Mostrando entradas con la etiqueta Marcela Rosales. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Marcela Rosales. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de febrero de 2012

Marcela Rosales

MARCELA ROSALES

Marcela Rosales

Escritora cordobesa, Licenciada en Filosofía (UNC), Doctora en Ciencia Política (CEA-UNC). Libros de poesía publicados: Versos como naves (De puño y letra, 2005) libro de sonetos, Con tu pie desnudo (Alción, 2008), Ciudad de huecos (Alción, 2011), prólogo de Liliana Chávez, contratapa de Diego Tatián.
Participación en el libro colectivo de poesía y prosa Parera, 110 años (Municipalidad de Parera, La Pampa, 2007). Participación en Deodoro, Revista de Crítica y Cultura, UNC, 2010-2011. Participación en el Boletín Literario ¡Basta ya! (2011). Coordinación de la Mesa de Poesía: “Migrantes, Ajenos, Enajenados”. Lectura de poemas como miembro fundador del grupo “Plumas blancas en el Blackpool” (2008-2010). Feria del Libro, Córdoba, 2010.
Lectura de Poemas como miembro fundador del colectivo de poesía y narrativa “Todos los nombres”, Acto de conmemoración de los 35 años del Golpe Militar convocado por la agrupación H.I.J.O.S., Córdoba, 2011.
Participación periódica en los encuentros de poesía del grupo “La Bandada”, coordinado por las poetas Lily Chávez y Laura García del Castaño (2011).
Participación periódica en encuentros de poesía del interior de Córdoba, espectáculos de música y letras de la ciudad de Córdoba y en diversos medios radiales (Radio Universidad, FM Láser 88.1; FM de la Universidad Tecnológica, FM Activa) 2005-2010.

   RIELES
                                 “He visto los difuntos de la Pampa
                                       y vi sus ojos fatuos en la noche.”
                                                            Miguel A. Gómez

Ellos cerraban los ojos al atardecer y el mañana
les llegaba cada día con los trenes.

Nosotros permanecíamos alertas, vigilantes,
devorándonos unos a otros bajo las magnolias
de la estación sin durmientes.

  DOS COMEDIANTES   
                                       “Si sigo acobardado y no me dejo ver
                                              ¿ocuparás mi lugar? Gracias.
                                                               Tu hermano mayor,
                                                                                     Groucho”

Y un día, nosotros también nos fuimos.

Salíamos de madrugada a enfrentar la ciudad
con los demás fantasmas de las siete.
Yo subía al micro apretujada entre los cuerpos
helados, sólo para ir entrando en calor.

Vos recorrías el colegio buscando señales,
un pequeño gesto que delatara al impostor.
Pero nada, eran muy estrictos en esa cofradía
de espectros.

Para el mediodía ya estábamos escondidos
en el hueco. Los sillones dejaban de ser cama
y aprendían a ser mesa. Yo sólo sabía hacer arroz.

Comíamos en silencio enterrando en las
flores de porcelana el olor de las magnolias.

Después, yo te leía el Quijote y llorábamos
a carcajadas.

         SUBTE D
                               Yo iba por un libro,
                                      él por mi mano.
                    
En el mundo subterráneo,
en el hueco de los condenados
con las rodillas desnudas
el niño canta gritando
la impotencia del hambre,
del cemento helado,
de los días sin noche,
de las noches sin sol,
del padre borracho
tendido a su vera
con las uñas negras
sobre el encordado,
de la madre humillada
que odia al Hombre en él
que tiene seis años,
de la turba caliente
que lo arrastra a su paso,
de las manos mezquinas
que le arrojan sobras,
de la patria argentina
de canciones impuestas
que el niño grita cantando
cuando me hinco a su lado
y lo miro y me mira, a mí
que siempre callo,
y se calla de pronto
cuando le tomo la mano
y me mira y lo miro
y en el hueco cerrado
de mi boca, yo siento
que nunca, que nunca
en la vida he gritado tanto.
                : : :

     SHADOWS IN THE PARK
                                                      “Somos los que habitamos
                                                                           los huecos.”
                                                                     Santiago Augustu

No soy yo, es una sombra
la que danza. Está ahí afuera
entre los edificios, la persigo
pero se esconde en el parque
y me aguarda.

Cuando la encuentro 
retengo el aire saturado
de plátanos y nafta,
las hojas rojinegras
que se pudren tras los bancos,
la piel amarillenta
de las flores arrancadas,
el agua ocre de las fuentes,
el óxido de las estatuas,
el silencio de niños,
el rugido de la ciudad
contenido en el olmo
de raíces obturadas,
las lágrimas de la mujer
sentada en ellas,
la boca ofuscada
del hombre de la pareja
de espaldas,
la colilla del cigarro
que arrojó impaciente,
las cerillas mojadas,
el ojo de muñeca sin pestañas,
el cordón en el barro,
la tapa de gaseosa
a medias enterrada,
las plumas de torcaza
en las fauces de los perros,
las farolas apedreadas,
el atardecer sin cielo,
el azul de la frente de la anciana
el negro de su bolsa (su casa),
su botella vacía y su mirada…

Su mirada mira la sombra quieta
que hay en mí, cuando pasa.           


       HOSPITAL
                                                   “Me quemaré en tu sol, Concepción”
                                                                               Hugo Rosales

Rías negras        
      rías de la vida
                  rojas rías.

El pico nevado en lo alto
miasmas flotando en lo bajo.          
Cuerpos dolientes-padres ausentes
sombras helándose al sol.

La mujer in
              /
      grávida
el hijo no
            /
         nato
el padre no
           /
      muerto.

El hijo anudado a la madre
la madre anudada al padre
el padre anudado al cable
el cable anudado al viento
el viento anudado al hueco
de mis venas abiertas:

 gota-goteo remedio
                    rojas rías
gota-goteo alimento
                    rías de la vida
gota-goteo excremento
                    negras rías.

Hijos silentes-tumbas pacientes
sombras helándose al sol. 
++++++

lunes, 6 de febrero de 2012

Marcela Rosales


  Ilustraciones surrealistas (63 fotos) 20

Escritora cordobesa, Licenciada en Filosofía (UNC), Doctora en Ciencia Política (CEA-UNC). Libros de poesía publicados: Versos como naves (De puño y letra, 2005) libro de sonetos, Con tu pie desnudo (Alción, 2008), Ciudad de huecos (Alción, 2011), prólogo de Liliana Chávez, contratapa de Diego Tatián.
Participación en el libro colectivo de poesía y prosa Parera, 110 años (Municipalidad de Parera, La Pampa, 2007). Participación en Deodoro, Revista de Crítica y Cultura, UNC, 2010-2011. Participación en el Boletín Literario ¡Basta ya! (2011). Lectura de Poemas como miembro fundador del colectivo de poesía y narrativa “Todos los nombres”, Acto de conmemoración de los 35 años del Golpe Militar convocado por la agrupación H.I.J.O.S., Córdoba, 2011. Participación en los encuentros de poesía del grupo “La Bandada”. Participación en encuentros de poesía del interior de Córdoba, espectáculos de música y letras de la ciudad de Córdoba y en diversos medios radiales.

                 RIELES
                                 “He visto los difuntos de la Pampa
                                       y vi sus ojos fatuos en la noche.”
                                                            Miguel A. Gómez

Ellos cerraban los ojos al atardecer y el mañana
les llegaba cada día con los trenes.

Nosotros permanecíamos alertas, vigilantes,
devorándonos unos a otros bajo las magnolias
de la estación sin durmientes.


          DOS COMEDIANTES   
                                       “Si sigo acobardado y no me dejo ver
                                              ¿ocuparás mi lugar? Gracias.
                                                               Tu hermano mayor,
                                                                                     Groucho”

Y un día, nosotros también nos fuimos.

Salíamos de madrugada a enfrentar la ciudad
con los demás fantasmas de las siete.
Yo subía al micro apretujada entre los cuerpos
helados, sólo para ir entrando en calor.

Vos recorrías el colegio buscando señales,
un pequeño gesto que delatara al impostor.
Pero nada, eran muy estrictos en esa cofradía
de espectros.

Para el mediodía ya estábamos escondidos
en el hueco. Los sillones dejaban de ser cama
y aprendían a ser mesa. Yo sólo sabía hacer arroz.

Comíamos en silencio enterrando en las
flores de porcelana el olor de las magnolias.

Después, yo te leía el Quijote y llorábamos
a carcajadas.

         SUBTE D
                               Yo iba por un libro,
                                      él por mi mano.
                    
En el mundo subterráneo,
en el hueco de los condenados
con las rodillas desnudas
el niño canta gritando
la impotencia del hambre,
del cemento helado,
de los días sin noche,
de las noches sin sol,
del padre borracho
tendido a su vera
con las uñas negras
sobre el encordado,
de la madre humillada
que odia al Hombre en él
que tiene seis años,
de la turba caliente
que lo arrastra a su paso,
de las manos mezquinas
que le arrojan sobras,
de la patria argentina
de canciones impuestas
que el niño grita cantando
cuando me hinco a su lado
y lo miro y me mira, a mí
que siempre callo,
y se calla de pronto
cuando le tomo la mano
y me mira y lo miro
y en el hueco cerrado
de mi boca, yo siento
que nunca, que nunca
en la vida he gritado tanto.