ascenso denegado
Decidió darse una vueltita por la empresa y constatar por sí mismo como marchaba todo. Lo sorprendió una enorme, colorida y desenfrenada manifestación. Su sorpresa se transformó en indignación cuando los vio en el medio de aquella osada multitud, muy orondos, tomados de la mano y besándose. Resolvió qué nunca más conseguirían un ascenso. Desde su posición encumbrada Miguel contemplaba, no sin envidia, como Gabriel y Rafael, sin soltarse las manos, perdían las alas.
intríngulis
El simio bajó del árbol. Comenzó su marcha erguido, se revolcó en el barro e invirtió una costilla en su futuro. Arrancó la manzana y estigmatizó a la serpiente. Luego se corrompió: mintió, robó, violó, usurpó, mató. Evangelizó ardorosamente en persuasivos fogones, se doctoró en perversidades. Entre tanto, también dio rienda suelta a su ingenio, atravesó las nubes y hurgó en el fondo mismo del mar. De repente se detuvo, miró al cielo y en voz alta dijo: “¡A eso se le llama tener juego de cintura! Pero entre nosotros ¿Darwin o tú, qué más da.
Ernesto Ramírez
En el primer microcuento, a la lucha por la justicia, se le suma una representación alegórica del "arriba solo" y el "abajo" tomados de la mano.
ResponderEliminarY en el segundo, hay un juego talentoso con una forma paródica de interpretación.
Muy logrados, me encantaron.
MARITA RAGOZZA
Breves y categóricos los relatos revelan y se rebelan contra la injusticia, saludos, C.A.T.
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