sábado, 21 de mayo de 2011

GREGORIO BELINCHÓN | Cannes


CINE: Terrence Malick gana la Palma de Oro... en Cannes por 'El árbol de la vida'

Kirsten Dunst es galardonada como mejor actriz por 'Melancholia' y Jean Dujardin se hace con el premio al mejor actor por 'El artista'

GREGORIO BELINCHÓN (ENVIADO ESPECIAL) - Cannes - 23/05/2011

Terrence Malick, el cineasta misterioso, el hombre que aparece aún menos en público que el otro gran creador fílmico invisible, el ya fallecido Stanley Kubrick, el director que solo ha hecho cinco películas en su vida -y ahora ha finalizado el rodaje de la sexta- ha estado en Cannes. De presencia y de obra. De obra, porque su El árbol de la vida, la película evento que todos los cinéfilos llevan esperando desde hace un lustro y que incluso se anunció como posible concursante en Cannes del año pasado, ha ganado hoy la Palma de Oro, después de que, por fin, se proyectó en público hace seis días. De presencia, porque Malick (Ottawa, Illinois, 1943) pisó la Croisette, pero controló que nadie le hiciese fotografías en el Palais y solo quedara el resto de una sombra, una estela de humo, de su magnética presencia. Quienes han trabajado con él, gente como Javier Bardem, Brad Pitt o los productores de su El árbol de la vida, Bill Pohland y Dede Gardner, hablan de un tipo normal. El español, un sacerdote en el último filme de Malick, una comedia romántica aún sin título, le define como "un hombre normal, incluso bastante divertido". Pitt recordaba en la rueda de prensa el pasado lunes: "Terrence capta lo que pasa cada día, filmando con luz natural. Está siempre a la caza de los felices accidentes que puedan ocurrir, como que una mariposa revolotee entre las manos de una compañera de reparto". Y que su manera de trabajar le hacía dudar si repetiría con alguien así. "Eso sí, he aprendido que debes vivir el momento en el rodaje, que no puedes planificar el futuro de forma muy concreta, siempre que estés en buenas manos". Así ve también la vida Malick.
Todas esas dudas volaron por el aire hoy con la Palma de Oro otorgada por un jurado presidido por Robert de Niro, que no pudo verbalizar nada más para justificar su decisión que "la película es tremenda". Malick ya ganó en 1979 el premio a la mejor dirección en el certamen francés con su segundo largometraje, Días del cielo. Ahora ha vuelto a Cannes con las miserias y alegrias de una familia en un pequeño pueblo de Texas hace cuatro décadas que mezcla con el nacimiento del universo y la vida, una avasalladora disertación visual sobre el alma humana,que no dejó indiferente a nadie. Los productores aseguraron que Malick estaba "emocionado". "Es muy tímido, no quiere perder su privacidad, y pide que se entienda su timidez. No es fácil para él enfrentarse al público".
El Gran Premio del Jurado se repartió ex aequo entre los hombres récords de Cannes. Por un lado, el turco Nuri Bilge Ceylan con Érase una vez en Anatolia (tenía ya otro Gran Premio del Jurado, un galardón de la Crítica y otro al mejor director). Por otro, los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne con El niño con bicicleta (dos palmas de oro, un premio ecuménico y otro al mejor guion). Dos propuestas muy opuestas, que recibieron esta distinción, según el jurado, porque "lo merecían". Ceylan la recibió con su habitual media sonrisa -"no me esperaba tanto honor"- y los Dardenne se definieron como "felices ya solo por estar aquí".
Hubo un nombre danés en la gala, pero no el esperado, el del castigado Lars von Trier, sino el de Nicolas Winding Refn, que se llevó el galardón a mejor dirección con Drive, una de las propuestas más diferentes del concurso con su seco y contundente thriller protagonizado por un tipo silencioso, un conductor que trabaja de día como especialista en el cine y de noche como chofer de bandas de atracadores en huídas de robos en Los Ángeles. "Nunca una cita a ciegas ha llegado tan lejos", decía Refn, porque fue a Hollywood llamado por el actor protagonista, Ryan Gosling.
Si el mejor actor fue para Jean Dujardin, cómico francés famosísimo en su país, gracias a su delicada encarnación de una estrella del cine mudo en El artista, el galardón a la actriz más destacada lo recogió Kirsten Dunst, protagonista de Melancholia, de Lars von Trier. Al danés, declarado persona non grata en el festival tras sus declaraciones filonazis, le prohibieron acudir a la gala. Dunst tampoco charló (o no pudo) con la prensa.
Dos nombres de los otros grandes favoritos, el finés Aki Kaurismäki y el español Pedro Almodóvar, no aparecieron en el palmarés. Ni Le Havre ni La piel que habitolograron del jurado nada más que un premio técnico para José Luis Alcaine por su uso de la luz en la narración en el filme español. Uno de los miembros del jurado, Jude Law, aseguró que discutieron cada película y llegó a mencionar algunos títulos. Faltaba un nombre y Uma Thurman lo apuntó: "Y la de Pedro Almodóvar".

El palmarés de la 64 edición del festival de Cannes

Palma de Oro: El árbol de la vida, de Terrence Malick
Gran premio del Jurado: ex aequo para El niño con bicicleta de Jean-Pierre y Luc Dardenne, y Érase una vez en Anatolia, de Nuri Bilge Ceylan
Premio del Jurado: Polisse, de Maïwenn
Mejor dirección: Nicolas Winding Refn, por Drive
Mejor actor: Jean Dujardin, por El artista
Mejor actriz: Kirsten Dunst, por Melancholia
Mejor guion: Footnote, de Joseph Cedar
Cámara de oro: Las acacias, de Pablo Giorgelli
Mejor cortometraje: Cross, de Maryna Vroda
Premio FIPRESCI de la sección oficial: La Havre, de Aki Kaurismäki
Mejor película en Una cierta mirada: Arirang, de Kim Ki-duk, y
Halt Auf Freier Strecke, de Andreas Dresen, ex aequo
Premio del jurado en Una cierta mirada: Elena, de Andrew Zvyagintsev
Mejor dirección en Una cierta mirada: Mohammad Rasoulof, por Be omide e didar
Premio FIPRESCI de Una cierta mirada: L'exercise de l'état, de Pierre Schoeller
Premio de la Juventud: La piel que habito, de Pedro Almodóvar
Quincena de Realizadores: Atmen, de Karl Markovics, y Les géants, de Bouli Lanners
Mejor película de la Semana de la Crítica: Take shelter, de Jeff Nichols

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 Cannes vibra con el retorno de Guédiguian en 'Las nieves del Kilimanjaro'


El festival francés acoge todo tipo de cine, desde lo nuevo de los hermanos Dardenne hasta Piratas del Caribe


La capacidad de Cannes por absorber todo tipo de cine llegó hasta Piratas del Caribe. Puede que pareciera una herejía, pero a cambio eso permite que el mismo día en la sección oficial participe Le gamin au vélo, de los hermanos Dardenne, que ya han ganado la Palma de Oro en dos ocasiones precedentes, yThe artist, del director francés Michel Hazanavicius, un curioso y enganchón homenaje al cambio del cine mudo al sonoro en el Hollywood clásico, cuando las películas talkies exiliaron a toda una generación de actores silentes. Y de rondón, Michael una historia de pedofilia que dirige Markus Schleinzer, ayudante de dirección de Michael Haneke y responsable de la dirección de los niños en La cinta blanca. Pero Schleinzer no es Haneke. Se siente.
Y eso en la oficial, que ayer los franceses se volvieron locos con Las nieves del Kilimanjaro, la vuelta a la acción del mejor Robert Guédiguian. En el pase de gala de la sección Una cierta mirada hasta Nanni Moretti se acercó para ver el retorno a las raíces del veterano cineasta francés que tras un par de escarceos sin sentido en el cine histórico vuelve a Marsella, a sus actores fetiche (Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan y Maryline Canto) y a los estibadores y su lucha obrera para afrontar, sin embargo, un curioso giro argumental muy crítico con la situación actual, con cómo los sindicatos han pasado de las jóvenes generaciones, y con ciertos momentos muy bien resueltos de 'thriller'. Sorprendente e iluminadora película.
The artist también sorprende. Porque todo un equipo técnico francés se ha ido a rodar a Estados Unidos para dar verosimilitud a esta tragicomedia sobre el salto del cine mudo al sonoro a través de un actor -posible alter ego de Douglas Fairbanks- de películas de aventuras que se cruzará en su caída a los infiernos con el vertiginoso ascenso de un joven intérprete, chispeante y bella. Porque además, la han rodado en blanco y negro y es muda (sí tiene música incidental y en algún espléndido momento, sonido ambiente). Y porque la han hecho el realizador Michel Hazanavicius y el cómico Jean Dujardin, famosísimos en Francia por las películas de OSS 117, un James Bond a la francesa y en los años sesenta. Este es su proyecto artístico, y han acertado. En la rueda de prensa deThe artist, Hazanavicuis ha comentado que el rodaje no hizo otra cosa más que seguir a los maestros: "He seguido las pistas dadas por los grandes que trabajaron en aquellos años [1927-1932]. El secreto está en la época en que datamos el filme, repleta de inmensos directores. Por ejemplo, hemos ido por el camino de Charles Chaplin: la mayor parte de sus largometrajes eran melodramas, pero repletos de burbujas cómicas. Quisimos ir por ahí, no caer en la caricatura". Bérénice Bejo, la actriz francoargentina que encarna a la protagonista, listó sus pistas para dar vida a una actriz estadounidense: "Vi filmes de esos años y me di cuenta que sus interpretaciones eran muy modernas. Me fijé en una joven Joan Crawford, en Marlene Dietricht, que no era estadounidense pero allí hizo su carrera, y que tiene eso tan especial cuando entra en una habitación y antes vemos su cuerpo que su cara". A su lado, Dujardin rió y aseguró no haber hecho tanta investigación: "Después de todo esto, ¿qué digo yo? Bueno, que me fijé en Fairbanks". La música, clave en un filme silente, mezcla banda sonora propia con la mítica partitura de Bernard Herrmann para Vértigo. "Lo decidimos hace tres meses y es perfecta para ese momento del filme. De paso, nos marcamos un homenaje a una película que amamos", según los productores. Hablando de homenajes, Hazanavicius rechazó las referencias a Los productores, de Mel Brooks. "Aunque cuando estuvimos localizando, vi su plaza de aparcamiento en los estudios". Y es que gracias a ese rodaje estadounidense, el filme está lleno de secundarios de lujo: Penelope Ann Miller, James Cromwell, John Goodman, Beth Grant, Missi Pyle o Malcom McDowell.
Los Dardenne, Jean-Pierre y Luc, han provocado inmensas reacciones de cariño con su Le gamin au vélo, la historia de un pobre crío que busca en primera instancia a su padre, y de fondo algo de cariño, y su posterior relación con la peluquera que le adopta, la bellísima Cécile de France. Han entrado automáticamente en las quinielas, aunque ellos mantienen los pies en el suelo. Peor le ha ido a Markus Schleinzer, mano derecha de Haneke, que comentó en su encuentro con la prensa por su Michael que el filme nació de dos inquietudes: "Una artística, ya que me gusta trabajar con actores infantiles; la otra, porque me di cuenta de la cantidad de carteles que veo cada día en Berlín con las caras de niños desaparecidos. En Alemania cada año no vuelven a su casa miles de críos. No somos conscientes de los niños que deben estar secuestrados en desvanes, sótanos o garajes por todo el mundo". Su drama muestra, sin ningún apunte moral, la vida diaria de pedófilo de 35 años, aburrido oficinista, que tiene en su sótano insonorizado a un niño de ocho años al que viola cuando le apetece. Está construida desde el silencio, como asegura su actor protagonista, Michael Fulth, "un silencio incómodo que nos rodea".

5 comentarios:

  1. ¡Claro ! Yo también estaría gratamente impresionada con la vista de la película de culto "Las nieves del Kilimanjaro" con su director Guédijian en el mejor temática de su cine-denuncia.
    Y el artículo vuelve otra vez a ls hermanos belgas y a la película " Micahel" destacando de ésta que está hecha de silencio, de un silencio incómodo.
    Trataré de ver otra vez " Las nieves del Kilimanjaro, si la encuentro.

    MARITA RAGOZZA

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  2. Las buenas películas requieren varias condiciones; guión, actuación, dirección, diálogos sin excesos, acción e imágenes: es como en un buen cuento donde lo superfluo lo mata sin atenuantes.
    "Ver" una película es apreciar el conjunto... Incorporar Cine a Artesanías es aportar el arte más difundido por excelencia,
    andrés

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  3. El cine tiene una magia singular, cada película es un pasaje de ida, leer estas crónicas estimulan el deseo de no perderse ninguna, Carlos Arturo Trinelli

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  4. Que buen cine ha dado el 2011. Esperemos que este 2012 también nos ofrezca un gran cine.

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  5. Inolvidable película!!! Essencial e imperfecta, como la vida misma....

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