ERNESTO RAMÍREZ (El Pibe Sañoram) |
Silencio
terco ese silencio
en las sienes palpita
viene desde un tiempo tierno
que pronto petrificó
tal vez provenga
del útero timorato
o del semen apenas alfabetizado
de un dios de humo
o de un primate apático
lo cierto es que lo llena todo
ensordece y obliga
a surcar y exprimir
los hemisferios
tras un grito
que nunca llega,
a veces para gritarlo
lo escribe.
Antes del arte
dijo el anciano:
recuerdo que había humo
y caballos ardiendo
ojos en los muros
brazos que volaban
y cabezas como sandías caladas
piernas sin quien llevar
vientres ensaladeras
orejas sin oyentes
niños mamando sangre
hombres que no volvieron a serlo
y vírgenes que así quedaron
fieles trozos de perros
y ancianas de arrugas como hachazos
todo revuelto y derrotado
salvo el árbol
y no era un cuadro
se lo digo yo
por esta boca vieja
se lo digo
aún con gusto a sangre
lo digo.
El primer poema es un grito sordo.
ResponderEliminarEl segundo tiene la contundencia de un hachazo inesperado.
Felicitaciones.
amelia
Poemas que dicen mucho y el autor que encarna a los protagonistas, Poesía diferente, de calidad y profundos.
ResponderEliminar