Emanuel S. H. Marin. Narrador argentino. Nació en Necochea en 1985, actualmente reside en Bahia Blanca. Ha publicado cuentos cortos y microrelatos en diversos medios; Escritores.cl (Chile), Letralia (Venezuela), Editorial Alkubia (España) , Misioletras (Argentina), Archivos del Sur (Argentina), Isla Negra (Argentina), La Web del Microrelato (España), Margen Cero (España), Revista La Arboleda (Costa Rica), El Rincón del Haiku (España), Revista Bestiario (Brazil) y Revista Chichimeca (España). Ademas de formar parte de la III Antología de Microrelatos Pompas de papel (España) y la XIV Antología Fundación Civilia (España).
Confesión en donde debería haber un cuento
Sabes, intente escribir un cuento de fantasía, como vos lo hubieses querido si te hubiese preguntado, quise ver con tus ojos lo que vos viste pero no puedo, es que no separan tantas cosas, y es que te vi una vez y ya me parece que te conozco, pero que se yo de tus juegos, de tus dolores, pero que voy a saber yo si al final me quede ahí mirándote como idiota y no hice nada porque no podía hacer nada, escribir un cuento lindo para que alguien que no seas vos se emocione con vos pero al final no te ayude, yo tampoco te ayude esa noche, pero ahí por eso intento escribir un cuento lindo, como para perdonarme el verte ahí y no hacer nada, ponerme triste que al final no sirve para nada, para escribir un cuento nomas, pero con un cuento por palabras mas lindas que tenga a vos el frío no se te pasa ni tampoco la vergüenza de andar pidiendo y que te miren con lastima porque pedís y sos chico y no tendrías que estar ahí sino jugando y todo eso piensan pero no te dan nada. Y yo menos que eso, escribir un cuento, mas vale una moneda, algo por poco que sea que difícil se hace calentarse y llenarse la panza de palabras. Perdóname mi idiotez de escritor, y te lo pido aunque no te vuelva a ver, porque lo único que tengo de vos es ese recuerdo y ese recuerdo hay veces que me hace mal pero no me hace sentir ni el frío ni el hambre, ningún cuento te hace sentir el frío y el hambre, ningún cuento te hace sentir nada que no hayas sentido, a lo sumo te recuerda y con eso a conformarse. Pero tu inocencia, que pretensión estúpida querer ponerla en palabras. Si lo mismo que a vos te estaba haciendo tanto bien a mí me estaba lastimando. Te vi gastando las pocas monedas que juntaste en la estatua que para vos era magia y para mi era pensar en el frío que debía estar sintiendo por estar quieto en pleno invierno y en plena calle. Pero todo esto vos no lo sabias y mejor que no, que si lo hubieses sabido esto como un manotazo te hubieran sacado la ilusión. Y sonreías porque por una moneda la estatua era mágica y se movía y vos tenias unos ojos chiquitos pero que miraban grande porque miraban todo y yo te miraba y me lastimaba, porque como te dije lo que a vos te hacia tanto bien a mi me dolía pero por lo menos sabia que en ese momento si tenias frío o hambre no lo sentías y después se me ocurrió escribir un cuento con tu historia pero que sé yo de tu historia o de lo que vivís o sentís cuando vas por la calle y te miran de reojo y cuando te acercas con una voz chiquita que dice palabras que ni parecen tuyas de tanto repetirlas y de tanto obligarte. ¿Qué sé yo? Por ahí sabías todo, por ahí ya no tenesinocencia pero si bondad y en realidad la magia con la que mirabas no era magia y las monedas las ponías porque te daba lastima que un pobre tipo se muera de frío en la calle y en invierno, porque vos si sabes lo que es el frío y el hambre, porque no lo viste de lejos como yo, porque no se te ocurriría explicarlo con palabras.
Del libro Inédito "Historias de mundos posibles y otros relatos"
Cuando la fantasía confunde las estatuas y el resultado es interpretar la magia de lo que es humano.
ResponderEliminarDos miradas , dos percepciones , que da flotando una pregunta ...y una respuesta.
ResponderEliminaramelia