Me sorprendiste, poeta.
ResponderEliminarAndrés
Encuentro drama dentro del lirismo,preguntas al cielo, brazos extendidos. . .
ResponderEliminarEl sentimiento de pérdida se transnmite. Me quedo con el verso:
"... cada torrecilla es un belén".
Felicitaciones, Ofelia, y saludos.
MARITA RAGOZZA
Ofelia querida , emoción y técnica se unen para lograr una narrativa que duele.
ResponderEliminarUn abrazo,
amelia
Sutileza, frescura y levitación entre esas cigueñas encantadoras y encantadas. Fantástico. Susana Macció
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