jueves, 24 de febrero de 2011

GIANNI SICCARDI - Entro En La Vieja Casa


GIANNI SICCARDI

  

(poema  perteneciente al libro inédito Palabras sueltas.)  

La casa bosteza su pasado
en el lamento de los tatuajes del techo
grietas que guardan las miradas furtivas
de sus antiguos habitantes.

Crepitan las historias oxidadas de los muertos.
en la memoria de la casa
sus risas grotescas
sus estériles agravios
que entran y salen
de la cárcel de las habitaciones
sus fugaces deseos repentinos
a media luz
que nunca se jugaron la vida.

La sombra mezquina
de sus minúsculas batallas
sube lentamente por las paredes
y una gelatina de humores sombríos
avanza con un gemido amenazante
y se apodera
de las secretas cicatrices de los zócalos
del silencio pudoroso del placard.

Los gritos de la casa
sus alcobas inconfesables
aparecen de pronto en sus cerraduras trabajosas
en sus espejos
atiborrados de caras desconocidas.

Y esos aullidos amordazados
que interrumpen la noche
¿Son los llamados paganos de los vencidos
antiguos habitantes
o los desvaríos de la casa
y su vendaval de ausencias?

¿Y ese rumor de ropa tendida?
¿Ese olor suculento a guisos?
¿El golpe de viento en las ventanas ajadas
y el arrastrar de sillas en el piso indefenso?
¿Y la música gangosa de una radio
que todavía se queja de sus achaques?

Estas habitaciones
me echan en cara su pasado irreparable
sus trabajos para sobrevivir
a tantas historias
y muecas y diálogos fracasados
y pequeñas traiciones domésticas.

El centro de las habitaciones
donde se palpan
los cuerpos enredados de los amantes
y sus asfixias y ceremonias y delirios
sus gestos demenciales
sus respiraciones de náufragos
sus besos a la deriva
la celebración de la eterna fogata
donde crecieron los sexos
y se abrazaron.
Palpo sus suspiros desgarradores
que iluminan toda la casa
y la casa se estremece
con una alegría insensata.

¿Merezco este lugar
estas paredes?
¿Podré sobrellevar los excesos
de los desconocidos antepasados?
¿Podré ser el legítimo heredero de esos años?

Extranjero
advenedizo
intruso
extraño
usurpador.

Entro al baño
y veo a sus mujeres
que enjabonan sus cuerpos sagrados
detrás de la cortina.
Ahora
la exactitud de los gestos rápidos
de la eficaz mujer solitaria
que verifica con mirada higiénica
el trabajo de sus manos asépticas
sobre el mapa de su piel.

Ahora
La lentitud de esa otra que adormece
los rincones más redondos de su cuerpo
bajo la sensualidad de la lluvia caliente
y se demora en ese refugio
que le oculta el mundo
y el jabón encuentra
entonces
su verdadera naturaleza
de espuma soñadora
de crema voluptuosa
de miel reparadora.

Salgo a la libertad del patio
y las voces de los chicos
se me suben a los hombros.
¿Serán ahora ancianos
abuelos
penosos jubilados
acortando las tardes frente al televisor
o inventando el pasado
con sus débiles voces quejosas?

¿Por qué dejaron la casa?
¿Por qué permitieron
que el intruso que soy atravesara la puerta?
¿Nacieron aquí?
¿Murieron aquí?
¿Escribieron aquí cartas de abandono y desasiento?
¿Sonó el teléfono para destrozar sus lágrimas?
¿Amaron hasta la extinción de sus cuerpos?

Permiso.
Déjenme entrar.
Soy el nuevo ocupante de la casa.

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7 comentarios:

  1. Una música sensual se desliza en las imágenes del poema, en las cuales el poeta conjura al tiempo.
    ¿Lo conjura o lo suprime?
    Gracias Artesanías por este placer.
    Ofelia

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  2. Días pasado me reía cuando Irene o alguien más se quejaba de la cantidad de material subido, ahora lo digo yo, tomaré al azar por falta de tiempo y no de interés. Abrí a Siccardi, poeta que conocí gracias a Artesanías y que agradezco. Es un excelente poeta, digno de difundir.

    Pedro Altamirano

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  3. No fué publicado anteriormente este poema? digo, porque fue la revista quien me lo hizo conocer a fondo y recuerdo perfectamente esos interrogantes . Pero para quienes no entran frecuentemente a la revista, está muy bien, con tal de que la poesia de Siccardi llegue a la mayor cantidad de oídos posibles.

    Lily Chavez

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  4. Genio el maestro!! Es absolutamente conmovedor este poema. Adentrándose en el misterio que ocultan las casas. Partículas de cada ser que atravesó sus umbrales.Susana Macció

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  5. Siccardi no deja resquicio sin develar en la vida de esta casa, lo pasea a uno por sus habitaciones, personajes, objetos, intimidades, y lo hace de forma tal, que seduce al lector, tanto, que dan ganas de entrar en ella.
    Cariños,
    Juany Rojas

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  6. Sin bostezo ni lamento su poesía nos deja siempre mirando el techo...

    Celmiro Koryto

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  7. Me confundí y publiqué el poema de Siccardi en el mes de enero. Sin embargo, los comentarios señalan que la pausa del verano doblegó a la lectura.
    Andrés

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