miércoles, 14 de noviembre de 2012

Gianni Siccardi




“¿Por qué ha publicada tan pocos libros?

G.S.:No soy de los poetas que se sientan a escribir poemas. Cuando lo hago es porque el poema está tirando desde hace rato. Soy lo opuesto a un poeta “profesional”. Por otra parte, me he dedicado más a leer que a escribir porque siempre tuve la intención de aprender.
"Mi primer libro, 
Conversaciones, es de 1958. Son poemas escritos cuando trataba de asimilar lo que provenía de Poesía Buenos Aires; eso no quiere decir que lo haya asimilado. Por eso considero a Travesía como mi primer libro. En tanto, la primera edición de Ella se publicó en 1989. Está formado por poemas dedicados a mi mujer, escritos desde 1962 hasta su muerte en 1987. No sé por qué causa dejé afuera de esa primera edición poemas que luego decidí incluir en la segunda. Me considero autor de un solo libro, que es Ella.”


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CIGARRAS

Buenas noches.
Mis padres dormían
reparaban.
Silencio.

Algo palpitaba allí en la oscuridad.
Todos dormían en la casa
y en las casas vecinas.
Sólo estaban despiertas unas cigarras
y el chico que yo era.

¿Y esos pequeños sonidos regulares?
Uno fuerte
y dos débiles.
¿Es una danza nocturna
o es un tejado que gotea sus lamentos?
El mugido distante del tren
Se apodera de la oscuridad.
La almohada apenas sostenía mi cabeza.

Sí, una vez más
lo más mío del día era la noche.
Abandonaba la mortaja de las sábanas
y sigiloso
llevaba mi cuerpo hasta el patio
para escuchar la parra
las plantas
que respiraban a sus anchas.

Las estrellas al alcance de mi mano
la cruz del sur
las tres marías
los siete cabritos
nos mirábamos largamente
Ellas eran ellas
yo era yo.
Cortábamos la noche.

El mundo ha hecho su trabajo
mi astronomía es un poco más complicada
y ahora sé que no eran cigarras, no
apenas unos grillos
sólo uno o dos grillos.

Y ya no hay quien duerma en la casa
no hay danzas
ni tejados
ni trenes.
No hay lamentos.
No hay casa.

Pero aún
lo más mío del día está en la noche
y la almohada
apenas sostiene mi cabeza.

Hay que dar al mundo
lo que es del mundo
y al ser lo que es del ser.
Abro la ventana de este piso doce
las estrellas siguen allí
nos miramos largamente.
siento que cortamos la noche.

Algo palpita en la oscuridad.
Eran cigarras, sí
eran cigarras.

2 comentarios:

  1. ¡Oh, el poeta! El poeta, un astro entre los astros.
    Un silencio en lo inefable cósmico de la noche que lo abraza. Sosegada soledad.
    Gracias, Ester, por esta bella poesía de un maestro de la palabra.
    CCF.

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  2. "Y ya no hay quien duerma en la casa"
    entonces los grillos se transforman en cigarras.

    El poeta abraza a la soledad y siembra un mundo pleno de estrellas

    Gracias Artesanías

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