En busca y es diciembre
Es una caja oscura con reflejos. El techo cóncavo el piso
chato y las abejas sin alas encerradas en celdillas nos movemos con destino
incierto o no. El mío es incierto. Adónde va mi sino. Mi sino no lo sabe. Me
pregunto quién soy.
Soy un buscador del amor eternamente. No lo encuentro.
Me busco. Tampoco.
Es un constante y largo derrotero.
Palpo mis piernas. Están ahí, prolongación del cuerpo aún joven.
Miro mis manos de mil colores holladas por la tinta y
dadoras de cariño. Apenas las reconozco o no quiero verlas. Nervudas. El dedo
anular izquierdo luce un aro sin el tinte de la piel…y yo estoy en esta caja
marrón con el abejorreo, buscándome.
Presiento un par de ojos que me miran y giro la cabeza a
la izquierda. Me mira. Se peina como yo, raya al medio y las orejas le
sobresalen como las mías. Me quedo viéndolo por si me hace algún gesto, y no.
Se desdibuja y de repente aparece fugazmente. Por qué juega al gato y al ratón.
Necesito un amigo. Preciso contarle del vacío que se
adueña de mí, que murmullos surgen y cesan en constante acoso y que Don Ata
rasguea cada tanto. Pero no. Estoy destinado al claustro de la caja sus
celdillas y sus vaivenes.
Vuelvo en busca de mi presunto homónimo y lo atrapo con
mirada fija.. Mi ojeriza lo detiene. Frunzo el ceño y lo obligo a quedarse. Y
se queda.
Estoy llegando a mi destino.
Voy a bajarme.
Bajo la ventanilla. Ya me encontré. ■
Muy bueno !! Disfruté este , como asimismo el canto a la Mujer en sección poesía.
ResponderEliminarMi abrazo.
GRACIAS AMELIA.
ResponderEliminarGRACIAS ESTER.
UN ABRAZO A AMBAS. A AMELIA POR COMENTAR MI CUENTO Y A ESTER POR COLOCARLO ESTE MES EN LA PROGRAMACIÓN. ES UN HONOR.
Sonia
Lasa tuyas, Sonia, son historias muy sentidas y por lo general se ambientan entre las capas populares. Y siempre muy bien narradas. andrés
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