'The artist', la sorpresa de Cannes, fue incluida en el último momento | 'The artist' recrea la estética de directores como Ford, Lubitsch, Lang o Hitchcock | 'Michael' es la aproximación al día a día del rapto de un niño
Salvador Llopart | Cannes
La proyección de The artist (El artista) deja sin palabras a Cannes, literalmente. Y al mismo tiempo arranca la primera gran ovación del certamen.
Porque The artist, dirigida por Michel Hazanavicius, es una película en blanco y negro y es muda, de gestos exagerados y sentimientos sobredimensionados. Es un filme sorprendente que recrea la estética, y uno diría que hasta la ética de películas mudas de directores como el primer Hitchcock, Fritz Lang, John Ford, Lubitsch, Murnau y tantos otros. Creadores de un medio de expresión en plenitud, el de aquel cine de entonces, a finales de la década de los años veinte del pasado siglo, con una forma de hacer, de sentir y de interpretar que alcanzó su cumbre precisamente antes de que el cine, como espectáculo, rompiera a hablar, para no callarse ya nunca más.
Hasta ayer, claro, en que The artist, con su reivindicación del silencio, se ganó la admiración de Cannes. Y un largo aplauso.
También sin palabras, pero por otras razones, se ha quedado Cannes ante una serie de películas que hablan de niños asustados, desvalidos, abandonados. Silencio, por ejemplo, silencio horrorizado, ante un filme como Michael, que sigue la vida cotidiana de un pedófilo y de su víctima. Una propuesta del director austríaco Markus Schleinzer, colaborador habitual de Michael Haneke, que ni juzga ni pretende redimir. Tan sólo examina. Una rigurosa, por exhaustiva, aproximación al día a día de un rapto de meses, o de años, que eso no se explica, de un crío por parte de un tarado que pasa por ciudadano anodino.
Michael se acerca al hecho sin voluntad de juzgar pero tampoco de escandalizar. En este sentido se nota que Schleinzer ha aprendido bien las lecciones de Haneke, con el que colaboró en La cinta blanca, por ejemplo. Una aproximación desapasionada a la pederastia, de sobresaltos morales más que visuales. Donde el día a día se impone, incluso en el crimen repetido.
Infancia en riesgo, que también veíamos retratada en una película como Poliss (Polícia) de la francesa Maiwenn Le Besco, pero desde una perspectiva muy distinta: desde una unidad policial, dedicada a investigar y proteger los casos de infancia en riesgo.
Pero si alguna película habló ayer con elocuencia de la infancia en peligro fue Le gamin au vélo (El chico con la bicicleta), de los hermanos Dardenne. Poco silencio, la verdad, alrededor de este filme que, por momentos, tiene un aire de cuento. Pero que no pierde nunca el sentido del realismo y la complejidad emocional propia de las películas de estos dos hermanos, los belgas Jean- Pierre y Luc Dardenne, ganadores nada menos que dos veces de la Palma de Oro, en 1999 con Rosseta, y en el 2005 con El hijo.
Responsables en buena medida de un cine de realismo sucio a la europea, marcado por una cámara nerviosa, móvil e inquieta. Deseosa de acercarse lo más posible a realidades incomodas, como las que cuenta El chico con la bicicleta: el retrato de un chaval de doce años, interpretado sensacionalmente por Thomas Doret, lo mejor del filme, y de su rabia contra el mundo cuando descubre que su padre, que lo ha abandonado en un orfanato, no lo quiere ni ver.
Una película luminosa, comparada con otras anteriores de los dos hermanos, que, sin embargo, busca, por momentos de forma algo forzada, los recovecos de una relación entre el chaval abandonado y la mujer que lo acoge, interpretado con veracidad de gran actriz por Cécile De France, también de premio.
Pero volvamos al silencio, tras señalar el estruendo de los aplausos para los Dardenne, desde ya candidatos de nuevo a premio.
Volvamos al silencio de The artist, que en su simplicidad, sin ser esperada –fue añadida en el últimomomento a la sección competitiva– se nos ganó a todos.
Será una curiosidad, se comentaba antes de la proyección de la película del francés Michel Hazanavicius, su director. Un divertimento. ¡Qué sentido tiene realizar ahora una película muda! Será una parodia, se decía. Pues no, para nada.
El filme transcurre en Hollywood, en los albores del cine sonoro. Y cuenta las penas de una actriz en ciernes llamada Peppy Miller (Bérénice Béjo) enamorada de un galán del cine mudo, George Valentín (Jean Dujardin), pelo engominado y fino bigotito, parecido al modelo varonil impuesto por el mítico Douglas Fairbanks. “Quería contar esta historia de amor de una forma visual, que fuera puro cine”, comentó Hazanavicius.
The artist es un guiño, por supuesto. En ella están todas las claves y, si se quiere, todos los tópicos alrededor del cine mudo. Pero ese guiño, esa complicidad que se le pide al espectador, otorga al conjunto un aire de comedia, con una ironía tierna, donde la ternura y la compasión sirven para narrar, de nuevo, mezclada con la historia de amor, la caída del actor triunfador –de la gran estrella- que no sabe adaptarse a los nuevos tiempos, esos tiempos del cine sonoro que llegan.
“Descubrí que no se necesitan palabras para trasmitir sentimientos”, comentó el director. “Se puede expresar todo con los gestos y con el cuerpo”. A los intérpretes principales les acompañan secundarios de lujo como el gran John Goodman y James Cromwell, en el personaje de un mayordomo fiel. Pero si hay un personaje que destaca es el de un simpático perrito, un terrier muy listo que acompaña al protagonista George Valentín a todos lados, y para el que ayer se hablaba medio en broma medio en serio de crear una Palma dog (en vez de d’Or), especialmente para el animalito.
Hazanavicius, que ha realizado en Francia varias parodias del cine de espías, dijo que algunos reconocerán en su película escenas calcadas de grandes maestros, como Fritz Lang por ejemplo. “No creo que a Lang le importe”, bromeo. “Además, está en la naturaleza del cine la apropiación del trabajo de otros”, añadió el divertido director. Efectivamente, y más que pillaje, se le suele llamar homenaje.
Un artículo suculento porque reune varias películas y directores.
ResponderEliminarTuve la suerte de ver " El artist", porque estaba en casa de mi hija que tiene otras posibilidades tecnológicas.Desde siempre preferí el cine en blanco y negro, pero ahora mudo, me encontré con una obra preciosísima, los actores son de una gran elegancia. (Hasta el perro )Una verdadera joya.Yo me quedé muda, y no es un eufemismo.
Luego el artículo hace mención a las películas sobre la infancia en peligro. Y destaca en el tema a los hermanos Dardennan, quienes no sólo ahora hicieron " El niño de la bicileta ", sino tambien " El hijo ". Y yo agrego " El niño".
Luego está " Michael" una película austríaca sobre un tema abyecto pero que según las críticas es una puesta inteligente y que no hace uso de golpes bajos.
La incorporación de los temas de cine a la Revista es una gran posibilidad para adentrarnos en un arte tan afín con la literatura.
MARITA RAGOZZA
Interesante guía a tener en cuenta ojalá se estrenen comercialmente, C.A.T.
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