sábado, 25 de febrero de 2012

CRISTINA PAILOS


 
Volver es nacer un poco

Y así es. Me siento un poco recién nacida al regresar a este lugar de artesanos de la palabra en 2012.
 Recuerdo haberles prometido una o dos entregas más sobre temas del arte y la cultura de Brasil. No lo olvido, pero esta vez no podrá ser.
 ¿Por qué? Porque estoy en otra onda. Me atrapó el humor, casi un hobby estival para mí, de acuerdo con mi última reflexión que comenzó ayer y de la cual surgió este mensaje informal para ustedes. El invierno de árboles desnudos, ropa incómoda, humito que sale de las bocas por las calles, estornudos  y toses que nos obligan a apartarnos de los que disfrutan contagiando, calefactores insalubres que nos secan la boca y comidas que engordan siempre fueron mi escenario trágico con dos abominables protagonistas: el frio y la enfermedad.  
Las obras de teatro que elegí para ver la próxima semana son elocuentes ejemplos de lo que acabo de decir sobre mi onda actual.  Una se llama “Hambred , príncipe de Catamarca” a cargo de un grupo de actores que desconozco (no quiere decir que sean desconocidos). Parece ser que Gertrudis, la madre de este Príncipe vernáculo, previa maquinación con su futuro consorte, le ofreció a su consorte oficial y padre de Hambred,  un locro envenenado. No sé más nada pero eso de que Catamarca ingrese a la conflictividad universal y eterna me parece justo porque más allá de sus paisajes con mil distintos tonos de verde, un pueblito aquí, otro mas allá y un camino largo que baja y se pierde, supongo que debe de tener sus Gertrudis e hijos enfermos de sospecha como cualquier otro lugar del mundo. Y nos consta que Catamarca fue escena de más de un acontecimiento truculento. Es bueno disfrutar de las escenas bucólicas sin olvidar que los más feroces crímenes, torturas, emboscadas o las luchas por el poder, como parece ser el caso del tío de Hambred ocurren más allá de los mil distintos tonos de verde en cualquier parte del mundo. 
La otra obra que quiero ver es Cleopatra del dramaturgo Mariano Moro, y cuya protagonista es la actriz María Rosa Frega junto a un excelente elenco que conforman “Los del verso”. Vi casi todas las obras de este autor, director y actor y siempre me he reído muchísimo al tiempo que reflexiono (dos actividades que rara vez van juntas pero cuando lo hacen, producen especial satisfacción).
Las tragedias griegas parecen ser un ámbito donde Moro se sitúa cómodamente y los apartes de María Rosa Frega en Ifigenia, por ejemplo, son imperdibles
Hasta acá mis proyectos de espectadora teatral. En cuanto a la lectura he vuelto a Mark Twain a quien tenía bastante olvidado. Empecé por Cartas desde la Tierra. ¡Qué interesantes las cartas del diablo!.¡Que bien escritas están y que sagaz me resulta ese señor! Lo de que el diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo, no es cierto. Nadie sabe más por ser viejo. Quien fue idiota de jóven, de viejo es idiotísimo . Este señor diablo de Mark Twain  sabe mucho porque es muy…diablo. Muy por debajo de su capacidad quedan los dioses, sus libros sagrados y las plegarias que los feligreses repiten aburridos en las Iglesias, y los murmullos de liberación que se sienten cuando el sacerdote da la bendición final y que a su vez es el santo y seña de que la misa terminó. Lo mismo habría que decir de  las reiteradas súplicas al Altísimo que nunca se  contestan ni siquiera a través de un secretario de la burocracia celestial , hasta que finalmente el creyente pasa a categoría de INDIGNADO y decide crear otra religión (no hay que olvidar que Mark Twain era estadounidense y en ese país se han venido creando religiones nuevas casi para todos los gustos sin pausa hasta nuestros días .
Demás está decir que quienes tengan una fuerte religiosidad y débil sentido del humor es preferible que no lo lean.
¿Qué es el humor?.
Freud trató el humor y siempre fue objeto de estudio desde diferentes disciplinas. El término fue empleado por la fisiología y la psicología del Renacimiento con el significado de “fluido”. Se creía que el cuerpo humano albergaba cuatro fluidos: la sangre, la flema, la bilis (o la cólera) y la melancolía (o humor negro) y, según cuál de ellos prevaleciera, así era el temperamento del individuo. Las personas podrían ser sanguíneas, flemáticas, biliosas o melancólicas. Aplicada a la literatura, esta doctrina se manifestó en obras como la Anatomía de la melancolía, de Robert Burton, o la Comedia de humores, de Ben Jonson. Obras que no son para nada anacrónicas a pesar de haber sido escritas en el siglo XVII, siempre y cuando, claro está, tengamos en cuenta las características del humanismo dejado atrás.
Pero el humor, la comicidad como concepto, como recurso en la literatura y en el teatro se remontan a épocas muy anteriores. Se encarna principalmente en lo grotesco y lo carnavalesco, formas paródicas de la cultura popular. Plauto, el comediográfo romano vivió entre el 254 y el 184 a.C y Rabelais en el siglo XVI, son dos figuras emblemáticas en la historia del humor según los que saben, pero yo voy a citar a otro bastante más antiguo : Aristófanes que nació en Atenas en el 445 a.C.. Satiriza personajes, instituciones y hasta hace critica social desde el humor de sus comedias.
Son muchas sus obras pero Lisístrata me tiene de espectadora cada vez que se da la oportunidad.
El tema trata sobre un grupo de mujeres griegas que resuelven declarar huelga de sexo como único modo de terminar con la guerra del Peloponeso que parece no terminar nunca. Están hartas de la pobreza en la mesa, en las arcas públicas y sus consecuencias para la calidad de vida en la ciudad, pero, además, también la cama está hondamente afectada al tener que servir solo para dormir o para dejar al insomnio que se revuelque horizontal.
Lisístrata es una mujer ateniense con un alto sentido de la militancia, de la convocatoria  de masas y las reivindicaciones de género. Les plantea a las mujeres que hay que terminar la guerra para poder ver a sus maridos y está convencida que ha encontrado la forma: la abstención sexual. En un primer momento las mujeres se escandalizan porque consideran un “cipote” lo mejor de la vida. Terminan aceptando todas las mujeres de Grecia: mujeres que vivían en pareja o las que vivían de la prostitución. Excitarían a sus hombres pero negándose rotundamente a tener relaciones (clave segura del éxito!!!)
Las mujeres toman la Acrópolis ateniense, donde se encuentra el dinero de la ciudad, así no podría ser usado con fines militares. Hay refriegas verbales y corporales, intentos de echar a las mujeres por parte del coro de ancianos, llegan los arqueros para amedrentarlas pero no lo consiguen. Lisístrata andaba ocupadísima tratando de que no hubiera deserciones porque nunca faltan las miedosas…
Ya era de conocimiento público que los hombres de toda Grecia se andaban quejando mucho de “la ingle inflamada”.
Finalmente, desde Esparta vienen representantes para firmar la paz con Atenas porque no se puede seguir con la guerra si los soldados están desatentos e inflamados.
Cada hombre se va con su mujer o con alguna mujer. Todos felices por el fin de la guerra y el comienzo del goce.
Muy lindo me pareció este fragmento del Juramento:
 Juramento inicial (fragmento)
Lisístrata: Lampito, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. (¡Oh Lisístrata, esto me está matando!)
Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa.
Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa.
Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada.
Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada.
Lisístrata: Y haré que me desee.
Cleónica: Y haré que me desee.
Lisístrata: No me entregaré.
Cleónica: No me entregaré.
Lisístrata: Y si él me obliga.
Cleónica: Y si él me obliga.
Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
Cleónica: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
(...) Lisístrata: ¿Todas han jurado?
Mirrina: Todas.

Cipote es una palabra de uso vulgar, común y como tantas otras en la obra nos muestran el perfecto uso de los recursos de la comedia en Aristófanes. . No me pidan que la traduzca …no necesitan que lo haga. Todos ustedes son buenos entendedores.
Antes de volver a mis notas más invernales voy a dedicarle al humor alguna paginita más, al menos de eso tratará la próxima.  ■

4 comentarios:

  1. el numor te queda tan bien que te pido no lo dejes nunca.TODO LO OTRO ES MUY bueno pero nunca dejes el humor.Lo disfrute como disfruto las charlas telefónicas.
    cris

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  2. Con la agilidad propia de la autora que salta como un colibrí succionando cada tema, nos ha dejado un mosaico claroscuro de Catamarca, teatro, lecturas, humor y el encuadre con la mitología griega.
    Una placer su lectura.
    Felicitaciones, Cristna y saludos.

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  3. El humor también es misterio, no toca a todos por igual, Lisístrata se hubiera ahorrado la rebelión conmigo que siempre pensé que mejor que hacer la guerra es hacer el amor (risas), saludos, Carlos Arturo Trinelli

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  4. Gracias por los comentarios tan estimulantes y lindos más una reflexión: Que distinta hubiera sido la historia de la civilización si C.A. Trinelli hubiera tomado sus cuerdas decisiones antes de que lo hicieran los héroes bélicos.
    Saludos a todos
    Cristina

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