veranos
Ese verano sacrificamos algunos estandartes,
tiramos los amuletos debajo de la cama.
Yo aprendí a rezar en voz baja
para no acribillarte ante tanta imploración.
Todo fue color de rosas… difuso, rosa frágil, herido.
Aprendimos a fingir.
Fue tan fácil.
Nunca más volvimos a ser aquellos que éramos.
05.01.2012, marta comelli
´´´´´´
‘’Yo era la guardiana de la ausencia
y la memoria no podía perdérseme…’’
’Wendy Guerra
Estoy bien
sólo me pesa el cuerpo
todo,
desde el pelo a las uñas de los pies.
Estoy sellada por la idea de un mar cercano.
Es un mar de lágrimas y temo incentivarlo.
Que no me tape, el agua del mar de lágrimas, no quiero, no puedo con él.
Es que el tiempo es largo, o corto, según…
quiebre, hiera, mate o duela.
Lo estiramos al máximo,
hacia una desgarradura terminal, hacia un regreso inacabado en el recuerdo.
Estoy bien,
se arrastra en el frío de estos cuarenta grados de enero, abismales.
Cuerpo abismal.
Entre lo torpe y lo perverso,
lo límpido o lo supuesto,
lo simple de un abrazo y la epopeya: escalar de espaldas un abismo y seguir.
Hay un gran vacío en este cuerpo que repta
en agobio de frío y fuego.
Estoy bien.
Este es mi cuerpo , si lo tocan… grito.
04.01.2012, marta comelli
Cuando el frío del alma y del recuerdo es mas fuerte que el crudo verano nos desfallece el cuerpo y el dolor es llaga intocable, grito callado, fuego inapagable.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
La imploración escondida en el dolor, la necesidad de fingir, mientras duele todo como escalar desnuda un abismo.
ResponderEliminarUna obra poética que desgarra. Muy lograda, Marta.
Felicitaciones y saludos.