viernes, 20 de mayo de 2011

ISABEL ALI - Golpe A Golpe


ISABEL ALI


El golpeteo era lo que más le molestaba. Ese repicar de campana.
Más que el aliento caliente que se le salía a él por entre los dientes cuando musitaba:
—Estás cada día más linda, huacha…
Más que las manos que la magreaban y el olor a semen que no se iba ni con jabón. El traqueteo la enloquecía, se convertía en una gota de agua golpeándole la frente con ansias de trepanarla. Casi se había acostumbrado a la vergüenza investida de odio, a la ilusión devenida en despojo, a la avaricia del silencio en el cuarto contiguo. Esa mudez resquebrajada cada tanto por el trueno de un ronquido. A los ojos vidriosos que, por la mañana, la miraban sin verla, tras un velo de modorra. Sin preguntar, sin sospechar, sin empuñar un gesto que se interpusiera como escudo o como espada o, aunque más no fuera, para mostrar compasión de mujer a mujer. Como si el lazo fuera mutuo y la otra pudiera adivinar la amargura tras la pared con solo oír el traqueteo, y consolarla.
Por eso, cuando el ruido se adueñaba de sus entrañas como un martillo necio y le poblaba el pensamiento de cuchillos ciegos que imploraban venganza, ella movía un poco las caderas con la intención de que aquello acabara pronto. Aunque tuviera que soportar que le dijera:
—¿Ves que te gusta, putita? —mientras le derramaba su suciedad entre las piernas.
Para después, al fin, emprender el sueño cuando él se iba. Con los puños apretados, sabiendo que hasta el día siguiente habría un intervalo. Una tregua parecida a la que se producía cuando el traqueteo sonaba al otro lado de la pared, anunciando que, por esa noche, la que dormiría sucia y manoseada sería su madre y no ella.

Finalista en el concurso “el folio en blanco” 2011 de la cátedra de carmen posadas, españa.

3 comentarios:

  1. ¡Fuertísimo! Leer tus trabajos es un placer. Un saludo grande.
    Neli :)

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  2. Un duro relato que anonada al lector en el final.Carlos Arturo Trinelli

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  3. Me ha costado escribir un comentario porque es ficción de una realidad que me hace trastabillar física y mentalmente.
    Aún así, reconozco el valor de este cuento en toda su magnitud.
    Felicitaciones, Isabel.
    MARITA RAGOZZA

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